Supervisión de la estrategia para crear valor a largo plazo
Para maximizar el valor a largo plazo es necesario resolver el presente, explorar el futuro y dar un paso más allá.
Los principales Consejos de Administración trabajan con los equipos de dirección para supervisar un proceso de formulación de estrategias que impulse el valor a largo plazo, una tarea difícil que se complica por la necesidad de resolver el presente y explorar el futuro.
En el entorno empresarial actual, centrado en los stakeholders, es imperativo que las empresas definan los factores de valor, tanto financieros como no financieros, y los incluyan en la definición de la estrategia, ya que consideran las necesidades de los inversores, los empleados, los consumidores, la sociedad y otras partes interesadas clave. Las hipótesis a largo plazo dentro de la estrategia deben desarrollarse utilizando fuentes de información internas y externas sobre las megatendencias, los flujos de inversión de las entidades de capital riesgo y de capital privado, junto con el seguimiento de la actividad de fusiones y adquisiciones, alianzas y empresas conjuntas. Los análisis tradicionales de sectores, junto con la información sobre riesgos externos, pueden proporcionar indicadores tempranos de las oportunidades y los riesgos emergentes.
Un análisis de todo el potencial del modelo o modelos de negocio existentes de la empresa y de sus puntos débiles puede determinar la necesidad y el momento de realizar pivotes estratégicos. De hecho, durante 2020, quienes alcanlzaron el éxito fueron capaces de ajustar rápidamente sus modelos de negocio para satisfacer las nuevas necesidades de las partes interesadas (por ejemplo, trabajo desde cualquier lugar, entrega y recogida de alimentos/suministros, telemedicina y ofertas digitales). La estrategia debe incluir inversiones en competencias clave para satisfacer las necesidades materiales de las partes interesadas y las expectativas futuras, incluidas las relacionadas con cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG).
Una vez renovada la estrategia, es fundamental que la junta directiva y el equipo de liderazgo consideren los cambios en el modelo operativo, incluidos los requisitos de cultura y comportamiento de los empleados, para confirmar la alineación con el propósito, la visión y la estrategia de la organización. Encontrar formas de fomentar la innovación de forma generalizada a través de la cultura de una empresa puede mejorar la estrategia y, por tanto, el crecimiento a largo plazo.
La dirección debe integrar la estrategia y la cultura con el proceso de gestión de riesgos de la empresa y proporcionar al Consejo actualizaciones oportunas relacionadas con las oportunidades y los riesgos estratégicos. El Committee of Sponsoring Organizations se centró en la actualización de su marco de gestión de riesgos -cuyos dos primeros componentes son la gobernanza y la cultura, y la estrategia y la fijación de objetivos-, indicando la importancia de supervisar estos temas para la mitigación de riesgos.
Por último, el Consejo de Administración y la dirección deberían cuestionar colectivamente si cuentan con los procesos de gobernanza adecuados para permitir la revisión y la aplicación oportunas de una estrategia sólida en los horizontes temporales a corto, medio y largo plazo.
El Consejo de Administración debe revisar periódicamente un cuadro de mandos de valor a largo plazo que incluya parámetros para medir el valor financiero, humano, del consumidor y de la sociedad y la dirección debe supervisarlo para garantizar la credibilidad de los parámetros. También debería evaluarse la dedicación del Consejo de Administración junto con la puesta en marcha de un posible comité ad hoc, dada la necesidad de revisar continuamente las hipótesis estratégicas a largo plazo.
Promover la resiliencia de las empresas ante la incertidumbre
Un entorno empresarial que cambia rápidamente requerirá un enfoque ágil para lograr la resiliencia.
Los miembros de los Consejos de Administración desempeñan un papel fundamental a la hora de ayudar a la dirección a adaptar sus organizaciones al mundo más allá de la pandemia y de supervisar cómo se incorpora la capacidad de recuperación a todos los aspectos de la empresa.
La base de este trabajo incluye la supervisión por parte del Consejo de Administración de las actualizaciones de los planes de escenarios, las pruebas de estrés y los planes de contingencia que hacen hincapié de forma crítica en los supuestos y variables clave en una serie de escenarios extremos.
