
Parte 1
Clarificando conceptos en torno al proceso de descarbonización y al cambio climático
En este capítulo vamos a explicar los conceptos más relevantes asociados al cambio climático.

Parte 2
¿Qué es la descarbonización de una compañía y cómo se consigue?
En este capítulo vamos a conocer las fases que debe seguir una compañía para reducir los GEI y alcanzar Net Zero.
Una vez analizados los principales conceptos asociados al proceso de descarbonización de la economía, el siguiente punto es conocer las fases que tiene que realizar una empresa para reducir progresivamente sus emisiones de GEI y alcanzar, en su caso, el Net Zero en el plazo de tiempo que se marque. En el caso de la Unión Europea, y como consecuencia de la Ley de Europea del Clima, el objetivo es claro y, además, jurídicamente vinculante: alcanzar la neutralidad climática en la Unión de aquí a 2050 y la reducción interna neta de, al menos, un 55% para 2030, tomando 1990 como año de referencia.
¿Cuáles son las fases para realizar una estrategia de descarbonización?
Gráfico 7. Fases para descarbonizar una compañía – Fuente: elaboración propia EY

Para EY, podrían identificarse estas 4 fases:
- Fase 1. Comprender la huella climática, así como los riesgos y oportunidades climáticos. En esta fase, el objetivo es realizar modelos de escenarios para poner a prueba su negocio y aclarar los riesgos (tanto físicos como de transición) y oportunidades, así como cuantificar las consecuencias financieras del riesgo climático.
- Fase 2. Cuantificar la huella climática y fijar objetivos. En esta fase se trata de revisar toda la cadena de valor, aguas arriba y aguas abajo, y de analizar la huella de carbono para identificar exposiciones materiales. Como hemos comentado, la tendencia actual es establecer objetivos basados en la ciencia (distribución de un presupuesto de carbono para lograr que la temperatura media global no aumente más de 1,5ºC o 2ºC, siendo éstos los dos escenarios más utilizados para este fin).
- Fase 3. Desarrollar la estrategia de reducción. En esta fase el objetivo es desarrollar e implementar una estrategia climática para alcanzar los objetivos de reducción propuestos. Para ello, se trata, por una parte, de poner en práctica medidas de reducción de emisiones GEI y de establecer una estrategia para compensar y eliminar. En este sentido, se trata de identificar y evaluar sus opciones estratégicas, como por ejemplo, la descarbonización de productos, la transformación de la cadena de suministro, la optimización de las operaciones, la reducción del riesgo de su cartera, etc. Se trata de desarrollar una hoja de ruta clara que integre todas las acciones necesarias para alcanzar los objetivos de reducción propuestos.
- Fase 4. Comunicar los resultados. En esta etapa se trata de comunicar el desempeño con la profundidad requerida para permitir que los grupos de interés de la compañía evalúen de manera completa y transparente su desempeño climático. Esto incluye respaldar sus comunicaciones relacionadas con el clima con formatos y soportes que ofrezcan el mismo nivel de conocimiento que aplica a sus informes financieros.

Parte 3
Conclusiones
¿Cuál es la conclusión más evidente que podemos extraer de todo este proceso de descarbonización de la economía?
¿Cuál es la conclusión más evidente que podemos extraer de todo este proceso de descarbonización de la economía? En nuestra opinión, lo primero que queda claro que estamos ante un cambio radical de modelo que implica que tanto la estrategia de negocio como la estrategia de sostenibilidad de una compañía sean, necesariamente, una misma cosa (El Gráfico 8 muestra conceptualmente esta idea).
Gráfico 8. Estrategia Vs. Estrategia de Sostenibilidad (Ayer y Hoy) – Fuente: elaboración propia EY

