3 minutos de lectura 8 enero 2021
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Covid-19: Glocalización y Resiliencia de la Cadena de Suministro

Por Jacobo de Silva

EY España, Socio responsable de Supply Chain & Operations en Consulting

Apasionado del campo y la mar, aficionado al golf y fan de mi familia. Disfruto facilitando valor a mis clientes con la compartición de experiencias entre industrias y el uso de nuevas tecnologías.

3 minutos de lectura 8 enero 2021

Las compañías necesitan analizar y poner en marcha una serie de acciones en diferentes frentes de la cadena de suministro.

El impacto económico a nivel mundial de la pandemia causada por el Covid-19 es incierto, aunque algunos consideran que esta recesión global tendrá grandes consecuencias. Tampoco está claro cuándo se va a controlar la pandemia ahora que se empieza a hablar de una tercera ola. 

Covid-19

10%

Impacto económico aproximado sobre el GDP

En lo que no hay duda es que esa contracción económica está impactando a los flujos mundiales de mercancías. El Covid-19, las políticas proteccionistas de algunos países, los cambios en las consideraciones de bienes estratégicos y el desarrollo oportunista de ciertas industrias van a repercutir en la configuración de las cadenas de suministro a nivel global. ¿Cuánto? Pues tampoco nos ponemos de acuerdo.

No estamos hablando únicamente de variaciones en los volúmenes de flujo de mercancías sino de una reconfiguración completa de cadenas de suministro que afecta a ubicaciones de plantas productivas y almacenes, los modos de transporte e incluso la naturaleza de los propios productos y mercancías (nuevos productos, nuevas formas de consumirlos y nuevos formatos).

Surge dentro de esta situación otro dilema que es el riesgo del servicio vs la eficiencia de la cadena. ¿Cuál es el verdadero objetivo, servir en tiempo y cantidad a nuestros clientes, o ser más eficientes? Los buffers que siempre se han considerado como algo negativo, ¿lo son ahora? ¿Hay manera de balancearlo lo mejor posible? ¿De qué forma?

Las medidas adicionales de salud y seguridad, distanciamiento de los trabajadores, limitaciones a la movilidad (inspecciones, tests, puesta en marcha de proyectos en remoto, etc.) pueden impactar también a la productividad de las empresas.

Es por ello por lo que las compañías necesitan analizar y poner en marcha una serie de acciones en diferentes frentes de la cadena de suministro.

Configuración de la cadena de suministro

La configuración de las cadenas de suministro impactadas por las nuevas tendencias de los consumidores, los potenciales nuevos proveedores y, por tanto, los flujos de mercancías han de evaluarse y, si hace falta, ajustarlas.

Dónde ubicar o reubicar los centros de distribución o almacenaje y las plantas teniendo en cuenta los cambios en los costes, centros de demanda y nuevos proveedores, todo ello con una visión no únicamente de cadena de suministro sino de eficiencia fiscal balanceando lo local con lo global y el make vs buy.

La estrategia de la cadena de suministro se convierte, como comentábamos al principio, en un tema de gran controversia en el balance coste, productividad vs nivel de servicio.

Digitalización y visibilidad

La digitalización de la cadena de suministro ha escalado posiciones hasta situarse en lo más alto de prioridades de digitalización de las compañías. Ya no es algo deseable, se ha convertido en una necesidad.

Hay, además, una oportunidad clara hoy en Europa a través del Next Generation EU (fondos europeos) para el periodo 2021-2024 que en uno de sus capítulos promueve la modernización y digitalización del tejido industrial y de la PYME.

La digitalización implica desde la robotización y automatización de las operaciones, al uso de sistemas de información avanzados y la inteligencia artificial. Considera también la conectividad de las empresas generando visibilidad tanto interna como externa, de la cadena de suministros de principio a fin. Todo ello ha supuesto para algunos países, como Corea del Sur, una barrera a un mayor impacto económico de la pandemia. La robotización, automatización y digitalización implica tener procesos productivos (SmartFactory) competitivos y resilientes en países con costes más elevados, consiguiendo de este modo firmar e incluso retornar la actividad industrial en países desarrollados con el consiguiente impacto positivo en el empleo.

Desde mi punto de vista, la visibilidad en tiempo real, o cuasi real, es crítica para poder gestionar y planificar la cadena de suministro aguas arriba y abajo, y tomar decisiones fundamentadas, pudiendo dar un nivel de servicio adecuado a un coste competitivo además de gestionar imprevistos.

Los procesos de S&OP (Sales and Operations Planning) o IBP (Integrated Business Planning) se ven impactados muchas veces en las empresas por la falta de información veraz y a tiempo (debilidades en los subprocesos del S&OP – p.e. MRP) además de por los silos funcionales de las empresas. La capacidad de estudiar escenarios que ayuden a la toma de decisiones contrastadas es clave en un mundo ágil y cambiante con el que nos enfrentamos. Pero para poder desarrollar esos escenarios se depende primero de la disponibilidad de información para poder generarlos y, posteriormente, de la capacidad para darles forma.

Una mejora de la visibilidad puede suponer una reducción de inventarios de hasta un 10 y un 30% (dependiendo del grado de madurez de la empresa) y con un proceso de S&OP/IBP maduro un incremento de ingresos y reducción de costes, a su vez, de entre un 2% y hasta un 8%, en nuestra experiencia.

Estrategia de compras y ecosistema de proveedores

La estrategia de compras y abastecimiento también se debe revisar. Las empresas deben evaluar el riesgo que supone, en muchos casos, la optimización del suministro siguiendo políticas de único proveedor evaluando los riesgos que ello supone frente a un ahorro por mayor volumen. Debe de establecer también la política de stocks más correcta frente a cada categoría/proveedor, así como la localización de estos, proveedor local vs. proveedor global. Ello podría suponer el impulso de políticas de desarrollo de proveedores locales como se ha venido promoviendo en diversas industrias en países en desarrollo.

Se necesita revisar la organización de compras para una mayor especialización en la compra y una mayor automatización de los procesos administrativos asociados, desde la generación del pedido (p.e., plataformas de compra guiada con interfaz de usuario fácil y flujo intuitivo) hasta la facturación y pago (p.e., plataformas P2P avanzadas).

La digitalización de los procesos de compra y aprovisionamiento suponen una oportunidad clave para agilizarlos y optimizarlos. En general, puede hacer que el coste operativo de la función llegue a disminuir hasta sólo un 0,2% (coste como % del gasto) e incrementar el cumplimiento o adherencia a las políticas de compra de hasta un 98%, lo que puede llegar a suponer ahorros de hasta un 4% sobre el gasto.

La optimización y posterior digitalización bien mediante ERPs avanzados, bien mediante el uso robots e inteligencia artificial (o ambos) tiene aplicación para la mejora en tiempo y coste de cualquier proceso de la compañía.

Resumen

Es el momento de cuestionar las cadenas de suministro desde sus objetivos, estructura de red y procesos críticos, como lo son las compras, considerando que la eficiencia máxima puede que no sea el principio del diseño. 

Para ello, es necesario conocer desde un primer momento las fortalezas y debilidades de tu cadena y establecer el camino que permita alcanzar la excelencia operativa consiguiendo los mayores beneficios cuanto antes, lo que permitirá, si es posible, autofinanciar los cambios.

Acerca de este artículo

Por Jacobo de Silva

EY España, Socio responsable de Supply Chain & Operations en Consulting

Apasionado del campo y la mar, aficionado al golf y fan de mi familia. Disfruto facilitando valor a mis clientes con la compartición de experiencias entre industrias y el uso de nuevas tecnologías.