El ritmo de cambio en los informes corporativos se está acelerando rápidamente, lo que supone cada vez más presión y nuevos retos para los CFO y los responsables financieros que tienen que elaborarlos. Este ritmo de cambio viene motivado, fundamentalmente, por las nuevas regulaciones en materia de información pública corporativa que los distintos reguladores están imponiendo. De hecho, recientemente se ha publicado una iniciativa de la Comisión Europea “Información corporativa: mejora de su calidad y cumplimiento”, que es previsible que concluya con una propuesta legislativa, que afectaría a los tres pilares responsables de la calidad de la información corporativa de las entidades cotizadas: el gobierno corporativo de las empresas, los auditores y los supervisores (de las entidades y de los auditores).
No cabe duda de que este tipo de cambios en la regulación afecta en primera instancia a las compañías cotizadas, pero al final genera unas expectativas en el cumplimiento de los requisitos de información corporativa que acaban afectando a cualquier entidad.
En este contexto, los profesionales de los departamentos financieros están llamados a mejorar la calidad y el alcance de los informes corporativos, tanto los que incluyen información exclusivamente financiera como los que van más allá y aportan datos no financieros. El reto de generar “informes mejorados” y con capacidad de aunar distintos tipos de información es el tema central de la “Encuesta global de informes corporativos de EY 2021”, que analiza la opinión de más de 1.000 CFO, controllers financieros y otros responsables senior de departamentos financieros.
La encuesta de este año ha identificado dos grandes tendencias en los departamentos financieros de las empresas de todo el mundo.
En primer lugar, cabe destacar que existe una presión cada vez más acuciante para que los CFO y los responsables de finanzas alineen los informes corporativos con información de asuntos ESG y con información financiera, cerrando así la desconexión existente hasta ahora con los inversores y otros grupos de interés que demandan un reporting completo.
La segunda conclusión es que la elaboración de información corporativa que aúne datos financieros y no financieros puede requerir cambios en los departamentos de finanzas en términos de personas, liderazgo y capacidades avanzadas.
A partir de ahora, los responsables de los departamentos financieros tendrán que reforzar su colaboración con la alta dirección y con los grupos de interés con el fin de impulsar un reporting más completo. También tendrán que desarrollar capacidades de análisis avanzado para extraer información útil de los datos, así como de ser capaces de mejorar en términos de planificación y previsión de escenarios. Es probable que esto requiera un replanteamiento de los perfiles de los profesionales de los departamentos financieros.
Asimismo, la investigación de la encuesta ha identificado cuatro áreas clave:
1. Crecimiento de la tendencia a presentar “informes mejorados”.
La pandemia de COVID-19 ha acelerado la conciencia sobre el capitalismo humanista, lo que supone un aumento de la información sobre asuntos ESG.
El 74% de los responsables financieros encuestados afirman que han acelerado la transición de los informes financieros tradicionales hacia un modelo de informe mejorado que abarca tanto información financiera como datos sobre asuntos ESG.
2. Cierre de la brecha en la percepción de la utilidad de los informes ESG.
Existe una brecha entre lo que las empresas creen sobre sus informes ESG y la opinión de los inversores sobre estos informes a la hora de tomar sus decisiones. A día de hoy, es probable que los inversores estén más atentos a la utilidad y a la eficacia de los informes ESG que las propias compañías.
3. Los estándares de reporting ESG pueden ser cruciales para evaluar el valor a largo plazo.
os responsables financieros y los inversores coinciden en la importancia de aumentar el rigor de los informes ESG mediante la introducción, incluso la exigencia, de estándares que ya existen en los informes financieros. No obstante, esta es una opinión más frecuente entre los inversores que entre los financieros.
4. Definición del papel de los responsables financieros en los informes ESG.
Los CFO y los responsables de finanzas tienen que definir su papel a la hora de abordar el reporting relacionado con ESG. Hoy, el 70% de los encuestados afirma que los informes ESG son una parte “significativa” o “muy importante” de su función y responsabilidad, porcentaje que en la edición de 2020 solo alcanzaba el 63%.
Teniendo en cuenta los datos y las conclusiones de la investigación, hay dos prioridades que pueden ayudar a los responsables de la función financiera a generar un nuevo modelo de informe corporativo más completo.
En primer lugar, es clave diseñar correctamente la hoja de ruta desde el punto de vista del talento y del liderazgo. La pandemia de COVID-19 ha generado un cambio significativo en materia de recursos humanos en términos de avances hacia modelos operativos ágiles y centrados en personas.
Así, será necesario reforzar la colaboración entre el CFO o el departamento financiero con el resto de los directivos y departamentos de la organización, así como ejercer de verdaderos “conectores” entre distintas áreas con el fin de capturar toda la información. En este sentido, las habilidades tecnológicas y relacionadas con los datos se revelan como especialmente útiles para los profesionales de la función financiera.
La segunda prioridad consiste en centrarse en el análisis de datos avanzados. Es preciso tener capacidad para extraer información ESG de los datos mediante análisis avanzados a partir de herramientas tecnológicas. Este análisis permite a las organizaciones estructurar, sintetizar, interpretar y obtener información a partir de grandes volúmenes de datos, lo que se traduce en informes ESG más útiles y creíbles.
En definitiva, todo parece apuntar que nos dirigimos a un modelo donde el reporting corporativo sea integrado e incorpore de forma generalizada para todas las entidades información tanto financiera como no financiera. Para ello, los CFO y los responsables financieros deberán desarrollar un talento y unas capacidades de liderazgo que les permitan interactuar con los distintos departamentos generadores de la información financiera y no financiera, gestionar de forma eficiente las nuevas tecnologías de análisis avanzado de datos para obtener información adecuada y fiable y, por último, ser capaces de entender las exigencias de sus grupos de interés en relación a la información corporativa. Todo esto en un momento en el que sus equipos financieros estarán muy probablemente en un entorno de trabajo semipresencial conjugando el teletrabajo con la presencia física en sus oficinas.