La combinación de tensiones geopolíticas, políticas arancelarias, inflación dispar y falta de coordinación monetaria dibuja un escenario de gran incertidumbre que frena el crecimiento económico global
En la actualidad los mercados financieros mantienen un comportamiento similar al de los meses precedentes, viéndose afectados por la evolución de diferentes acontecimientos que vienen alterando su normal funcionamiento, generando una gran incertidumbre y confusión que claramente se ha trasladado, vía volatilidad, al precio de los principales activos. Así, destacamos:
- Factores geopolíticos. Se mantienen las guerras y conflictos entre Ucrania y Rusia, Israel y Palestina, Rusia y la OTAN e incluso EEUU y Venezuela. Estas situaciones están generando una mayor crispación en las relaciones internacionales, una mayor prima de riesgo, así como una mayor inversión en defensa.
- Política arancelaria norteamericana. La aplicación de aranceles esta alterando el comportamiento del comercio internacional y empezando a enfriar las perspectivas de crecimiento económico. Este escenario se está complicando cada vez más e incrementando la incertidumbre al existir una cierta confusión ante los constantes cambios en las tarifas por parte de Donald Trump.
- Entendíamos de la aplicación a partir del 7 de agosto de unos aranceles base mayoritarios del 10% y otros adicionales denominados recíprocos (entre países) y otros específicos (acero, aluminio, cobre, automóvil, etc.). Sin embargo, estos aranceles fueron recurridos ante los tribunales locales por su posible ilegalidad, estando pendientes de la sentencia definitiva del Tribunal Supremo que se producirá el próximo 5 de noviembre. Mientras tanto, los aranceles siguen en vigor.
- Hay que comentar que lo que se cuestiona es el procedimiento de implantación. Trump justificó los aranceles amparándose en la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional, que otorga al presidente la facultad de actuar contra amenazas "inusuales y extraordinarias" para su país. Sin embargo, la corte dictaminó que imponer aranceles no figura dentro del mandato del presidente y que establecer gravámenes es una facultad esencial del Congreso. Por lo tanto, la facultad de imponer impuestos y aranceles sigue perteneciendo al Congreso. Circunstancia que no le debe preocupar mucho a Donald Trump dada la mayoría republicana que mantiene en este organismo. Sin embargo, el próximo mes de noviembre son las elecciones legislativas en este país y se prevé que perderá la mencionada mayoría y verá limitadas sus posibilidades operativas vía decreto.
- Como conclusión de este punto, todo el mundo está de acuerdo que este nuevo escenario arancelario va a generar claros desequilibrios en el comercio internacional y un menor crecimiento económico global.
- Inflación y tipos de interés. Las autoridades monetarias siguen persiguiendo el control a la baja de la inflación que permita la ejecución de políticas monetarias más expansivas que ayuden a fomentar el crecimiento económico. Sin embargo, lo tienen cada vez más difícil ante la tendencia del precio de las materias primas y energía, el aumento de los costes salariales, e incluso por la aplicación de los mencionados aranceles. Salvo la zona euro, que mantiene su inflación en el entorno del 2%, el resto de los países tiene dificultades en su corrección, EEUU al 2,9%, UK al 3,6% o Japón al 2,7%. Hoy en día, el BCE parece satisfecho con el tipo oficial de interés al 2%. La Reserva Federal USA menciona la posibilidad de dos nuevos recortes este año por 50 pb desde el 4,0% - 4,25% actual. El BOE británico mantiene el tipo al 4% y el BOJ parece que acabara subiendo desde el raquítico 0,5% actual. Por lo tanto, está claro que ya no existe cierta coordinación y equilibrio entre las políticas monetarias ejecutadas por los principales bancos centrales.
- Otros escenarios políticos. Se observa cierta inestabilidad política y económica en determinados países como el Reino Unido, Francia, Alemania o Japón, que también afecta al normal desarrollo de la economía mundial y comportamiento de los mercados. El patrón común es el desequilibrio total entre el crecimiento económico y los niveles de déficit público y deuda pública alcanzados, que con niveles disparados necesitan de nuevas políticas basadas en la austeridad y que claramente chocan con las políticas sociales generando importantes conflictos.
Con todos estos factores en vigor, durante la última reunión en Jackson Hole de finales del pasado mes de agosto, las principales autoridades monetarias mundiales han presentado importantes novedades, parece ser que han propuesto cambiar la estrategia individual del control de la inflación para combinarla con la creación de empleo y crecimiento económico. Por lo tanto, se propone un cambio en el equilibrio de riesgos que a su vez podría justificar un ajuste en las políticas a ejecutar. Este nuevo escenario propuesto debería cambiar el modelo de políticas económicas y monetarias a ejecutar por la mayoría de los países. De hecho, el dilema de la Reserva Federal norteamericana para bajar tipos parece haberse resuelto y así, el pasado 17 de septiembre decidió bajar los fondos federales por 25 pb para situarlos en el rango 4,0% - 4,25% a pesar de que su tasa de inflación se mantiene en el 2,9%. El objetivo de esta decisión, reactivar la creación de empleo y por lo tanto el crecimiento económico, a pesar de las perspectivas alcistas en su inflación.
Continuando con las novedades macroeconómicas, hay que destacar que últimamente también, tanto la FED USA como el BCE han revisado sus perspectivas para el periodo 2025 – 2027. EEUU seguirá creciendo dentro del rango 1,6% - 1,9% frente al 1,0% - 1,3% de la zona euro. La inflación norteamericana podría alcanzar el 3% este año para bajar al 2,1% en el 2027, frente al 2,1% del 2025 en la zona euro para bajar al 1,7% en el 2026 y 1,9% en el 2027. Por lo tanto, entramos durante los próximos años en un nuevo ciclo de menor crecimiento económico y dificultades en la creación de empleo.
En el caso de España, también el Banco Central ha revisado a la baja sus previsiones situando el crecimiento del PIB 2026 en el 1,8% tras el 2,6% del 2025. Destaca el descenso del consumo privado y la inversión, aportación negativa del comercio exterior y una inflación que podría bajar al 1,7% el año que viene. Destacamos que la tasa de paro podría situarse por debajo del 10% en el 2027.
Por último y en relación a los mercados de divisas, en lo que va de año el dólar USA ha registrado importantes pérdidas frente a sus contrapartidas. Su cotización frente al euro ha pasado en lo que va de año de 1,0142 a 1,1918 o lo que es lo mismo se ha depreciado un 17,51%. La aversión al riesgo provocada por la incertidumbre que genera el nuevo presidente norteamericano ha provocado una fuerte presión vendedora de dólar USA cotizando niveles no vistos desde julio 2021.
Al día de hoy el mercado se va tranquilizando ante la evolución de los acontecimientos y los niveles de sobre venta alcanzados por la divisa norteamericana, lo cual le permite recuperar ciertas posiciones hasta 1,1750 por euro. La corrección técnica actual nos podría permitir ver en el corto plazo otra vez niveles cercanos a 1,1500 por euro, pero siempre estamos pendientes de las actuaciones de Donald Trump que suelen afectar de forma negativa al dólar USA. De cara a final de año, los analistas siguen situando esta paridad dentro del rango 1,1500 – 1,2000. Para el 2026 ya se empiezan a escuchar cambios medios de 1,2000 y 1,2200 para la paridad USD/EUR.