Todos los departamentos jurídicos están evolucionando a ritmos distintos y operan en contextos únicos dentro de sus respectivas organizaciones.
Este estudio se basa en la necesidad de entender los problemas a los que se enfrentan tanto el negocio como la función jurídica, así como las prioridades que el área legal debe respaldar. A partir de ahí, los departamentos jurídicos pueden definir cómo asignar el presupuesto, controlar los costes, colaborar con el negocio, externalizar determinadas actividades, desarrollar el talento y utilizar tecnología como habilitadora del cambio. Una vez sentadas estas bases, podrán seguir innovando y evolucionando de forma alineada con la organización.
En España, los departamentos jurídicos están redefiniendo sus prioridades en gestión de riesgos con un enfoque más estratégico, destacando el cumplimiento normativo (67%), las disputas legales e investigaciones (63%), la adopción de tecnologías como la Inteligencia Artificial (60%) y la seguridad de los datos (57%). A nivel global, el cumplimiento normativo también ocupa el primer lugar (75 %), muy por delante del que ocupa la incorporación de tecnologías como la IA (25%)..
Esta evolución en las prioridades refleja un cambio en el rol del departamento jurídico, que asume una función más proactiva como asesor preventivo y aliado estratégico para reducir riesgos. Esta orientación también se traduce en un aumento significativo de la inversión en áreas clave de gestión del riesgo.