5 minutos de lectura 5 abril 2021
ey-business-colleagues-discussing-lobby

Cómo entender la factura de la luz

Por Antonio Hernández

EY España, Socio del área de Sectores regulados y Análisis Económico

Apasionado por los nuevos retos. Amante de la familia, los deportes, los viajes y las diferentes culturas.

5 minutos de lectura 5 abril 2021

Para la mayoría de los ciudadanos, comprender los conceptos de la factura de la luz es todo un reto.

Términos, conceptos y cifras incomprensibles tiñen un papel que, a pesar de formar parte del día a día de todos los hogares y de llevarse cada mes un buen pellizco de su economía familiar, se antoja completamente ininteligible para el común de los ciudadanos.

Según un estudio publicado a finales del año pasado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), la mayoría de los consumidores desconoce si tiene contratada una tarifa regulada o del mercado libre. Seis de cada diez hogares no saben en qué mercado tienen contratado su suministro eléctrico. Y hay más. Porque solo un 25 % es consciente de que puede contratar su suministro en el mercado regulado o en el libre.

Enfrentarse a una factura de la luz supone, para muchos, todo un reto. Estas son algunas de las claves para entenderla.

¿Cuáles son los conceptos que incluye la factura de la luz? ¿Qué son cada uno de ellos?

El destino del recibo de la luz cubre principalmente cuatro conceptos.

En primer lugar, el coste de la producción de la electricidad, es decir, lo que cuesta que se genere la energía que consumimos a partir de diversas tecnologías, como los ciclos combinados de gas, la energía solar o eólica, la hidráulica o la nuclear. Este concepto suele ser inferior al 30% de la factura.

En segundo lugar, los denominados peajes de acceso, que es lo que cuesta cada año amortizar las infraestructuras que permiten que la electricidad llegue a nuestras casas desde donde es generada; y aquí se incluyen las redes de transporte de alta tensión y las de media y baja tensión (tensión en la que la electricidad llega a nuestras casas). Este concepto supone en torno al 20% del recibo.

En tercer lugar, cubrimos lo que se denominan cargos, que incluyen por ejemplo lo que pagamos por la apuesta que hizo nuestro país por las energías renovables hace unos años y que ahora ha dado sus frutos o la financiación del déficit que acumuló el sistema eléctrico en el pasado.  Este concepto supone en torno al 30% de la factura.

Por último, pagamos los impuestos, como el IVA y el impuesto sobre la electricidad, que recae sobre la electricidad consumida, y que suponen en torno al 21% del recibo.

¿Qué pagamos en la factura de la luz? ¿Cómo se calcula? ¿Qué diferencias hay entre el mercado libre y el mercado regulado?

El cálculo de lo que pagamos lo regula la administración y el organismo regulador (la Comisión Nacional de Mercados y Competencia -CNMC), cumpliendo, en su caso, las directrices de la Unión Europea.

El concepto de la energía consumida se calcula en función de la potencia que tenemos contratada y de nuestro consumo, y aquí cabe distinguir dos opciones: mercado regulado o libre. Si estamos en el mercado regulado pagamos el precio que se determina por la interacción de la demanda y la oferta  en el mercado de electricidad. El mercado de electricidad es el mercado al que acuden todos los productores de electricidad (oferta) con sus diferentes precios, en función de las diversas tecnologías de generación de electricidad, así como todos los consumidores (demanda). Cuando se llega al equilibrio entre la oferta y la demanda se fijan los precios; y esta fijación se produce cada hora.

Por ello, en horas de mucha demanda (horas pico) los precios suben, ya que es necesario utilizar la oferta de los productores que utilizan tecnologías con costes variables más elevados. Y en horas de menor demanda (horas valle) los precios son más bajos, porque la demanda se satisface con una oferta que utiliza tecnologías con menores costes variables y es más barata de producir. De este modo, si estamos en el mercado regulado se nos aplica el precio que cada hora determina el mercado, por lo que es importante que como consumidores seamos más activos y consumamos en la medida de lo posible en horas valle, con el fin de aprovechar los mejores precios.

Por el contrario, si estamos en el mercado libre, pagamos lo que hayamos acordado con el comercializador, que nos puede ofrecer un precio fijo para evitar los vaivenes del mercado, así como opciones de precios más bajos en determinadas horas.

