Es imprescindible que las Administraciones públicas adopten medidas que incentiven el sector turismo como palanca de recuperación de la economía
La pandemia vivida por la Covid-19 ha servido para poner en evidencia la volatilidad de la economía española, muy ligada al turismo, que representa cerca de un 14% de nuestro PIB, porcentaje que llega a doblarse en las regiones más turísticas.
Es por ello por lo que justo ahora, cuando el buen devenir de la economía española depende en cierta medida del sector turístico -, que en términos absolutos cayó durante 43.000 millones de euros en ingresos procedentes de turistas extranjeros -importe superior que el registrado, juntos, por Francia e Italia-, resulta más imprescindible que nunca que desde las Administraciones públicas se adopten medidas tendentes a incentivar este sector como palanca de recuperación de la economía.
El avance de la digitalización y la salida de Reino Unido -principal país de origen de los turistas en España- de la Unión Europea (UE) son factores clave para impulsar reformas en el turismo de compras que faciliten y potencien las compras del viajero extracomunitario, democratizando un sector que aún no llega a la totalidad de los pequeños comerciantes del país, por las cargas burocráticas y costes adicionales.
El vigente modelo de tax free shopping en la UE, establecido como un derecho del viajero para recuperar el IVA soportado en sus compras, queda supeditado a la voluntad del comerciante, a quien se le otorga el derecho de decidir si aplica dicho régimen o no en sus ventas a turistas de fuera de la UE, e implica unas cargas administrativas importantes. El procedimiento implementado en España exige la actuación tanto de la entidad vendedora que emite en el momento de la venta un documento denominado “Documento Electrónico de Reembolso“ que es remitido a la Agencia Estatal de la Administración Tributaria y entregado al viajero, como la del propio turista, que tendrá que validarlo en la Aduana para poder exigir posteriormente al vendedor la devolución del IVA satisfecho una vez haya abandonado territorio español.
A priori, si bien este régimen puede resultar económicamente atractivo para el viajero, la elevada carga administrativa sobre el comerciante desincentiva su aplicación entre los minoristas, limitándose su oferta con carácter general a grandes almacenes o marcas de alto valor. Es cierto, que frente a esta alternativa existe otra, igualmente costosa, que permite la participación de entidades colaboradoras, que median en la operación a cambio de una comisión a la entidad colaboradora que también puede desincentivar la compra si ésta es muy alta.
Este sistema de aplicación en España, que pivota sobre la voluntad del vendedor de ofrecer o no a los turistas las ventas libres de impuestos, pone de manifiesto ineficiencias que podrían ser subsanadas a través de una sencilla modificación normativa que traspondría a nuestro derecho interno lo que ya es un derecho del viajero en la UE, al permitirle a éste elegir la entidad colaboradora con quien gestionar la devolución del IVA soportado en sus compras mediante un sistema completamente digital a través del propio teléfono móvil, que al mismo tiempo hiciese amigable el turismo de compras.
El objetivo primordial de esta medida sería que el turista pueda obtener el reembolso del IVA en un mayor número de comercios , dado que, hoy, más del 84% de los minoristas en España, 775.000 tiendas, no pueden permitirse ofrecer el reembolso del IVA a los turistas. Pero también eliminar la carga administrativa en los comercios, que hasta la fecha rechazan mayoritariamente aplicar el tax free shopping por los costes asociados, como las colas que los viajeros tienen que hacer en la Aduana para validar el DER, consiguiéndose una reducción de aglomeraciones y de estancia en aeropuertos.
El CEBR -Centre for Economics and Business Research- estima que el potencial impacto de esta medida sería, entre otros, provocar un aumento del gasto de compras del turista en España de hasta 1.100 millones de euros, al situar al mismo ante un nuevo escenario que abarataría el coste de su viaje. Este crecimiento no sólo se verá reflejado en el último eslabón de la cadena -los comerciantes-, sino también en los proveedores, el empleo y, por tanto, en la recaudación fiscal y de las cotizaciones sociales, que claramente compensaría el mayor importe de las devoluciones por IVA.
En definitiva, la adopción de esta medida, ya aplicada en otras jurisdicciones de la Unión, situaría a España en la vanguardia con respecto a otros países turísticos de la UE, dando lugar a una notable ventaja al competir por una mayor cuota de turismo respecto a otros destinos por el aumento de la renta disponible para el turista y el abaratamiento del coste del viaje.