22 minutos de lectura 9 oct 2019
Tractor on field

Retos y tendencias en el sector agropecuario en México

Por Emilio Díaz

Communications Leader, EY Latin America and Brand, Marketing and Communications Leader, EY Mexico

Impulsor de ideas creativas para generar y compartir perspectivas valiosas con nuestros clientes y reflejar el liderazgo intelectual de los profesionales de EY.

22 minutos de lectura 9 oct 2019
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Introducción

El sector agropecuario en México ha experimentado cambios relevantes en los últimos 30 años. Desde la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el sector se ha reconfigurado, tanto en el enfoque de los cultivos como en las técnicas utilizadas para su producción.

La apertura relativa del sector agropecuario en el país ha generado una dinámica de competencia que ha fortalecido la producción de ciertos cultivos y ha debilitado las capacidades de algunos otros. Este estudio analiza la dinámica agropecuaria en México durante los últimos años, además de ofrecer datos sobre algunos cultivos que han incrementado su producción y otros que se han debilitado contra sus competidores globales.

 

Tendencias históricas y actuales

A principios de la década de los noventa, el sector agropecuario en México experimentó un cambio estructural muy relevante. Sin embargo, la consolidación del sector ocurrió, principalmente, a partir del año 2010.

De 1993 a 2011, el crecimiento del sector primario en México estuvo por debajo del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) total, así como del sector manufacturero y terciario. Este fue un periodo de reconfiguración y solo el sector minero experimentó un crecimiento menor. A partir de 2011, el sector agropecuario comenzó a consolidarse, logrando tasas de crecimiento por encima del PIB total del país, así como del resto de los sectores, tal como se muestra en la siguiente figura:

Gráfica 5

En paralelo a la reconfiguración del sector, la mezcla de cultivos también se ha redefinido. En el periodo 2006 – 2016, cultivos como la frambuesa, las berries, los espárragos y las fresas han tenido tasas de crecimiento en el valor de su producción muy por encima de todo el sector y de la economía en general. Otros productos como los cárnicos y el maíz, que representan una proporción muy significativa del valor total de la producción agropecuaria nacional, han visto sus tasas de crecimiento estancadas en los últimos diez años. La gráfica que se muestra a continuación refleja las tasas de crecimiento en el valor de la producción durante el año 2016 para los principales productos agropecuarios en México (medidos por valor).

Gráfica 4

Adicionalmente, se observa que en el período 1995 – 2016 las berries, los frutos cítricos, aguacates y limones han alcanzado tasas de crecimiento anuales promedio de dos dígitos, muy por encima del valor de la producción mundial. México se ha convertido en unos de los competidores más fuertes en dichos cultivos. Por otro lado, aquellos que acaparan una gran parte de la producción (tanto en volumen como en valor), como el maíz, trigo y frijol, presentan crecimientos positivos del 2,6%, 2,1% y 2,4%, respectivamente. Sin embargo, dichas tasas de crecimiento son inferiores a las globales, por lo que en el mediano plazo podrían perder competitividad.

Gráfica 3

A continuación, se muestran algunos de los principales cultivos producidos en México. Para cada uno, se observa un crecimiento en la productividad (hg/ha) en el periodo 1995 – 2016, un crecimiento en la superficie cultivada (ha) en el mismo periodo, así como el valor de su producción y la productividad relativa versus el promedio mundial, durante el año 2016.

Gráfica 2

Los cultivos en el área de color verde representan aquellos en los que México ha incrementado su productividad en los últimos 20 años y para los cuales también ha crecido la superficie cultivada. Es decir, que tienden a hacer más eficiente el uso del suelo y los métodos para su siembra y cultivo. Es importante señalar que el valor de la producción de algunos cultivos es muy relevante; tal es el caso de los aguacates, cuya producción en el 2016 tuvo un valor de mil 621 millones de dólares, y de los chiles, cuya producción en el 2016 tuvo un valor de mil 274 millones de dólares. Adicionalmente, dichos cultivos tienen una productividad superior al promedio mundial, por lo que se puede considerar que el país está bien posicionado y tiene espacio para seguir captando participación en los mercados globales.

Los cultivos en el área de color amarillo representan aquellos en los que ha aumentado la productividad, pero no necesariamente por mejoras en los métodos de producción, ya que la superficie sembrada ha disminuido. Es decir, solo las regiones que ya eran productivas siguen sembrando dichos cultivos, mientras que aquellas que no lo eran dejaron de sembrarlos o los sustituyeron por otros. Los cultivos relevantes en esta categoría son el maíz y el tomate, cuya producción en el 2016 ascendió a 5 mil 343 millones de dólares y mil 545 millones de dólares, respectivamente. Sin embargo, es importante señalar que la productividad del maíz está por debajo del promedio mundial, mientras que la del tomate está por encima.

