Aprovechar la tecnología de vanguardia es esencial para que la función financiera de análisis y planificación sea más ágil, receptiva, perspicaz y eficiente.
Los directores financieros de todas las compañías, independientemente del sector y del tamaño se enfrentan continuamente a cambios disruptivos provocados por modelos comerciales cambiantes, la evolución continua de las tecnologías digitales y las condiciones volátiles del mercado.
El mundo continúa cambiando a un ritmo trepidante y los distintos stakeholders piden a la función de análisis y planificación financiera que evolucione para adaptarse rápidamente de cara a responder a las necesidades del mercado en tiempo real, mejorar las capacidades de planificación en distintos escenarios y hacer uso efectivo de la información para mejorar la precisión de las previsiones o estimaciones.
Si bien es cierto que se le pide más a la función de finanzas, lo que pone de manifiesto un estudio realizado encuestando a 437 participantes de distintas industrias y geografías es que no se ha invertido lo suficiente en esta área. Esto enfatiza la importancia de realizar una transformación desde el punto de vista tecnológico para poder obtener todo el potencial que la función de análisis y planificación tiene para poder aportar más valor a las organizaciones.
La mayoría de las organizaciones aún no han conseguido llegar al objetivo de poder realizar análisis predictivos y prescriptivos si bien es cierto que en un 73% de las organizaciones se incrementó la inversión en análisis de datos en los últimos 3 años, aunque queda mucho camino por recorrer.
Como consecuencia del bajo nivel de inversión, el panorama tecnológico de análisis de datos heredado por la función de análisis y planificación financiera ha podido llevar a una toma de decisiones inefectiva, una inadecuada coordinación con el negocio y una baja productividad de los equipos. Entre los retos más importantes está que el valor añadido y la coordinación con el negocio sean secundarios a la recopilación de los datos y la gestión del proceso, ausencia de una capa común y unificada de datos de la organización o generación de una “única fuente” a través de datos conjuntos normalizados y jerarquizados con los mismos criterios y decisiones basadas en la intuición entre otros.
La pandemia ha obligado a las organizaciones a acelerar la adopción de tecnologías digitales y ha sido un impulso para que se realice una inversión específica en capacidades de análisis y planificación.
Consideramos que aprovechar la tecnología de vanguardia es esencial para que la función financiera de análisis y planificación sea más ágil, receptiva, perspicaz y eficiente lo que permite a las organizaciones tomar mejores decisiones.
Mediante el uso de prácticas líderes, impulsando el conocimiento a través de herramientas integradas que mejoran la calidad de los datos y habilitando nuevas formas de trabajar, la función financiera ayudará a encontrar oportunidades para generar valor, así como para visualizar y planificar el futuro con más claridad que nunca.
En este contexto, los auditores también hemos tenido que realizar una gran inversión en tecnología y en formación de análisis de datos como es el caso de la EY Digital Audit. Un enfoque de auditoría basado en el uso de los datos para identificar los riesgos y como base para realizar auditorías de calidad tal y como el mercado espera. Somos conscientes de la importancia de la calidad para promover la confianza en las organizaciones y en los mercados de capitales y la necesidad de evolucionar para adaptarnos a las organizaciones. Asimismo, el uso de tecnología puntera en la realización de nuestras auditorías nos ayuda a captar y retener talento y a aportar más valor a nuestros clientes debido a los equipos multidisciplinares necesarios para adaptarnos al mundo cambiante.