Basándose en los resultados de estos planes y pruebas, las organizaciones están evaluando las necesidades de liquidez y apuntalando la estabilidad financiera, reforzando las cadenas de suministro y permitiendo una mayor flexibilidad en los modelos operativos.
Un escenario de regreso al trabajo físico exigirá una atención continua a la salud y el bienestar de los empleados y la creación de confianza en los protocolos de seguridad y la supervisión. Esto puede requerir capacidades nuevas o mejoradas en materia de salud y seguridad, como pruebas, certificaciones, rastreo de contactos y vacunación. Además, la planificación de la capacidad y los cambios en la configuración de los espacios de trabajo están provocando una reevaluación de la huella geográfica de las empresas y de sus necesidades inmobiliarias.
Las empresas de éxito adoptarán enfoques ágiles para navegar por un entorno empresarial que cambia rápidamente a nivel de la dirección y en la sala de juntas. Los Consejos de Administración tendrán que anticiparse al cambio de forma proactiva y abordar los riesgos y oportunidades asociados a las tendencias clave que conforman el contexto empresarial actual y futuro.
Algunos, como la transformación digital, el futuro del trabajo y los impactos climáticos exponenciales, se han acelerado y ya están perturbando los modelos de negocio y la estrategia a corto plazo. Estos factores también están contribuyendo a un panorama de riesgo cambiante.
Además, existen riesgos asociados al aumento de los problemas de ciberseguridad y privacidad relacionados con la transformación digital y el teletrabajo, el aumento de los riesgos geopolíticos y el cambio del entorno regulatorio, con gobiernos que probablemente sean más activos en la economía para el futuro.
Adaptar los procesos y controles de la gestión de riesgos empresariales (ERM) para que respondan mejor a los cambios ayudará a facilitar los pivotes estratégicos y a aumentar la resiliencia de la empresa. Esto incluye evaluar cómo el "modelo de tres líneas" está siendo implantado con los distintos órganos de gobierno para optimizarlo de manera que sea eficiente y se adecúe al propósito.
Para ayudar a sus organizaciones a reimaginar la resiliencia de la empresa y aprovechar las ventajas de la aceleración de los riesgos, los Consejos de Administración deben confirmar el uso por parte de la dirección de la inteligencia basada en datos procedentes de una amplia gama de fuentes, su gestión de la agregación de riesgos y las interdependencias en toda la cadena de valor y la ejecución de postmortems regulares para incorporar aprendizajes clave.
Centrarse en la transformación de la plantilla y en las nuevas formas de trabajar
Las juntas directivas abordarán los asuntos relacionados con el talento como parte fundamental de la estrategia.
Históricamente, muchas juntas directivas limitaban sus responsabilidades de supervisión del talento a la planificación y el desarrollo de la sucesión de los directivos. Hoy en día, los líderes reconocen el capital humano como un impulsor clave del valor a largo plazo. Las competencias del Consejo en materia de capital humano seguirán ampliándose a lo largo de 2021. También reconocen que las tendencias recientes, incluidas las cinco generaciones que conforman ahora mismo la fuerza laboral, la digitalización, el trabajo en remoto y la automatización, están redefiniendo las formas de trabajar. La pandemia ha acelerado esta transformación y destacado la gestión de los profesionales como una parte fundamental de la estrategia.
Las empresas se están adaptando a un nuevo entorno en el que la salud y el bienestar de las personas han adquirido un papel central en las operaciones. El trabajo en remoto está creando algunos desafíos, pero también oportunidades relacionadas con el desarrollo del pipeline y la planificación de la sucesión; reclutamiento e incorporación; productividad; compromiso del empleado y desarrollo de la cultura.
A medida que se incrementa el uso y la adopción de las tecnologías, las empresas están mejorando y reciclando a su personal para la mano de obra del futuro. Esto incluye confirmar el equilibrio adecuado en el portfolio de capital humano (por ejemplo, tradicional, virtual, contingente, habilitado digitalmente) para optimizar la funcionalidad del empleado e identificar dónde enfocar los programas de capacitación y desarrollo.