Los cultivos en el área de color naranja reflejan disminuciones en la productividad, pero aumento en la superficie sembrada. Las razones por las que se siguen sembrando pueden ser muy diversas, desde precios relativamente altos hasta asimetrías de información sobre otras opciones de sustitución de cultivos. Un caso notable en este grupo es la caña de azúcar, cuya producción tuvo un valor en el 2016 de mil 660 millones de dólares y, a pesar de que su productividad ha decrecido, sigue estando por encima del promedio mundial.

Por último, el área de color rojo representa cultivos cuya productividad y superficie sembrada han disminuido. El único caso en esta categoría es el café, cuya productividad comparada al promedio mundial también es inferior. Este cultivo se enfrentaría a riesgos relevantes en caso de no mejorar su productividad en el corto plazo.

Perspectivas a futuro

Se esperan tendencias positivas en el consumo y la producción nacionales en varios sectores de agronegocios, con la renegociación exitosa del TLCAN (ahora T-MEC) y la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México.

Se prevé un fuerte crecimiento en la producción de los tres sectores ganaderos en México, en comparación con la producción de granos y otras actividades intensivas en capital y tecnología; además del interés expresado en 2018 por parte del gobierno mexicano para la negociación de un tratado de libre comercio con la Unión Europea (UE), lo que podría abrir el mercado mexicano a las exportaciones europeas de productos lácteos y de ganado.

La Unión Europea está negociando un acuerdo comercial bilateral con México relacionado con los productos orgánicos. Se espera que esto aumente significativamente la demanda y, por lo tanto, la producción de productos orgánicos, ya que la UE representa más del 40% del mercado mundial de consumo de este tipo de productos. El país busca beneficiarse de estas negociaciones para ampliar el alcance de su dinámico sector agrícola.

El sector agroindustrial mexicano verá cambios estructurales significativos en los próximos trimestres, después de las elecciones presidenciales. Con el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, se podría ver un aumento de la producción nacional a largo plazo y, de manera más inmediata, un mayor énfasis en los programas de apoyo agrícola.

Agroindustriales ganaderas de México

Se pronostica una demanda y producción constantes hasta 2021 - 2022. La industria se beneficiará de los bajos precios de los alimentos y de los programas de apoyo del gobierno. El presidente López Obrador se ha comprometido a hacer que México sea autosuficiente en carne de res, pollo y cerdo, entre otros productos agrícolas.

Un elemento que debe tomarse en cuenta es que la industria ganadera del país se basa, principalmente, en granos importados como el maíz, las harinas de semillas oleaginosas y el sorgo para la alimentación animal, siendo Estados Unidos su principal proveedor. Esto puede significar que la producción de granos del país no cuente con la infraestructura suficiente para atender a este importante segmento.

Industria agraria del azúcar

Se espera un aumento en la producción nacional en 2017 - 2018, con una tasa de crecimiento estable hasta 2021 - 2022. El hecho de que las refinerías de azúcar sean lentas para innovar, sean competencia del jarabe de maíz con alto contenido de fructosa y sea un sector ineficiente en general con precios elevados, contribuyen a un crecimiento obstaculizado.

Granos en México

Existen revisiones negativas de la producción de granos para 2017 - 2018 y 2018 - 2019, ya que los rendimientos serán un poco más bajos que los niveles vistos en 2016 - 2017. Se espera que el crecimiento de la producción regrese a territorio positivo para 2019 - 2020 e incremente hasta 2022.

México ya es el tercer importador de maíz en el mundo y se espera que la dependencia del país hacia las importaciones de granos aumente en los próximos años como resultado del fuerte crecimiento en el sector ganadero. Esto, combinado con el aumento de los ingresos per cápita y el crecimiento de la población, impulsará el consumo de maíz en el futuro. Sin embargo, debido a que el país no cuenta con la infraestructura necesaria, continuará obteniendo casi la totalidad de sus importaciones de maíz de los Estados Unidos. Es probable que este sea el caso mientras que se inician esfuerzos para impulsar la producción nacional a mediano y largo plazo.

