Lightning nights

Por qué sube el precio de la luz y cómo reducir su impacto


Grandes oscilaciones de precios que generan dudas entre los consumidores.

En las últimas semanas hemos sido testigos de importantes oscilaciones en los precios del mercado eléctrico (conocido como el “pool”, por sus siglas en inglés). En particular, hemos visto precios que en algunas horas han rozado los 90 euros por megavatio hora (es decir, 9 céntimos de euro por kilovatio hora, hablando en la escala en la que nos movemos los consumidores domésticos) y, en otras, han estado muy cercanos a cero.

Por ello, trataré de explicar por qué motivo se producen estas oscilaciones de precios, en qué medida afectan a los consumidores y qué podría hacerse para minimizar esta volatilidad en la factura de la luz.

Las variaciones en los precios de la electricidad en el mercado se deben, como en todos los mercados, a la interacción entre la demanda y la oferta. La demanda está formada por todos los consumidores y la oferta por todos los productores de electricidad, que ofrecen diferentes precios, en función de sus tecnologías. Cuando se llega al equilibrio entre la oferta y la demanda se fijan los precios; y esta fijación se produce cada hora. Por ello, en horas de mucha demanda (horas pico) los precios suben, ya que es necesario utilizar la oferta de los productores que utilizan tecnologías con costes variables más elevados, como los ciclos combinados de gas. Y en horas de menor demanda (horas valle) los precios son más bajos, porque la demanda se satisface con una oferta que utiliza tecnologías con menores costes variables y es más barata de producir, como la nuclear o las renovables. También en horas de menor viento y/o sol, o en temporadas de menores lluvias, la oferta de renovables se reduce y los ciclos combinados de gas, y en menor medida los bombeos, dan firmeza al sistema y permiten satisfacer la demanda.

De este modo, el encarecimiento del precio en las últimas semanas se ha debido a que la demanda de electricidad ha sido superior a la oferta proveniente de las tecnologías con costes variables más bajos, por lo que ha sido necesario recurrir a la producción de los ciclos combinados, cuyos costes variables han crecido coyunturalmente mucho, debido al notable encarecimiento del gas en los mercados internacionales (algo más del 20%) y el significativo aumento de la cotización de los derechos de emisión (alcanzando un máximo histórico por encima de los 55 euros tonelada).

En contraste, la importante caída que se ha producido en los últimos días de los precios del gas y la cotización de los derechos de emisión (superior al 10%) ya se ha reflejado con reducciones en los precios de los mercados de futuros de electricidad.

En definitiva, como en todo mercado, el juego de la oferta y la demanda es el determinante de los precios.  Y es así como funcionan los mercados eléctricos en todos los países de la Unión Europea.

A los consumidores que están en el mercado regulado español (el conocido PVPC) se les aplica el precio que cada hora determina el mercado, por lo que es importante que se aprovechen los momentos de menor demanda o mayor oferta de renovables (y por tanto de bajos precios) para llevar a cabo el consumo eléctrico y reducirlo en los momentos de demanda pico o menor oferta de renovables.

Por otra parte, conviene aclarar que los precios que se fijan en el mercado sólo afectan a un tercio de la factura, ya que ésta incluye otros conceptos, que representan el 70% restante: los peajes, los cargos y los impuestos.

Los peajes de acceso incluyen lo que pagamos por las infraestructuras que permiten que la electricidad llegue a nuestras casas, es decir, las redes de transporte de alta tensión y las de media y baja tensión, que suponen en torno al 20% del recibo.

Los cargos incluyen diversos conceptos, como por ejemplo lo que pagamos por la apuesta que hizo nuestro país por las energías renovables hace unos años, y que ahora ha dado sus frutos, o la financiación del déficit que acumuló el sistema eléctrico en el pasado; este concepto supone en torno al 30% de la factura.

Por último, los impuestos, como el IVA y el impuesto sobre la electricidad, que recae sobre la electricidad consumida, y que suponen en torno al 21% del recibo.

Por ello, una subida de un 10% en el precio de la electricidad en el mercado eléctrico sólo supondría una subida del 3% en la factura de la luz y lo mismo ocurriría en caso de una bajada.

En cualquier caso, si un consumidor desea aislarse de las subidas y bajadas del precio de la electricidad en el mercado, siempre puede acudir al mercado libre y contratar un precio fijo, debiendo valorar bien las diferentes ofertas existentes.

Por otra parte, teniendo en cuenta las tarifas reguladas indexadas al precio spot solo existen en España, sería conveniente analizar un posible cambio de la regulación del PVPC, permitiendo que éste no solo se fijase con los precios horarios del mercado spot, sino que también tuviese en cuenta las cotizaciones del mercado de futuros en diferentes plazos, lo que suavizaría la repercusión en la factura de los consumidores domésticos de las subidas y bajadas de los precios del mercado.

Publicado en El Confidencial



Resumen

En las últimas semanas hemos visto grandes oscilaciones en el precio del mercado eléctrico, lo cual genera dudas entre los consumidores. Este encarecimiento se debe al equilibrio entre la oferta y la demanda, algo usual ya que así funcionan los mercados eléctricos en todos los países de la Unión Europea.


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