En un entorno de crisis de salud pública como la que se vive actualmente a nivel mundial por el COVID-19, el home office o trabajo remoto buscar ser, para las empresas en las que su implementación sea viable, una alternativa transitoria pero tendiente a procurar la continuidad del negocio, preservar las fuentes de empleo y conservar los derechos de los empleados en materia de remuneraciones y beneficios.
Si bien existen otras alternativas viables como puede ser la reducción de la jornada de trabajo diaria o semanal, la suspensión colectiva de las relaciones de trabajo o los paros técnicos, entre otras; estas tienen un impacto directo en la remuneración del empleado, por esa razón, el home office se presenta como la opción que menos efectos negativos produce a la empresa y a sus empleados.
Por otra parte, también debemos considerar que el trabajo remoto busca hacer más eficientes los tiempos de los empleados, además de fortalecer la concentración al ejecutar ciertas tareas, disminuir el costo de transporte y de uso de oficinas físicas, así como maximizar el equilibrio vida – trabajo.
Frente a un escenario como el actual, las empresas deben detectar áreas de oportunidad que les permitan continuar operando. Cuando se opta por la opción del teletrabajo o home office, la implementación de esta medida debe ir acompañada de aspectos regulatorios, tecnológicos, de cultura y liderazgo para su adecuada puesta en marcha.
Aspectos a considerar para implementar adecuadamente el home office
En el caso de México, las nuevas formas de trabajo tienen una regulación al amparo de la Ley Federal del Trabajo, y el home office no es la excepción. Para implementar esta modalidad, es indispensable adecuar los instrumentos legales correspondientes como el contrato de trabajo, el reglamento interior, el contrato colectivo de trabajo, entre otros, para establecer con claridad los términos y condiciones de esa forma de trabajo.
Desde la perspectiva de talento, es necesario identificar los procesos y actividades susceptibles de implementar bajo esta modalidad de trabajo, establecer políticas y reglas claras, así como asegurar las herramientas de comunicación, fortalecer la gestión por objetivos y el uso de un plan de trabajo, además de tener claridad sobre los aspectos a evaluar en el desempeño de los empleados y los procesos de reconocimiento.
Respecto a la parte legal, es indispensable documentar los términos y condiciones aplicables, es decir, si se requiere modificar el contrato de trabajo prexistente o se necesita elaborar uno ex professo.
Adicionalmente, es importante regular:
1. El mecanismo de monitoreo de la jornada de trabajo efectiva (tiempo laborado / ausencias)
2. La política de seguimiento y rendición de cuentas
3. Código especial de conducta que permita, en caso de inobservancia, la implementación efectiva de un plan de disciplina progresiva (incluyendo suspensión y rescisión)
4. También deberá revisarse y, en su caso, adecuarse la política de prevención de accidentes de trabajo
Si bien el home office resulta una gran ventaja para varias empresas, existen otras para las que no lo es por el sector de negocio en el que operan y por el tipo de funciones que desempeñan los empleados, sin embargo, esta proporción es pequeña.