Gráfica 1

Tendencias en alimentación y agricultura

(Planeación Agrícola Nacional 2017 – 2030)

a. Patrones de consumo

En las últimas décadas, han ocurrido cambios socioeconómicos y culturales significativos en las familias, lo cual ha modificado los hábitos y las prácticas alimenticias, particularmente en los hogares urbanos. La producción, transformación y distribución de alimentos deberá estar alineada a los nuevos patrones de consumo.

b. Nutrición y salud

En las últimas décadas se ha incrementado la proporción de la población con desnutrición, carencia de micronutrientes, sobrepeso y obesidad. En el mundo se producen suficientes alimentos para cubrir las necesidades alimenticias de la población; sin embargo, las desigualdades económicas, educativas y de marginalidad geográfica han evitado que todas las personas tengan acceso a una alimentación adecuada. El acceso equitativo a diferentes tipos de alimentos como productos cárnicos, lácteos, frutas y hortalizas, así como a estilos de vida menos sedentarios, mejoraría la salud de un mayor número de personas.

c. Cambios estructurales y empleo

La contribución de la agricultura al PIB, así como a las estadísticas de empleo, ha disminuido en prácticamente todos los países. Una mayor migración de jóvenes del campo a las ciudades ha generado una sobreoferta de mano de obra poco calificada en las ciudades y una escasez en el campo.

d. Cambios en sistemas alimentarios

Las crecientes tasas de urbanización en la mayoría de los países en desarrollo han implicado retos relevantes en el procesamiento, el transporte, el almacenamiento y la distribución de los alimentos. Esto implica que las cadenas de valor tengan que estar mejor integradas y genera retos importantes a los pequeños productores, quienes tienden a carecer de capital y conocimientos para integrarse eficazmente. Por otro lado, la producción más intensiva de alimentos también ha generado presiones ambientales.

e. Desarrollo tecnológico e innovación

La presión en la demanda de alimentos requiere de una mejor tecnología para su producción, comercialización e industrialización. Los principales temas que ayudarán a solventar este reto son la agricultura a precisión, el mejoramiento genético, la biotecnología, entre otros.

Grandes retos

Competencia por recursos naturales

Generalmente, la producción agrícola va de la mano con la disminución de las aguas subterráneas. Adicionalmente, las alternativas bioenergéticas han generado una competencia por recursos similares a los de la agricultura, por lo que es necesario desarrollar mecanismos sostenibles de producción.

Insuficiente productividad e innovación

En el caso de México, hay cultivos intensivos en tecnología, cuya producción no se está maximizando precisamente por falta de herramientas adecuadas. Por otro lado, las prácticas sostenibles, como la agricultura de conservación y la agricultura climáticamente inteligente, proporcionarían nuevos métodos para incrementar la productividad e impulsar la innovación.

Incorporación de pequeños productores a las cadenas de valor nacionales y globales

En México existen dos grandes grupos de productores: aquellos a gran escala que compiten tanto nacional como internacionalmente y cuya productividad es relativamente alta, y los que producen para autoconsumo y mercados locales. Es necesario encontrar mecanismos que incorporen a estos últimos a las cadenas de valor en sus respectivos cultivos.

Control de plagas y enfermedades transfronterizas

El número de plagas y enfermedades que ponen en riesgo la seguridad alimentaria ha aumentado considerablemente. El cambio climático ha acentuado la distribución de estas plagas, así como el riesgo potencial que significan para animales y plantas. Existe un gran reto, tanto tecnológico como regulatorio, para minimizar el impacto negativo que estas plagas y enfermedades pueden causar en las cadenas agroalimentarias tanto en México como en el mundo.

Pérdida y desperdicio de alimentos

Se calcula que aproximadamente un tercio de los alimentos producidos en el mundo se desperdicia en algún eslabón de la cadena alimentaria. Modernizar la infraestructura, sustituir tecnologías obsoletas, así como invertir en nuevas formas de producción, podrían minimizar dichas pérdidas.

Resumen

El sector agropecuario en México ha experimentado cambios relevantes en los últimos 30 años. Desde la entrada en vigor del TLCAN, el sector se ha reconfigurado, tanto en el enfoque de los cultivos como en las técnicas utilizadas para su producción. La apertura relativa del sector agropecuario en el país ha generado una dinámica de competencia que ha fortalecido la producción de ciertos cultivos y ha debilitado las capacidades de algunos otros. 

Acerca de este artículo

Por Emilio Díaz

Communications Leader, EY Latin America and Brand, Marketing and Communications Leader, EY Mexico

Impulsor de ideas creativas para generar y compartir perspectivas valiosas con nuestros clientes y reflejar el liderazgo intelectual de los profesionales de EY.