Un nuevo proyecto de ley para incorporar medidas que mejoran y actualizan el sistema del permiso y la licencia de conducción por puntos.
El Consejo de Ministros aprobó el pasado 16 de marzo el proyecto de ley elaborado por el Ministerio del Interior para incorporar una serie de medidas que mejoran y actualizan el sistema del permiso y la licencia de conducción por puntos, y ha acordado su remisión a las Cortes para su tramitación parlamentaria y aprobación definitiva.
El proyecto de ley modifica el texto refundido de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, aprobado por el Real Decreto Legislativo 6/2015, de 30 de octubre, en el sentido de agravar las sanciones previstas para aquellos comportamientos que generan mayor riesgo para la conducción, como el uso del teléfono móvil al volante, e impulsar el mecanismo de los cursos de conducción segura como fórmula para mejorar la educación vial de los conductores.
Esta reforma ya fue aprobada en primera vuelta por el Consejo de Ministros el pasado 10 de noviembre de 2020. Desde entonces, ha obtenido los informes favorables de los ministerios de Hacienda, Asuntos Económicos y Transformación Digital, Trabajo y Economía Social, Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Política Territorial y Función Pública, así como del Consejo Superior de Tráfico, Seguridad Vial y Movilidad Sostenible.
El proyecto de ley se integra en una más amplia estrategia diseñada por la Dirección General de Tráfico para generar un nuevo modelo de seguridad vial alineado con la política de la Unión Europea, cuyo objetivo es reducir en un 50 por ciento el número de personas fallecidas y heridas graves para el año 2030 y avanzar hacia una cifra próxima a cero en el año 2050.
El contenido de la reforma ha sido ampliamente difundido y comentado en numerosos medios de comunicación y, además, el EY Mobility Center dedicará un webinar especial para comentar y debatir sobre esta importante reforma que será clave para la movilidad segura del presente y futuro de nuestro país.
Por ello, para esta importante ocasión he preferido hacer una reflexión sobre la evolución de España en materia de Seguridad Vial para tener un mejor marco de referencia que nos ayude a visualizar cómo hemos avanzado como sociedad hasta conseguir ser unos de los países más seguros del mundo en esta importante faceta de la movilidad.
Las causas de esta historia de éxito han sido diversas: las numerosas reformas legislativas y normativas, el establecimiento del carné por puntos, la creación de las ITVs, la introducción de la tecnología en los sistemas de protección de los vehículos ( ABS, Airbag, pretensores del cinturón, etc.), la construcción de numerosas autopistas y autovías (el 75% de los fallecidos se producen en carreteras secundarias de un solo carril por sentido), las reformas del Código Penal, la modernización y profesionalidad de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil ( con cientos de miles de controles de velocidad, alcoholemia y drogas), la puesta en marcha de los helicópteros con el software Pegasus, la creación de los Centros de Gestión del Tráfico de la DGT, la mejora de la formación de los conductores, las eficaces campañas de publicidad en radio y TV, etc., etc., explican la significativa reducción del número de accidentes de tráfico en las última década y que nuestro país sea actualmente una referencia mundial en Seguridad Vial en termino de fallecidos por millón de habitantes; la tasa media europea de fallecidos en siniestros viales por millón de habitantes es 51 mientras en España es 37.
Sin embargo, siendo enormemente importante lo relatado anteriormente en cuanto a las causas de la reducción de tragedias humanas en las calles y carreteras de nuestro país, hay algo que creo que fue determinante a la hora de explicar este éxito: la decisión como sociedad de que esa sangría de vidas en la carretera tenía que terminar. Estoy convencido que cuando los españoles nos dimos cuenta de que era insoportable continuar con cifras cercanas a la veintena, e incluso treintena, de muertes todos los fines de semana, tomamos conciencia de ello y decidimos entre todos cambiar nuestra forma de conducir y nuestra percepción del riesgo, es decir, decidimos salvar nuestra vida y salvar la de los demás.
Para terminar, quisiera trasladar, con ocasión de este nuevo impulso a la movilidad segura que supondrá la nueva reforma legislativa, un mensaje de esperanza y optimismo.
En mi opinión, el futuro de la Seguridad Vial, y no solo en España, está cargado de optimismo y buenas vibraciones, y la principal razón para ello es que estamos siendo testigos de un cambio de paradigma donde el concepto de Seguridad Vial está claramente siendo sustituido por el de Movilidad Sostenible, Segura y Conectada. En estos tres apellidos interconectados de la movilidad del siglo XXI se concentrarán todos los elementos claves para que se pueda operar una nueva reducción considerable en el número de accidentes de tráfico y las victimas que ocasionan.
Ojalá que el consenso que hace más dos décadas impulsó en nuestra sociedad la reducción de accidentes de tráfico, sea el que presida en las Cortes Generales la tramitación y aprobación de esta reforma para la movilidad segura de las futuras generaciones.
