Los aislamientos obligatorios por COVID-19, un colapso de la actividad industrial y la prohibición de viajar en todo el mundo provocaron una disminución sustancial de la demanda de recursos naturales. Los precios del petróleo se desplomaron hasta los niveles más bajos desde 2001, mientras que la demanda de gas ha caído hasta un 20%. Los mercados energéticos regionales también corren cada vez más riesgo de sufrir un descenso prolongado de la demanda. Esta incertidumbre ha amplificado la necesidad de que los ejecutivos de la alta dirección ajusten sus estrategias a largo plazo.
Las empresas energéticas pueden necesitar ser cada vez más ágiles y revisar sus prioridades estratégicas con mayor frecuencia. Muchos ejecutivos del sector de la energía han transformado sus principales operaciones empresariales optimizando su estructura de costos, rediseñando la cadena de suministros y aumentando la velocidad de reasignación de capital y recursos. Las empresas quieren auto-disrumpir antes de que los competidores fuercen una disrupción. Los ejecutivos que supervisan la estrategia están creando nuevas funciones, como la de Director de Crecimiento, Director de Transformación y Director de Sostenibilidad.
Al mismo tiempo, es probable que la estrategia deba centrarse ahora en todos los stakeholders, no sólo en los accionistas. Y es posible que haya que considerar a los competidores como socios potenciales para prosperar en un futuro incierto. Estas fuerzas están cambiando la forma en que las empresas formulan y ejecutan la estrategia. La encuesta de EY "Realizing Strategy", realizada a más de 1.000 CEO, CFO y otros ejecutivos de alto nivel, sobre el futuro de la formulación de la estrategia, lo demuestra.
Entre las principales conclusiones de los ejecutivos del sector energético encuestados:
- El 73% indica que COVID-19 tendrá un impacto, o incluso los hará pivotar, la estrategia de sus organizaciones a medio y largo plazo. Y el 13% dice que los hará buscar nuevos sectores para tener éxito.
- El 73% cree que los clientes son tan importantes o más que los accionistas a la hora de formular la estrategia. Y el 70% dice lo mismo de las cuestiones medioambientales y sociales.
- El 62% cree que la mayor amenaza competitiva en los próximos tres años procederá de una empresa ajena a su sector actual.
- El 80% de los que han incorporado los cargos de Director de Crecimiento, Director de Transformación, Director de Innovación, Director de Tecnología o Director de Ciencia en los últimos cinco años dicen que esos cargos influyen sustancialmente en la estrategia.
Formular la estrategia teniendo en cuenta a más partes stakeholders
La encuesta revela que los ejecutivos del sector energético son algo más propensos que otros ejecutivos a considerar que las cuestiones medioambientales y sociales (70% frente al 56%), los proveedores (69% frente al 54%) y los requisitos gubernamentales y normativos (66% frente al 65%) son tan o más importantes que los accionistas. La creciente preocupación pública por el cambio climático ha magnificado su importancia y ha acelerado el ritmo de las inversiones empresariales. Las empresas de petróleo y gas, así como las de servicios públicos de energía, llevan tiempo siendo cuestionadas por los stakeholders y los inversores en lo que respecta al cambio climático y la exposición al riesgo. En el sector de la energía y los servicios públicos, con el continuo descenso del costo de la generación distribuida y las tecnologías de baterías, los clientes empoderados encuentran cada vez más factible desconectar a las empresas energéticas tradicionales en favor de la generación, el almacenamiento y la venta de su propia energía.