Probablemente la palabra más repetida al hablar de BEPS 2.0 es “complejidad”: la norma está abierta a distintas interpretaciones y con cálculos que requieren muchísimos datos, de diferentes fuentes, por parte de cada organización. Pero los grupos multinacionales no deben de esperar pagar muchos más impuestos. La mayor preocupación es cómo poder cumplir adecuadamente con esta norma:
- Cómo obtener en plazo los datos necesarios para cada ejercicio.
- Cómo controlar la calidad del dato.
- Cómo asegurar que la declaración que se presenta es precisa.
BEPS 2.0 ha llegado para quedarse y ya forma parte de la vida de las multinacionales, así que no solo es un ejercicio de cumplimiento, sino que ya siempre se va a tener que plantear esta posible segunda capa de impuestos en las estrategias fiscales de las organizaciones y, en particular, en cada operación que hagan.
Además, como estas normas buscan establecer un suelo de tributación en cada jurisdicción, va a ver, en los próximos años, muchísimo movimiento en las normas fiscales de los países para adaptarse a este nuevo mundo. Las organizaciones van a tener que estar muy atentas y, aquí, EY está para poder ayudar:
- Red global: facilidad de coordinación con oficinas EY locales y constante actualización de los desarrollos normativos en cada país.
- Tecnología: apoyo tecnológico en la recopilación de datos y compliance.
- Análisis en replanteamiento de estructuras: búsqueda de eficiencia y mitigación del impacto a efectos BEPS en reorganizaciones empresariales.
- Cálculo, modelización y simulación de impactos.
- Carve-outs y mitigación de top-up tax finales.
- Tax Accounting: estrategias en la calificación y activación de diferencias temporales / permanentes.
4. Monitorización de evolución normativa de BEPS y de posibles nuevos requisitos de cálculo y/o de reporting.