Boletín de prensa

24 jun. 2020 Buenos Aires, AR

Expertos detallan las normas cambiarias y sus correlaciones

Hoy, tomar una decisión, no tiene solamente o un impacto fiscal, o uno cambiario, o uno aduanero en forma separada. El impacto es masivo

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Ricardo Furman

Director de Relaciones Institucionales, EY Argentina.

Posee más de 40 años de experiencia en distintas posiciones de la línea y áreas de servicios al cliente. Le gusta estar en familia y viajar. Sus hobbies son las artes marciales, los comics y el surf.

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iProfesional | Por Gustavo Scravaglieri y Sabrina Maiorano, Socio y Gerente de International Tax y Precios de Transferencia

Hoy, tomar una decisión, no tiene solamente o un impacto fiscal, o uno cambiario, o uno aduanero en forma separada. El impacto es masivo.

Todo está relacionado, conectado. Una empresa multinacional en Argentina ya no puede tomar una decisión, cambiar un rumbo, reestructurarse, sin que esa información sea conocida y compartida por distintos Organismos como ser la AFIP (en su doble función de autoridad fiscal y aduanera), el Banco Central, la Comisión Nacional de Valores, entre otros.

Hoy, tomar una decisión, no tiene solamente un impacto fiscal, o uno cambiario, o uno aduanero en forma separada. El impacto es masivo y el desafío constante es poder anticiparse a todos o gran parte de ellos.

Si bien todas y cada una de las materias involucradas y, directa o indirectamente, impactadas por los cambios normativos que se fueron sucediendo desde el 2017 a la fecha, hay una realidad y es que las cuestiones cambiarias generan una preocupación inmediata en la mesa de cualquier ejecutivo de una empresa argentina, sobre todo por la dificultad práctica de llevar a cabo algo -aparentemente- sencillo como es el cumplimiento de una obligación contractual con el exterior.

Normas cambiarias

¿Qué cuestiones cambiarias se deben tener en cuenta hoy a la hora de tomar decisiones empresariales? Básicamente, las siguientes:

a. Todos los egresos de fondos desde Argentina con acceso al mercado de cambios deben contar con autorización previa del Banco Central. En otras palabras, no se puede acceder a un dólar oficial sin que el Banco Central lo autorice.

b. Si la Compañía tiene una cuenta en el exterior con fondos disponibles (esto es, no relacionados con cobranzas de exportaciones que tendrían que ingresarse en Argentina en un plazo determinado), se tienen que usar esos fondos antes de pedir permiso para comprar un dólar oficial.

c. Si se realizaron operaciones de contado con liquidación para enviar dólares al exterior o tenerlos localmente, no se podrá acceder al mercado de cambios (dólar oficial) por, al menos, tres meses.

d. Si lo que se pretende pagar son importaciones de bienes, y durante el 2020 la Compañía decidió (en la ventana que se tenía durante los primeros meses del año) pagar todo de adeudado de años anteriores, deberá realizar una cuenta básica para ver si puede seguir pagando normalmente o tiene que pedir autorización al BCRA. Esta cuenta básica es: todo lo importado durante el 2020 (con valor comercial) menos todo lo pagado durante el 2020 (sin importar a qué año correspondía).

Si el resultado es que se pagó más de lo que se importó, no habrá otra opción más que pedirle permiso al Banco Central para seguir cumpliendo con los compromisos asumidos.

La enumeración precedente no es taxativa, pero creemos que son los puntos más importantes y con eso es suficiente para concluir que el camino para realizar un pago al exterior es tarea difícil. Y si a eso le sumamos intentar explicarles a los accionistas, casa matriz, proveedor, etc. que no se le van a pagar las compras realizadas, los servicios tomados, no se les van a remitir los dividendos que genere su inversión, a esa tarea difícil se le adiciona claramente un momento más que incómodo.

En este día a día cambiante y sorprendente donde llueven regulaciones que hacen que las piezas tengan que encajar sí o sí, las compañías asumen el desafío de reinventarse para proteger sus activos líquidos en pesos, o cumplir una obligación contractual, o estatutaria y en ese marco asumir riesgos que antes no se contemplaban. Sin dudas, un riesgo viene dado porque el vértigo de una situación cambiante puede llevar a decisiones apresuradas con errores que al final del día impactan no solamente en la reputación de la persona jurídica, sino también en la esfera personal de sus Directivos y representantes. También es cierto que la inacción puede ser un error con un costo alto.

En este contexto, y tal como hemos aprendido de nuestra propia historia, aún en aquellos casos en donde pareciera que no hay salida posible, se aconseja hacer una pausa y pensar los caminos con una mente amplia y conocimiento de todos los impactos que pueden generar porque, como se dijo al comienzo de esta nota, todo está relacionado, conectado.