La futura Ley de Movilidad Sostenible tendrá importantes novedades que nos permitirá ir cumpliendo con los compromisos contraídos con la UE en materia de movilidad sostenible, segura y conectada
Con la finalización del año 2022, donde aún se notaron los últimos coletazos de la pandemia de la Covid-19, hoy, podemos afirmar, de manera razonablemente definitiva, que el sector de la movilidad recupera su tendencia a niveles prepandemia (2019); tal y como indica nuestro informe Mobility Consumer Index 2023 de EY.
Desde el punto de vista legislativo, la futura Ley de Movilidad Sostenible, que verá la luz a finales de este mismo año o, principios del que viene, tendrá importantes novedades que nos permitirá ir cumpliendo con los compromisos contraídos con la Unión Europea en materia de movilidad sostenible, segura y conectada. Además, ya se encuentra en pleno proceso de elaboración un instrumento fundamental para la coordinación de todas las administraciones públicas españolas con competencias en materia de movilidad: el Sistema Nacional de Movilidad Sostenible. Este sistema permitirá que ayuntamientos, comunidades autónomas y Administración central del Estado, legislen de manera coordinada evitando tanto conflictos de competencias, como vacíos legislativos.
Tanto la Ley de Movilidad Sostenible, como el Sistema Nacional de Movilidad Sostenible, serán instrumentos muy positivos para el desarrollo de este sector estratégico para la sociedad y, que, tanto tiene que ver con la economía, el empleo, el ocio y la exclusión social.
Por otro lado, la conciencia de la necesidad de una progresiva y firme descarbonización del transporte se está percibiendo por la sociedad como una necesidad y, no como un obstáculo para el desarrollo de nuestra economía y nuestro maltrecho medio ambiente.
Sin embargo, a pesar de estos impulsos positivos, todavía queda tramos de este camino con algunas barreras importantes. La principal de ellas es, sin duda, el definitivo despegue del vehículo eléctrico y la infraestructura de recarga. Todavía hay muchos en el sector de la movilidad y la automoción que no se ponen de acuerdo en el orden de prioridades ¿Primero los vehículos o, primero la infraestructura? Posiblemente, la clave se encuentre en una implantación coordinada de ambos vectores con la participación de un elemento fundamental como es el liderazgo e impulso de las administraciones públicas.
La eliminación de barreras burocráticas innecesarias para la agilización de la instalación de los puntos públicos de recarga eléctrica, la progresiva disminución de los precios de los vehículos electrificados a través de planes de ayudas eficaces y ágiles; así como un impulso definitivo al PERTE del vehículo eléctrico y conectado, serán capitales para que la industria de la automoción culmine el año con pleno éxito. Además de, preparar a nuestro país para liderar la movilidad del futuro y convertirse en un referente del sector, que representa en España una auténtica joya industrial en términos de empleo, exportaciones y aportación al PIB nacional.
Esperemos que el anuncio de la desgravación fiscal en el IRPF del 15% por la compra de vehículos eléctricos y la entrada en vigor de la nueva Ley de Movilidad Sostenible, sea el comienzo de ese nuevo camino pleno de oportunidades para todos, y cuya ruta está fijada desde que el gobierno aprobó hace ya un año la Estrategia española de Movilidad Sostenible.
Publicado en Expansión