Los Consejos de Administración tienen la oportunidad de ayudar a orientar la estrategia de los profesionales para crear una ventaja competitiva y un valor a largo plazo, y esto requiere la información adecuada. Esto implica hacer del director de recursos humanos (CHRO, por sus siglas en inglés) un recurso central de la junta directiva, revisar regularmente métricas bien definidas y sólidas para la inteligencia de capital humano y cultura, y encontrar oportunidades para llevar la perspectiva del empleado a la sala de juntas.
Además, las juntas directivas deben tener en cuenta que con las nuevas divulgaciones de capital humano de la SEC, impulsadas en parte por años de presión de los defensores de los inversores, traerán un mayor escrutinio de las estrategias de capital humano, la inversión y la supervisión. Esto hace que la presentación de informes externos en torno a cuestiones estratégicas de la plantilla sea una oportunidad vital con repercusiones en la marca y la reputación de la empresa. Las compañías pueden aprovechar los marcos de información externa ampliamente aceptados para decidir qué métricas serán más importantes con los inversores y stakeholders.
Dirigir la diversidad, la equidad y la inclusión
Las empresas deben comprometerse, actuar y comunicar los objetivos de diversidad y su progreso.
Lograr un progreso real en materia de diversidad, equidad e inclusión (DEI) será una de las señas de identidad de 2021, a medida que los líderes implementen cambios significativos en sus procesos de contratación y gestión y los Consejos de Administración exijan responsabilidades a sus equipos de gestión y a ellos mismos.
La actual atención a la injusticia racial ha catalizado las declaraciones de muchas empresas en apoyo de la igualdad y ha puesto de relieve el papel que pueden desempeñar las empresas en la promoción de la equidad y las oportunidades para los diversos grupos. Los empleados, los consumidores y los inversores esperan que las empresas demuestren su compromiso y su actuación en materia de DEI, lo que incluye la divulgación de datos actuales, objetivos específicos, planes para alcanzar esos objetivos y resultados de los programas e iniciativas.
Más allá de mantener el capital social, las empresas líderes reconocen a DEI como una prioridad clave para impulsar el valor de negocio. La diversidad en múltiples dimensiones y experiencias construye mejores negocios y atrae a mejores talentos, clientes e inversores. Existen numerosas pruebas de que las empresas con talento y liderazgo diverso tienen una fuerte ventaja competitiva con múltiples perspectivas como factor clave de la innovación, el crecimiento y la rentabilidad, y como motor del rendimiento y el valor en una amplia gama de indicadores.
Del mismo modo, las investigaciones demuestran que la diversidad en las juntas directivas mejora su eficacia y su rendimiento corporativo. Una cultura de inclusión es la clave para maximizar el poder de la diversidad y aprovechar todo el potencial de las personas, tanto en la plantilla como en la sala de juntas.
Los miembros de los Consejos de Administración desempeñan un papel integral en la dirección de sus empresas a través de los cambios empresariales y sociales de manera que promuevan el rendimiento y el valor para la empresa y sus partes interesadas. Los consejos de administración pueden influir y liderar mejor a sus empresas para que aborden de forma estratégica y sistemática los factores sociales y de rendimiento de la DEI dentro de sus propias filas, en toda la plantilla y entre sus socios comerciales. Contar con estructuras de gobernanza transparentes para supervisar la DEI es fundamental para impulsar el progreso y crear responsabilidad, y será un área de creciente escrutinio por parte de los inversores a medida que aumente la atención sobre el capital humano y otros temas ASG.
Orientación de una estrategia ESG que impulse el compromiso de los stakeholders y el valor
Las cifras financieras por sí solas ya no cuentan toda la historia de una empresa.
Está en marcha una oleada de inversiones sostenibles. Impulsados por muchos motivos, como la demanda de los inversores y el creciente reconocimiento de que los factores ESG pueden ser beneficiosos desde el punto de vista financiero, los flujos de entrada, que alcanzan cifras récord, se dirigen a empresas que aplican estrategias de inversión ESG y el importante crecimiento de sus fondos apunta a un impulso continuo.
