Sin embargo, los debates sobre la "protección de datos" y la "ciberseguridad", que representaron el 48 % de todos los mensajes negativos en todo el mundo, han atenuado el sentimiento, ya que los consumidores se preocupan por el potencial de fraude y el uso indebido de sus datos por parte de terceros.
Un consumidor señaló que: "Este nuevo esquema de banca abierta me molesta un poco. La idea de permitir que múltiples negocios accedan a mis datos aumenta las posibilidades de fraude".
Mientras que otro dijo: "Esta idea de la banca abierta es una de las cosas más mal pensadas que he oído en mi vida. Le dará a terceros más acceso a su cuenta bancaria y si las cosas salen mal, usted será responsable. Esto sirve a los bancos, no a los clientes".
Estos comentarios resaltan preocupaciones legítimas, en el sentido de que un mayor número de empresas que manejan datos de clientes podría aumentar su exposición al fraude si el ecosistema no se gestiona adecuadamente. Pero también reflejan percepciones erróneas, en el sentido de que la mayoría de los reguladores no tienen la intención de que la responsabilidad por transacciones fraudulentas o no autorizadas sea asumida por los clientes y, en lugar de servir a la industria, la banca abierta se refiere principalmente a un mejor servicio al cliente.
Entonces, ¿cómo los proveedores de la banca abierta persuaden a los consumidores con sentimientos neutrales, así como la gestión con aquellos con sentimientos negativos, para que superen el umbral de confianza e impulsen la adopción?
Tres maneras de superar el umbral de confianza del consumidor
Para elevar el nivel de confianza de los consumidores, los bancos, los reguladores, FinTechs y otros tendrán que ayudar a asegurar que se realicen progresos en tres áreas clave:
- Protección cibernética: Utilizar herramientas y técnicas digitales más sofisticadas para mantener seguros los datos de los consumidores.
- Protección reglamentaria: Integrar un marco con suficientes salvaguardias para los consumidores, incluidos los derechos de recurso y las sanciones para los proveedores que contribuyan a causar daños a los consumidores.
- Añadiendo valor: Proporcionar servicios bancarios abiertos que los consumidores sientan que los apoyan en el logro de sus objetivos.
Protección cibernética
Los modelos de la banca abierta distribuirán los riesgos de forma más amplia, pero las tecnologías para reforzar la ciberseguridad también están evolucionando constantemente. Si los bancos y los proveedores tercerizados (TPPs) adoptaran nuevas soluciones de seguridad de la manera correcta, podrían crear un ecosistema seguro.
Por ejemplo, los avances en la inteligencia artificial ya están permitiendo una mejor validación y autenticación de los pagos y un control más eficaz de las actividades sospechosas y fraudulentas. Estas herramientas ayudarán a asegurar el ecosistema de la banca abierta. De hecho, la Open Banking Implementation Entity (OBIE) del Reino Unido está evaluando herramientas de aprendizaje y análisis de comportamiento basadas en máquinas para ayudar a controlar el riesgo de fraude.
La inteligencia compartida también será importante en la prevención del fraude. Si los Proveedores de Servicios de Pago de Servicios de Cuentas (ASPSPs) y los TPPs pueden trabajar juntos para compartir información sobre anomalías, fraudes o violaciones de datos en tiempo real, esto ayudará a minimizar el impacto en el cliente final y proteger la integridad del ecosistema.
Protección reglamentaria
Hasta la fecha, los reguladores de todo el mundo han adoptado enfoques muy diferentes en cuanto a la política de banca abierta y su aplicación, y muchos tienen que trabajar para establecer las salvaguardias necesarias para los consumidores.
En algunos mercados, los reguladores están estipulando que las empresas deben alcanzar ciertos umbrales si desean participar en algunas actividades bancarias abiertas. En el Reino Unido, por ejemplo, las empresas que prestan servicios de iniciación de pagos deben estar autorizadas por la Autoridad de Conducta Financiera, mantener un mínimo de 50.000 euros en capital inicial (o más alto si prestan otros servicios de pago) y deben tener un seguro de responsabilidad profesional. Para los proveedores de servicios de información de cuentas, existe la opción de registrarse, pero en la actualidad, sólo es voluntaria.
Mientras que el Reino Unido está creando un enfoque personalizado y específico para la banca abierta, otros mercados están abordando los cambios regulatorios relacionados de una manera diferente. Singapur, por ejemplo, está tratando de consolidar la legislación existente en un nuevo marco reglamentario combinado. La Autoridad Monetaria de Singapur (MAS) ha dicho que, "Un régimen regulador más calibrado, aplicado sobre una base de actividad a los proveedores de servicios de pago, en lugar de sistemas de pago específicos, permitiría al MAS abordar mejor cuestiones específicas, como la protección del consumidor, el acceso y la gobernanza empresarial".
Cualquiera que sea el enfoque que se adopte, el conocimiento de que los participantes en los ecosistemas de la banca abierta están siendo investigados y monitoreados de manera efectiva será importante para proporcionar tranquilidad a los consumidores.
La implementación de los mecanismos de protección adecuados para los consumidores que sufren pérdidas también es fundamental. El acceso al inicio del pago concedido a los TPP puede complicar la cuestión de la responsabilidad entre bancos y TPP cuando se produce una transacción no autorizada, pero no se puede permitir que esto afecte al cliente. Desde el punto de vista de los clientes, debe preservarse el statu quo al permitir el acceso a un reembolso inmediato por parte de su banco en tales casos.
Cuando se trata de los TPPs que acceden a la información de las cuentas bancarias de los consumidores, éstos están mejor protegidos en los mercados en los que existe un marco regulatorio para asegurar que los proveedores utilicen un mecanismo de interfaz de programación de aplicaciones (API) abierta. En los mercados en los que aún no existen tales marcos, por ejemplo, en los Estados Unidos, sigue existiendo cierta dependencia de las prácticas de "screen-scraping", en virtud de las cuales se exige a los consumidores que compartan los datos de acceso a sus cuentas con terceros. En tales casos, los bancos pueden alegar que los consumidores han incumplido sus contratos de banca en línea y, por lo tanto, reniegan de cualquier responsabilidad por su parte si los clientes se convierten en víctimas de fraude como resultado de compartir sus credenciales de inicio de sesión.