El controller financiero ha dejado de ser solo guardián del cumplimiento para convertirse en un líder estratégico, capaz de crear valor integrando datos, inteligencia artificial y sostenibilidad
El rol del controller financiero está experimentando una profunda transformación que lo convierte en una pieza estratégica clave para el éxito empresarial. Si tradicionalmente ha sido un garante del cumplimiento normativo y la eficiencia operativa —en otras palabras, un protector y optimizador del valor—, hoy se espera que asuma también un papel proactivo en la creación de valor. Este nuevo enfoque posiciona al controller como un copiloto del CFO, capaz de impulsar decisiones estratégicas, integrar la sostenibilidad en el negocio y liderar la adopción de tecnologías como la inteligencia artificial (IA).
En este contexto, el informe Global EY DNA of the Financial Controller 2024, elaborado a partir de encuestas a más de 1.200 controllers y líderes financieros de todo el mundo, identifica las tendencias que están defendiendo el camino hacia el controller del futuro. El estudio revela que, en un entorno marcado por la disrupción tecnológica, la presión regulatoria y la necesidad de demostrar impacto sostenible, ya no basta con elegir entre eficiencia, cumplimiento o innovación: los controllers deben equilibrar múltiples responsabilidades, manteniendo el rigor financiero y, al mismo tiempo, actuando como agentes del cambio.
Según la encuesta de EY, el 86% de los controllers espera que su rol cambie significativamente en los próximos cinco años, y el 40% anticipa que evolucionará hacia un enfoque centrado en la creación de valor, más allá de las funciones tradicionales.
El informe identifica las siguientes tres principales palancas para transformar el rol del controller:
1. Utilizar los datos para actuar
El controller, por su responsabilidad en la generación y validación de datos, tiene una posición privilegiada para traducir esa información en decisiones estratégicas. El 88% de los encuestados ya considera que el análisis de datos para detectar oportunidades de negocio es clave en su función.
Más allá de analizar datos financieros, los controllers pueden combinar información operativa y externa para construir una capa analítica que anticipe riesgos, identifique oportunidades y mejore la toma de decisiones de la alta dirección.
2. Impulsar la confianza en la inteligencia artificial
La IA está dejando de ser una promesa lejana para convertirse en una realidad tangible en los departamentos financieros. Un 89% de los controllers ya utiliza alguna forma de IA, y el 65% emplea IA generativa (GenAI) con regularidad. Estas tecnologías no solo automatizan tareas repetitivas, sino que también permiten realizar análisis predictivos, modelar escenarios y detectar patrones ocultos en los datos.
El controller puede liderar esta transformación ayudando a garantizar que los resultados de la IA sean fiables, explicables y relevantes para el negocio. De esta forma, se posiciona como un garante de confianza tecnológica y un promotor del cambio.
3. Integrar la sostenibilidad en el rendimiento empresarial
El auge de la sostenibilidad —tanto desde la presión regulatoria como desde la demanda de los inversores— abre una nueva vía para que el controller demuestre su valor. Su rol es clave en la generación de información no financiera, en la implementación de controles y en la conexión entre indicadores financieros y no financieros.
Sin embargo, aún hay recorrido: sólo el 43% espera participar frecuentemente en la planificación y el reporting de sostenibilidad en cinco años, frente al 36% actual. Esta área representa una oportunidad estratégica infravalorada que los controllers más ambiciosos deberían explorar.
Prepararse para el futuro: habilidades y mentalidad del controller del mañana
Más allá de los conocimientos técnicos, el controller del siglo XXI debe cultivar habilidades de negocio, pensamiento estratégico, comunicación y liderazgo. También se espera de él que comprenda la ciberseguridad, el análisis avanzado de datos y la gobernanza del dato.
La encuesta señala una cierta desconexión entre las percepciones del controller y las del resto del equipo financiero: solo un 43% de los controllers considera que ser innovador es importante, frente al 51% de los líderes financieros. Esto sugiere que se necesita una evolución de la mentalidad para acompañar la transformación del rol.
Además, un 46% de los encuestados prevé que en cinco años será esencial dedicar tiempo a la construcción de equipos y al desarrollo de carrera, lo que refuerza la idea del controller como líder de personas y no sólo de procesos.
Cómo apoyar desde la función de CFO
El papel del CFO es decisivo para consolidar esta nueva visión del controller. Algunas recomendaciones clave:
- Ampliar responsabilidades: permitir que los controllers participen en áreas como FP&A, relaciones con inversores o sostenibilidad.
- Fomentar la innovación: incluirla en los objetivos del puesto y proporcionar recursos adecuados (presupuesto, talento, formación).
- Desarrollar habilidades futuras: con planes de carrera que integren liderazgo, tecnología y propósito.
- Reforzar la marca del controller: mostrar su impacto en los KPIs clave y en la propuesta de valor de la empresa.
Conclusión: del rigor contable al liderazgo estratégico
El controller del siglo XXI ya no puede ser sólo un supervisor de la información contable. Necesita convertirse en analista, innovador, comunicador, líder y estratega, sin dejar de ser garante de cumplimiento. Esta evolución no es opcional, sino una respuesta necesaria a las expectativas del CFO, a las demandas del negocio y a un entorno cada vez más incierto y competitivo.
Para los CFOs de hoy, la oportunidad es clara: apostar por un perfil de controller que combine visión estratégica y precisión técnica, capaz de crear valor en todos los frentes y liderar, junto a ellos, la transformación financiera de sus organizaciones.