Los inversores también están elevando las apuestas cuando se trata de la administración de ESG. Esto incluye prioridades de compromiso ESG de alto perfil de los gestores de activos y un número récord de propuestas de accionistas sobre temas ambientales y sociales que aseguran el apoyo de la mayoría. Al mismo tiempo, el ecosistema ESG sigue evolucionando, y los recientes desarrollos normativos impulsados por el mercado, están acelerando la estandarización de los informes ESG y repercutiendo en las expectativas de las partes interesadas.
Los Consejos de Administración tienen la responsabilidad y la oportunidad de ayudar a las empresas a capitalizar estas tendencias y desbloquear el valor ESG para construir una ventaja competitiva a largo plazo, mejorar la resiliencia a la aceleración de los riesgos de sostenibilidad y atraer a los inversores, el talento y los clientes cada vez más conscientes de la sociedad que la empresa busca.
Para ello, una evaluación de la materialidad es un primer paso fundamental para identificar y priorizar las cuestiones ESG más relevantes para la empresa. Una vez definidas las prioridades ESG, el Consejo de Administración está bien posicionado para ayudar a guiar el diseño de una estrategia alineada con la estrategia corporativa que refuerce las iniciativas empresariales actuales y aborde las carencias relacionadas con esas prioridades. Para ayudar a impulsar la estrategia, es importante que las juntas directivas supervisen el establecimiento de objetivos ESG y la identificación de las métricas relevantes para medir, administrar y comunicar el progreso.
Para diferenciar aún más a la empresa de sus competidores y mejorar el rendimiento, los Consejos de Administración pueden supervisar la integración de la ESG en la estrategia empresarial y en la gestión del riesgo. Hacerlo puede reforzar la sostenibilidad del modelo de negocio de la empresa a largo plazo y ayudar a la dirección a navegar por los riesgos acelerados relacionados con la ESG y las oportunidades estratégicas. Por último, al supervisar las comunicaciones y los informes de ESG, las juntas directivas pueden brindar a los stakeholders una visión más amplia de cómo la empresa está ofreciendo y protegiendo el valor.
Composición y eficacia de la junta directiva
Las expectativas cambiantes de las partes interesadas y la evolución de las estrategias empresariales exigen una nueva visión del Consejo de Administración y de sus operaciones.
A lo largo de 2021, los Consejos de Administración deben seguir mejorando su propia eficacia. Las competencias, las prácticas y la estructura y las responsabilidades de los comités del Consejo de Administración pueden mejorarse continuamente para hacer frente a los retos actuales y emergentes, incluidos los efectos de la COVID-19.
Un mayor enfoque en la creación de valor a largo plazo, la resiliencia operativa y las tendencias de gobernanza continuas relacionadas con ESG y los problemas estratégicos del talento también pueden influir en las agendas de la junta directiva y en cómo la junta brinda supervisión.
En vista del continuo trabajo en remoto, que continuará hasta 2021, las prácticas de comunicación y seguridad de la información y las reuniones de la junta directiva deberán ser ágiles y efectivas.
Los estatutos, la estructura de los comités, las agendas y los compromisos pueden necesitar ser reevaluados para impulsar la eficacia del Consejo y aumentar la responsabilidad.
El acceso a la información y a las personas adecuadas en el momento oportuno, que siempre es una cuestión crítica para los Consejos de Administración, es aún más importante en vista de la incertidumbre sin precedentes y de los rápidos cambios en los entornos empresariales a nivel mundial. Los miembros del Consejo de Administración deben evaluar la calidad y la puntualidad de la información procedente de la dirección y buscar la experiencia externa y las aportaciones de las principales partes interesadas que puedan aportar perspectivas y destacar las tendencias que podrían afectar a la empresa.
A medida que las juntas navegan por una crisis global en curso, abordan las expectativas cambiantes de los stakeholders y demuestran liderazgo en temas de diversidad, equidad e inclusión, es posible que necesiten desafiar cómo su composición refleja las necesidades de los stakeholders y reevaluar las competencias adecuadas necesarias para supervisar las oportunidades y los riesgos estratégicos ahora y en el futuro. La actualización periódica de los Consejos de Administración, junto con la formación continua de todos sus miembros, debe ser adoptada como una apuesta para satisfacer las cambiantes necesidades de supervisión.