Hasta hoy, ha sido frecuente que los aspectos financieros y los no financieros llevasen caminos separados (e incluso paralelos), de forma que los asuntos relativos a la sostenibilidad (en producto, en servicio, en inversiones, en control y supervisión por los órganos de gobierno y gestión…), o bien suponían (en el mejor de los casos) una parte complementaria en la estrategia de la compañía, o bien (en la mayoría de las ocasiones) representaban un “postizo” añadido a la actividad empresarial (el Gráfico 7 muestra conceptualmente esta idea).
En el caso europeo, como ya hemos comentado, aspirar por Ley a ser el primer continente climáticamente neutro y cumplir el imperativo legal de neutralidad climática en 2050 y de reducción de al menos el 55% de las emisiones de GEI con respecto a las de 1990 en 2030, va a requerir que las empresas, entre otras cosas, pongan foco en tres ámbitos muy relevantes: revisar cómo les afecta toda la legislación europea en materia de energía y clima; asegurar los datos que acrediten el cumplimiento de los objetivos climáticos y combatir el Greenwashing.
Merece la pena analizar con detalle en qué se traducirán estos tres imperativos para el conjunto del tejido productivo europeo y cuáles son las acciones que tendrán que acometer las empresas para adaptarse al nuevo escenario.
Revisar el impacto de la legislación europea en materia de energía y clima
Todos los sectores de la economía, no unos pocos y aislados, deben contribuir a lograr la neutralidad climática y, por lo tanto, se enfrentan a una gran transformación, impulsada en el paquete legislativo conocido como Fit for 55, que se compone de 13 iniciativas que serán complementadas con otras que aún deben ser presentadas por la Comisión Europea. Veamos brévemente el alcance de las propuestas sobre el conjunto de la economía europea:
- Derechos de emisión: Los sectores sometidos al régimen de comercio de derecho de emisión (ETS por sus siglas en inglés) son los siguientes: la generación de electricidad, la industria de gran consumo de energía, la aviación y a partir de que se aprueben las propuestas hoy en negociación, el sector marítimo, deberán acelerar el ritmo de reducción de emisiones. Se refuerza además el régimen establecido.
- Energías renovables: El sector energético deberá incrementar la producción de energía renovable un 40% haste 2030, frente al 32% actualmente establecido. Además, se refuerzan los criterios de sostenibilidad para la producción de bioenergía.
- Transporte: El transporte se verá afectado de múltiples maneras: además de la integración del sector marítimo y refuerzo de la aviación en el régimen ETS, se creará un régimen diferenciado de comercio de derechos de emisiones para el transporte por carretera. Se modificará la Directiva sobre fiscalidad energética, de modo que la imposición a los carburantes de automoción -y calefacción y electricidad- reflejen el impacto en el medio ambiente y en nuestra salud.
- Turismos y furgonetas: Se incrementarán las exigencias de reducción de emisiones de CO2 para turismos y furgonetas, y, a partir de 2035, todos los vehículos nuevos serán cero emisiones. En consonancia, los Estados miembros deben invertir en puntos de carga y repostaje tanto para recarga eléctrica como de hidrógeno. Los transportes aéreo y marítimo deberán utilizar combustibles más sostenibles y tener acceso al suministro eléctrico en aeropuertos y puertos.
- Edificación: El sector de la edificación también se verá afectado, por una parte, al ser incluido junto con el transporte terrestre, en el nuevo régimen de comercio de derechos de emisión, así como al ser objeto específico de los objetivos de mejora de la eficiencia energética.
- Sectores difusos: Los llamados “sectores difusos”, es decir, agricultura, industria, transporte, edificación y residuos, deberán reducir a mayor ritmo sus emisiones de GEI, del 29% actual sobre las de 2005 a una reducción del 40%.
- Sumideros necesarios: En 2030 los sumideros naturales deben retirar carbono equivalente a 310 millones de toneladas de CO2, un aumento del 15% sobre la situación actual, y en 2035 se ha propuesto que los sectores del uso de la tierra, la silvicultura, la agricultura y ganadería, incluídas las emisiones distinas del CO2, alcancen la neutralidad climática. 3.000 millones de nuevos árboles deben ser plantados en toda la UE hasta 2030.
- Aranceles climáticos: El riesgo de fuga de carbono, es decir que las empresas se trasladen allí donde no hay exigencias, o son muy menores, en materia climática, o la sustitución de productos europeos por importaciones de otros más intensivos en carbono, puede comprometer todos los esfuerzos realizados por la Unión Europea desplazando las emisiones fuera de nuestras fronteras. Para evitarlo, se establecerá, inicialmente para el hierro, el acero, el cemento, el aluminio, los fertilizantes y la producción de electricidad un mecanismo de ajuste en frontera que iguale el precio del carbono de los productos europeos y los importados.
- Transición Justa: A corto plazo la lucha contra el cambio climático tiene un coste, especialmente para los hogares más vulnerables y las microempresas. Con el objetivo de lograr un reparto equitativo de los costes de hacer frente al cambio climático, se creará un Fondo Social para el Clima.
Asegurar los datos que acrediten el cumplimiento de los objetivos climáticos
El segundo reto que se muestra como una evidencia es la necesidad de, progresivamente, asegurar la veracidad de la información vinculada con el cambio climático para ofrecer confianza a los grupos de interés, especialmente a los inversores. Para ello será fundamental la entrada en vigor de la futura Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD), que modificará la Directiva de Informes No Financieros (NFRD) existente y la puesta en marcha, como ya hemos citado anteriormente, del International Sustainability Standards Board creado a primeros de noviembre por la IFRS Foundation para establecer las futuras normas contables en materia de sostenibilidad.
Combatir el Greenwashing
Todo ello significa que, además, de transformar el negocio, que es el principal reto al que se enfrentan, las empresas deberán avanzar por un camino doble . El primero es evitar el Greenwashing en sus mensajes corporativos, es decir, “la inducción al público hacia el error o la percepción diferente, haciendo hincapié en las credenciales medioambientales de una empresa, persona o producto cuando estas son irrelevantes o infundadas”, tal y como lo definió David Bellamy en 1990 durante la celebración del día de la tierra. Tal es la preocupación por este tema, que la Comisión Europea realizó un informe sobre 344 declaraciones empresariales aparecidas en las páginas webs de compañías europeas de sectores como el textil, los cosméticos o los artículos para el hogar con el objetivo alertar sobre estas prácticas de “marketing verde” y en el que se proponían unas medidas para evitarlas y sancionarlas. La conclusión del estudio es muy clara: en el 42% de los casos analizados, la información sobre sostenibilidad proporcionada por las empresas incluía “afirmaciones exageradas, falsas o engañosas y podrían considerarse prácticas comerciales desleales en virtud de la Directiva sobre prácticas comerciales desleales”.
Resumen
La COP26 ha puesto de manifiesto que, sin compromisos adicionales y objetivos concretos de reducción de emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI), a corto plazo y a 2030, difícilmente se alcanzará el objetivo de limitar el aumento de la temperatura media del planeta por debajo de los 2ºC y mantener los esfuerzos para limitar ese aumento a 1,5ºC en la segunda mitad del siglo. Pero ningún Estado alcanzará este objetivo sin la participación directa del tejido empresarial. Es fundamental que las compañías se involucren de manera decidida en la lucha contra el calentamiento del planeta, pero no siempre es fácil saber por dónde empezar. En estas líneas, explicamos los principales conceptos asociados al cambio climático y qué tiene e hacer una empresa para descarbonizarse.