El Foro Económico Español reunió en su segunda sesión a los principales actores del país llamados a impulsar la revolución verde. Autoridades nacionales y autonómicas, líderes empresariales y académicos se congregaron durante la jornada de ayer para definir la hoja de ruta que nuestro país debe seguir en su camino hacia la transición energética de la mano de la oportunidad que supone NextGenerationEU y el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia español. Un plan cuya última y ampliada versión se presentó públicamente ayer, contemplando 70.000 millones de euros de inversión en el periodo 2021-2023, de los cuales el 39% de los recursos se dedicarán a la transición energética. Una transición necesaria y posible, que, a su vez, debe ser equilibrada y justa.
Una transición necesaria
Una transición necesaria, entre otros motivos, porque como indicaba Isabel García Tejerina, senior Advisor en EY y ex ministra de Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, “el cambio climático es un hecho cierto, incuestionable. Las características específicas del mismo, lo que lo hace diferente y preocupante es la velocidad a la que se produce, su causa y que es un fenómeno global”.
Una transición posible
En este contexto, la transición verde es posible. El presidente castellanomanchego, Emiliano García-Page destacaba que “la situación económica es muy esperanzadora”, van a llegar a España más recursos de los que llegaron en la primera generación de fondos de cohesión que consiguieron transformar España. “Tenemos una oportunidad en invertir en energías renovables que no tiene precedentes”, afirmaba José Manuel Entrecanales, presidente de Acciona, gracias a la disponibilidad de fondos, el aumento de la competitividad de las energías verdes, y una importante conciencia social mundial, “más occidental que asiática” añadió. Para conseguirlo, es preciso invertir en infraestructuras, ya que “el 70% de la inversión necesaria para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible depende de la capacidad de ejecución de infraestructuras”.
Transición equilibrada
Una transición que, sin embargo, debe hacerse de manera equilibrada. Como gráficamente ilustraba Alberto Núñez Feijoo, presidente de la Xunta de Galicia, "Antes de desenchufar lo que funciona conviene tener enchufado lo nuevo", para evitar "graves efectos" que para la economía española puede tener una transición verde que no se haga "bien". “Tenemos que gestionar la transición, porque nuestra energía tiene que ser competitiva y para eso, el precio del megavatio tiene que ser razonable”, añadió.
En este sentido, Raúl Blanco, secretario general de Industria y Pyme, al tiempo que afirmaba que "es necesario y urgente" apostar por la descarbonización, añadía que "hay un elemento que no debemos perder de vista: sin industria no hay transición ecológica”.
Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol fue muy claro también en esta cuestión en un sentido doble; en primer lugar apelando a la necesidad de “garantizar la seguridad de suministro en Europa” y analizando los “intereses estratégicos energéticos de España en la transición energética” en el marco de una estrategia de industrialización.
Le seguía Phillipe Boisseau, CEO de Cepsa, quien destacaba orgulloso que “no hay lugar en el mundo más enfocado en la transición energética que Europa”, al tiempo que recordaba del riesgo de enfrentarse a una economía global en la que productores de fuera del continente no compiten en igualdad de condiciones.
Transición justa
En definitiva, emprendemos una transición necesaria y posible, que debe ser equilibrada, pero también justa. “Donde cerramos, ni nos vamos, ni nos desentendemos. Nos quedamos”, afirmaba José Bogas, consejero delegado de Endesa, en alusión al compromiso empresarial de su compañía con los trabajadores, así como hacía también Francisco Reynés, presidente de Naturgy, en relación con la reconversión de plantas de carbón en instalaciones de producción de gas renovable.
En este contexto, Mariana Mazzucatto, profesora del University College de Londres y directora del Institute for Innovation and Public Purpose de la misma universidad, apelaba al “stakeholders capitalism” y a la visión a medio y largo plazo en la que incorporar la voz de los trabajadores en las decisiones estratégicas de las compañías para facilitar esta transición justa.
El papel de las instituciones
Para impulsar esta transición energética, además de fondos, es preciso un marco institucional adecuado. Fijando un rumbo claro, estableciendo los incentivos adecuados, y dando confianza a los agentes económicos.
Por ello afirmaba con rotundidad Cani Fernández, presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia que “hemos de proteger el buen funcionamiento de los mercados, de modo que los beneficios de la transición alcancen a los consumidores que podrán acceder a fuentes de energía seguras, sostenibles y competitivas".
En este contexto, Ignacio S. Galán, presidente y consejero delegado de Iberdrola, afirmaba que la Ley de Cambio Climático, actualmente en tramitación en el Senado es “una gran oportunidad para crear decenas de miles de trabajos y una industria potente” y contribuirá a que “España sea un país autónomo en la dependencia energética exterior, en empleo, competitividad y traerá oportunidades ligadas a la producción de hidrógeno”. Tras ello, la vicepresidenta cuarta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, abría la sesión de tarde afirmando que España "ha logrado generar una imagen de confianza para los inversores respecto a dónde queremos ir" con la economía verde, en alusión a la citada Ley.
Todos los representantes empresariales e institucionales plantearon sus principales propuestas de proyectos a presentar con cargo a NextGenerationEU. En ese contexto, Carlos Torres, presidente de BBVA, destacó que las instituciones financieras son "catalizadores del cambio", y que “es importante que los bancos alimentemos nuestra cartera de inversiones hacia el Acuerdo de París".
Tras más de ocho horas de intenso intercambio de ideas entre las primeras figuras llamadas a ejecutar la revolución verde en España, debatiendo, entre otros aspectos sobre descarbonización, economía circular e hidrógeno verde, la segunda sesión del Foro Económico Español demostró que España está preparada para impulsar su transformación energética de la mano de NextGenerationEU. Y que no hay tiempo que perder.