Fiscalidad e innovación, más allá de las fronteras

Fiscalidad e innovación, más allá de las fronteras

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La globalización de la economía es un proceso que comenzó hace ya varias décadas y que sigue su camino imparable.

El crecimiento de nuestras empresas se encuentra invariablemente unido a su internacionalización, con la vista puesta en la conquista de nuevas fronteras y el desarrollo de nuevos mercados. La cara más amable de la globalización es la de lograr una sociedad más moderna, señero de los países desarrollados, que apuestan por la mejora en las condiciones de vida de sus ciudadanos.

En este proceso sin freno discurre el devenir de los despachos de abogados y su componente internacional, en su labor de apoyar y asesorar en este a veces tortuoso camino a nuestros empresarios y emprendedores. Un viaje en el que discurren en paralelo aspectos cruciales y en ocasiones laberínticos como la fiscalidad, que se convierte progresivamente en más global e integrada. Los sistemas fiscales se proyectan como sistemas complejos, con las fronteras cada vez más desdibujadas y más interconectados. En este camino, los grupos empresariales con actividad internacional a menudo perciben la necesidad de conectar los sistemas tributarios de los distintos países en los que están presentes con el propósito de encontrar eficiencias y evitar en lo posible situaciones de doble imposición, la gran amenaza de la fiscalidad internacional.

También es cierto que, a pesar de esta tendencia, este enfoque internacional no puede desconectarse de su foco local. El unilateralismo es una realidad que deben gestionar estos grupos, por lo que un despacho dispuesto a dar un servicio y un apoyo estratégico a los grupos multinacionales debe tener presente y gestionar un doble prisma. Por un lado, deberá tener en cuenta un enfoque global, donde prime un conocimiento y entendimiento profundo de los grandes temas estratégicos de política fiscal global. Al mismo tiempo, deberá tener presentes todas las medidas unilaterales que pueden impactar de forma sustancial en el tipo efectivo de gravamen local. Compaginar ambos enfoques exige por parte de los despacho el desarrollo de una red sólida, fiable y estable, que garantice altos estándares de calidad.

Los grandes asuntos globales son cada vez más complejos y tienen cada vez menos fronteras, exigen soluciones ad hoc: el impuesto mínimo global, las políticas de precios de transferencia y las cadenas de valor globales, la controversia internacional, el asesoramiento en fusiones y adquisiciones internacionales o la fiscalidad verde, son solo algunas de estas materias.

Un buen ejemplo de ello, cada vez más relevante y estratégico en la agenda de las grandes multinacionales, es afrontar el reto de la sostenibilidad. En esta materia, las multinacionales demandan un asesoramiento de ámbito cien por cien global, innovador y que conecte con las últimas tendencias, requisitos y legislaciones. Un contexto en el que los despachos han de ser capaces de proveer de recursos y soluciones globales, con un ángulo multidisciplinar.

Por suerte, los despachos juegan con el viento a favor en su travesía global, gracias a la innovación y a la tecnología. La constante irrupción de nuevas plataformas o aplicaciones y la posibilidad de contactar en tiempo real con cualquier parte del planeta tienen un papel crucial. Hoy en día contamos con todo un ecosistema de herramientas a nuestra disposición, capaces de ofrecer a las compañías soluciones para su propósito de poner el foco más allá de sus confines, así como de aglutinar el talento o la innovación sin tener en cuenta frontera alguna. Al tiempo que debemos estar preparados para acometer, con los recursos y solvencia necesarios, cualquier problema multijurisdicional que se presente, por muy distante o complejo que sea.

Tampoco podemos perder de vista la transcendencia de la globalización desde el punto de vista de la atracción del talento. Las nuevas generaciones de profesionales, y de abogados en particular, conciben cada vez más el ejercicio de su profesión en un mundo sin fronteras. Un entorno donde lo que prima es enmarcar los problemas locales dentro de los grandes desafíos globales. Ellos son conscientes del mundo interconectado en el que vivimos y en la necesidad de tener a su disposición todos los medios para poder elevar y ampliar sus conocimientos constantemente para adaptarse a los retos de la actividad económica y empresarial.

Para concluir, sin duda la globalización ha permitido a los despachos dotarse de las condiciones necesarias para facilitar a muchas empresas la conquista del mercado internacional. En los últimos tiempos, y máxime a raíz de la crisis económica y sanitaria vivida, este proceso ha cobrado gran relevancia e impulso en nuestro país. Muchas compañías continuarán dirigiendo su estrategia hacia el exterior para lograr con ello aumentar de forma significativa sus cifras de exportación y crecimiento. Los despachos no podemos quedarnos atrás en esta travesía global que nos lleve a buen puerto.


Resumen

Los grandes asuntos globales son cada vez más complejos y tienen cada vez menos fronteras, exigen soluciones ad hoc: el impuesto mínimo global, las políticas de precios de transferencia y las cadenas de valor globales, la controversia internacional, el asesoramiento en fusiones y adquisiciones internacionales o la fiscalidad verde, son solo algunas de estas materias.

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