Nota de Prensa
19 may. 2025 

EY Insights y EsadeEcpol estiman un crecimiento trimestral del PIB de entre 0,5% y 0,6% en el 2º trimestre de 2025

RealTime Macro – Mayo 2025

Contacto de prensa

  • La confianza y el empleo han contribuido positivamente al crecimiento, mientras que el consumo minorista, la actividad industrial y los servicios han restado dinamismo.
  • La previsión anual del PIB para 2025 se sitúa en el 2,3%, por debajo de años anteriores, pero por encima de la media de la eurozona.
  • La desaceleración prevista para la segunda mitad del año refleja un contexto internacional más incierto y volátil.

 EY Insights y EsadeEcpol han publicado hoy una nueva edición de Real Time Macro, informe bimensual de seguimiento de la economía española enfocado al sector empresarial.

El modelo de seguimiento y pronóstico en tiempo real, RealTimeTracker, estima que el crecimiento trimestral del PIB se situaría en el segundo trimestre de 2025 en la horquilla 0,5-0,6% trimestral. Este avance supondría una ligera desaceleración frente al crecimiento registrado en los siete trimestres previos y se sitúa en línea con otros pronósticos recientes, como los del Panel de Funcas (+0,5%, del 17 de marzo) o la AIReF (+0,6%, del 8 de mayo). En tasa interanual, la economía española se expandiría un 2,6% en el segundo trimestre, moderándose en comparación con los trimestres precedentes. El avance del 0,5-0,6% estimado supondría la continuación de la tendencia positiva de crecimiento de la economía española por 19º trimestre consecutivo, pero los factores de crecimiento, los riesgos emergentes y el entorno macro financiero señalarían que el ritmo de crecimiento seguiría suavizándose, alejándose del dinamismo y la resistencia exhibidas por la economía española en los últimos años. En este sentido, el RealTimeTracker apuntaría a crecimientos más moderados en el tercer trimestre de 2025 en el entorno del 0,2% trimestral, tasa sujeta a una elevada incertidumbre por una información todavía escasa e incompleta.

El avance trimestral del 0,5-0,6% que pronostica actualmente el RealTimeTracker para el segundo trimestre ha mostrado una leve moderación desde la primera lectura a principios de abril, que era algo superior al 0,6%. Esta leve moderación se debe a distintos componentes que nutren el modelo, pero, no obstante, existen algunos componentes que han tenido un impacto positivo, ejerciendo de sostén a la proyección trimestral:

  • Por el lado de la demanda, influyó negativamente la evolución del consumo, según el índice de consumo minorista correspondiente a marzo, así como los indicadores de inversión de febrero (bienes de equipo y construcción).
  • Por el lado de la oferta, influyó el comportamiento de las ramas industriales, según el índice de producción industrial (IPI) correspondiente a febrero (la estimación no incorpora aún el dato de marzo), así como el de casi todas las ramas de servicios según los índices de cifras de negocio correspondientes a febrero, que, salvo las de comercio y transporte y almacenamiento.
  • La evolución del mercado de trabajo, que exhibió un buen registro de las afiliaciones en abril y ha permitido más que compensar el impacto negativo en marzo.
  • La resistencia de los indicadores de confianza de alta frecuencia (índice de gestores de compras de manufacturas y de servicios, así como el indicador de la OCDE.

Evolución del pronóstico anual

La previsión de crecimiento para 2025 se situaría actualmente en el 2,3% (algo menor al 2,5% del último Panel de Funcas), con una aportación posiblemente total de la demanda doméstica. Ello se debe a que el dinámico crecimiento de la economía registrado en 2024 (+3,1%, reestimado a la baja por el INE a finales de abril) ha generado un efecto arrastre del crecimiento del 1,1% en 2025, lo que, en combinación con el dato del primer trimestre de 2025 (0,6% trimestral) y la estimación del RealTimeTracker (0,5-0,6% en el segundo trimestre y 0,2% en el tercer trimestre), garantizarían un crecimiento anual del 2,2% en 2025, aunque el crecimiento del cuarto trimestre fuese nulo.

Sin embargo, el entorno exterior podría hacer mella en esta previsión, ya que la economía global ha entrado en una nueva era en la que se está reseteando el sistema y las reglas que han operado en los últimos 80 años, según manifestó el FMI en su reunión de primavera hace dos semanas. Así, el último World Economic Outlook, titulado “A Critical Juncture amid Policy Shifts”, presentó una rebaja generalizada de previsiones salvo contadas excepciones, como España. El impacto significativo en el crecimiento económico global se debería a la elevada incertidumbre circundante y a distintos factores, entre los que destacan los siguientes:

  • La incertidumbre en política comercial y la reducción del margen de maniobra para afrontar futuros shocks.
  • El repricing adicional que puede haber en los mercados financieros, incluyendo tensionamiento de las condiciones financieras y volatilidad cambiaria y en instrumentos de renta variable, renta fija o materias primas.
  • Cuestiones más estructurales como cambios demográficos y la reducción de la mano de obra, que pueden lastrar el crecimiento potencial y afectar a la sostenibilidad fiscal.
  • Riesgos relacionados con un aumento del descontento social.
  • El impacto que puede haber en los países emergentes por el mayor coste de financiación exterior y la reducción de la ayuda al desarrollo.

Pese a ello, se prevé que la situación siga siendo favorable para la economía española este año, que se suma a la inercia acumulada en los anteriores. Con un avance del 2,3% en 2025, el PIB  español se expandiría un 8,7% acumulado frente al pico previo a la pandemia global (cuarto trimestre de 2019), superando ampliamente a las principales economías europeas.