A la hora de afrontar este análisis, es necesario tener en cuenta el contexto, así como el Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia. El PRTR, aprobado por el Consejo Europeo en julio de 2021 que supone, tras la reciente actualización derivada del ajuste al PIB real, la llegada a España de más de 77.000 millones como transferencias no reembolsables se ha configurado como un elemento esencial que determina las finanzas públicas de nuestro país, pues con su implementación se ha puesto en marcha un proceso muy relevante en cuanto a movilización de fondos y planes de transformación por parte de todas las Administraciones públicas españolas.
La ejecución eficaz de los fondos europeos recibidos es el gran reto al que se enfrenta nuestro país. Por ello, a partir de una lectura de la contabilidad presupuestaria analizamos el gasto y su evolución con el fin de extraer conclusiones y poder así reflexionar de manera independiente sobre cómo impulsar la I+D+i+d en un contexto en el que el gasto y la inversión en estos ámbitos es algo especialmente necesario.
El contexto de los fondos europeos
Para poder comprender la situación en la que se encuentran los fondos europeos es necesario señalar dos aspectos relevantes en lo que respecta a la ejecución del PRTR:
En primer lugar y según datos oficiales, la ejecución presupuestaria en el año 2021, ha alcanzado el 91% en fase de gasto autorizado y el 87% en fase de crédito comprometido.
En segundo lugar, la decisión del Gobierno de solicitar los 84.000 millones asignados en créditos mediante una adenda. Esta decisión supondría una inyección de fondos adicionales considerable, en un contexto complejo en el que el crecimiento real del PIB ha sido menor del previsto (del 5,1%, 1,4 puntos porcentuales por debajo de la previsión del Gobierno).
Por ello, teniendo en cuenta ambas cuestiones hay que analizar la utilización y el gasto de los fondos públicos englobados en la Política de Gasto 46.
¿Qué es y qué incluye la Política 46 según en los presupuestos generales del Estado de 2021?
En los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2021 se incorporaron los créditos procedentes del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, por lo que fue necesario crear una nueva estructura presupuestaria.
La Política de Gasto 46 pasó a llamarse «Investigación, Desarrollo, Innovación y Digitalización», añadiéndose este último término para tener una referencia específica a uno de los ejes del Plan y se incorporaron un nuevo Grupo de Programas Presupuestarios, el 460 «Investigación, Desarrollo e Innovación. Mecanismo de Recuperación y Resiliencia», para incluir específicamente estos créditos.
Ejecución presupuestaria de la I+D+i+d pública estatal en 2021
En 2021 el sector público estatal destinó un total de 12.454 M€ a la política de Investigación, Desarrollo, Innovación y Digitalización (I+D+i+d), lo que supone 5.387 M€ adicionales más que en 2020 y un incremento del 76%, convirtiéndolo así en el mayor presupuesto de la historia dedicado a esta política. Este aumento, en parte, corresponde a los fondos europeos (créditos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), que ascienden a 4.942 M€).
Los recursos finalmente empleados fueron 7.565 M€, el doble que en 2020, alcanzándose la tercera mayor cifra de la historia tras 2008 y 2009. La tasa de ejecución del conjunto la Política 46 sube hasta el 61% (lo que traduce en un 9% más que en 2020), pero sigue siendo más baja que la del agregado de políticas de su área de gasto, las «actuaciones de carácter económico», que presentan una ejecución del 83%.
Cabe señalar también que la Política 46 tiene una peor tasa de ejecución presupuestaria que el conjunto de políticas de gasto, un 61% frente al 90% que representa el total de las políticas.
Es relevante a la hora de analizar la ejecución de los créditos, separar el gasto derivado de los créditos nacionales del que procede del Mecanismo, pues la ejecución es bien distinta, un 49% frente a un 78%. Esta diferencia se debe principalmente al distinto peso relativo del gasto financiero en ambos.
Otra cuestión a resaltar es que, en el caso de la Política 46, los ministerios están demostrando ser más capaces de ejecutar los fondos europeos que los fondos de origen nacional, al revés de lo que ocurre con los organismos y las agencias estatales. En concreto, los ministerios han asumido la mayor parte de la gestión de los fondos europeos destinados a esta política y, aunque presentan una tasa de ejecución superior a los organismos y agencias estatales (del 79% frente al 66%), concentran el mayor volumen de créditos no ejecutados (un total de 967M€ de los 1.087).
El Ministerio de Ciencia e Innovación es el que mejor tasa de ejecución presupuestaria presenta de los fondos europeos dedicados a la Política 46, aunque queda deslucida su tasa de ejecución agregada una vez considerados también los fondos de origen nacional. Por otro lado, el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital es el principal gestor de fondos europeos de la Política 46, específicamente de los dedicados a digitalización, con una ejecución del 83%.
Por último, cabe señalar que el Programa de Estabilidad 2022- 2025 presentado por España a la Comisión Europea genera dudas sobre la posibilidad de dar cumplimiento al compromiso de la Ley de la Ciencia de seguir incrementando la financiación pública de la I+D+i en el medio plazo. En realidad, España prevé destinar en 2025 una fracción incluso menor de su PIB a las actuaciones de carácter económico (entre las que se incluye la Política 46) que la que se dedicaba antes de la pandemia.