Por su parte, los peajes de acceso y los cargos se calculan en función de unas metodologías que permiten cada año financiar los gastos del sistema eléctrico. Dado que esos gastos se reparten entre todos los consumidores, en momentos de caída de la demanda se produce un aumento unitario de los mismos en función del tipo de consumidor.

Por último, los impuestos se calculan multiplicando nuestra factura por los tipos impositivos de cada uno, de modo que cuanto más consumimos, más impuestos pagamos.

¿Qué conceptos están fijados por la Administración y cuáles son variables?

Los únicos conceptos que no fija la administración o el regulador son los precios de la generación, que dependen del mercado y, en su caso, de la negociación entre las partes.

¿Por qué varían de repente los precios de la luz en algunos meses? ¿De qué dependen estos cambios?

Los precios de la luz pueden subir en función de los costes de la generación. España tiene un mix de generación muy rico y variado, ya que la electricidad se produce a partir de diferentes tecnologías y fuentes de energía: principalmente, hidráulica, nuclear, solar, eólica, y ciclos combinados de gas.

Por ello, en momentos en los que haya mucha demanda de energía (por ejemplo, ante una ola de frío) y suba el precio del gas en los mercados internacionales o no haya viento o esté nublado o los embalses estén más secos, el precio de la electricidad subirá. Por el contrario, en días de mucho viento o mayor radiación solar, caerá el precio de la electricidad.

Dado que España es un país que no tiene prácticamente hidrocarburos (gas y petróleo) y, sin embargo, es abundante en sol y viento, se ha hecho una apuesta para que el peso de las renovables en nuestro mix energético vaya aumentando progresivamente, reduciendo nuestra dependencia energética del exterior a la vez que contribuyendo a nuestro objetivo de reducción de emisiones y lucha contra el cambio climático. Estos son dos objetivos esenciales del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima.

¿Por qué varían los importes de la factura con consumos idénticos?

Depende de dos cosas principalmente, de la potencia contratada y de si el contrato elegido es regulado o libre. A mayor potencia contratada mayor pago.

¿Qué quieren decir fuentes renovables? ¿Se incluye aquí la energía nuclear?

Fuentes renovables son aquéllas que, como su nombre indica, se renuevan, es decir, tras ser utilizadas, se pueden regenerar de manera natural o artificial. Por ello, en este concepto sólo se incluyen la tecnología hidráulica (agua de lluvia), la solar fotovoltaica o termosolar (sol y radiación solar) y la eólica (viento). La energía nuclear, aunque es una tecnología libre de emisiones, no se incluye entre las fuentes renovables.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que algunas energías renovables son intermitentes, por lo que en esos momentos hay que satisfacer la demanda de electricidad utilizando los ciclos combinados de gas o tecnologías que hayan permitido el almacenamiento (como las baterías o la energía hidroeléctrica de almacenamiento por bombeo, que capturan energía y la almacenan para su uso posterior).

¿Qué impactos hay en la factura cuando se contrata una potencia mayor o menor?

A mayor potencia contratada, mayor importe tendrá la factura. Por ello es importante calcular bien la potencia que se necesita y no contratar por encima. También es relevante que el consumidor sea cada vez más activo y haga un uso más racional de la electricidad, consumiendo cuando ésta es más barata (periodos valle). En la nueva metodología de cargos, aprobada el 18 de marzo, se prima esta mayor racionalidad de los consumidores.

¿Pueden los inquilinos de una casa en alquiler cambiar de compañía o tienen que ser los dueños?

Pueden hacerlo, pero deberán considerar si el contrato tiene alguna cláusula de permanencia. Para consumidores domésticos no suele ser el caso.

Publicado en La Voz de Galicia

Resumen

Entender la factura de la luz es todo un desafío para la mayor parte de la población. Conceptos, cálculos o variaciones de precio son algunos de los puntos que siembran dudas entre los ciudadanos. En este artículo damos las nociones básicas para su correcto entendimiento.

Acerca de este artículo

Por Antonio Hernández

EY España, Socio del área de Sectores regulados y Análisis Económico

Apasionado por los nuevos retos. Amante de la familia, los deportes, los viajes y las diferentes culturas.