¿Cómo se construye la confianza mientras se escala y se conforta?
El cumplimiento efectivo de los requisitos legales era crucial, pero ese fue sólo el punto de partida para Teva.
La gestión de los riesgos de corrupción que surgen de terceros es uno de los retos más difíciles a los que se enfrentan las organizaciones globales. La aplicación de la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero de Estados Unidos (FCPA, por sus siglas en inglés) ha aumentado significativamente en los últimos años, y las empresas pagaron una cifra récord de US$2,9 mil millones para resolver casos en 2019, según el blog de la FCPA. La Cámara de Compensación de la FCPA muestra que terceros intermediarios han participado en el 89% de las acciones de aplicación. En todo el mundo se han intensificado las actividades de lucha contra la corrupción, con una mayor cooperación entre las diferentes jurisdicciones.
Teva Pharmaceutical Industries, con sede en Israel, es líder mundial en medicina genérica y especializada. En 2016, llegó a un acuerdo con las autoridades de Estados Unidos sobre las violaciones de la FCPA. Teva acordó mejorar su programa de cumplimiento y mejorar la due diligence para terceras partes, al mismo tiempo que informaría a un monitor de cumplimiento independiente durante tres años. Y por si eso no fuera un reto suficientemente grande, el gigante farmacéutico se sometió a un programa de reestructuración corporativa diseñado para recortar 3.000 millones de dólares en costos.
Cumplimiento
2000Teva procesaba hasta 2.000 solicitudes de uso de terceros cada año.
Lori Queisser, que se convirtió en la Directora de Cumplimiento Global de Teva en 2015, sabía que cumplir con los requisitos legales sería sólo un punto de partida. Los largos procesos de cumplimiento de la compañía estaban perjudicando la productividad, sin reducir necesariamente el riesgo de terceros. El objetivo oficial de Teva se convirtió en "construir el mejor y más respetado programa de cumplimiento global de la industria — un programa que trabaje en asociación con la empresa para prevenir problemas".
Queisser descubrió que una serie de adquisiciones corporativas habían cargado a Teva con una docena de sistemas, cada uno con sus propios procesos financieros y de adquisición, algunos de ellos manuales. Conseguir la aprobación para contratar a un representante de terceros podría llevar semanas o incluso meses. Teva, que tiene aproximadamente medio millón de proveedores y clientes, procesaba hasta 2.000 solicitudes de uso de terceros cada año.
"Estábamos gastando millones y millones de dólares en la due diligence de terceros, como lo hacen todas las empresas públicas que cotizan en los Estados Unidos, pero no estábamos reduciendo nuestro riesgo", dice Queisser.