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La guerra comercial traerá menos crecimiento y más inflación: Estanflación

Durante las últimas semanas el hasta ahora habitual escenario político y económico que estábamos viviendo de un tiempo a esta parte, está cambiando de forma sustancial.

El enorme poder de actuación que está teniendo la nueva administración norteamericana nos está sorprendiendo, pero al mismo tiempo, se está empezando a ver contrarrestado por la actitud cada vez más convincente de sus principales contrapartidas aceptando claramente una “lucha cuerpo a cuerpo” a la espera de alcanzar nuevos acuerdos que beneficien a todas las partes.

Desde la toma de posesión de la nueva presidencia norteamericana, Donald Trump no ha parado en cumplir sus promesas electorales y poner en marcha los diferentes pilares sobre los que se sustenta el programa político de su gobierno, generando una gran incertidumbre y confusión con respecto a las perspectivas económicas existentes y elevando los índices de volatilidad de los mercados financieros.

Los bancos centrales y la mayoría de analistas ya están intentando evaluar el posible efecto que podrían tener todas estas medidas de EE.UU. sobre los mercados y la economía global. Los escenarios que anticipan no parecen que sean muy halagüeños, empezándose a mencionar la palabra “estanflación” que es equivalente a un menor crecimiento esperado y más inflación.    

Durante el primer mandato de Donald Trump su frase estrella fue “American First”.  En este segundo no parece haber cambiado su línea de actuación al recordarnos que quiere “volver a hacer a Estados Unidos grande”. Para ello, consideran que hay que tomar medidas y definir un nuevo orden en las políticas anti migratorias, hay que alcanzar un alto grado de desregulación sobre todo en los temas de sostenibilidad y energía, favorecer el crecimiento a través de una política fiscal más expansiva basada en rebajas fiscales e incluso, realizar un importante ajuste del sector público a través del adelgazamiento del gobierno federal. Pero lo que más impacto está teniendo es el cambio radical en su política comercial mediante la aplicación de medidas proteccionistas a través de aranceles a la mayoría de sus socios comerciales, todo ello con el objetivo de impulsar el desarrollo y la reindustrialización de su país. Sin embargo, toda esta situación va claramente a dificultar las relaciones internacionales o incluso podría generar una guerra comercial, rompiendo los equilibrios globales que se mantenían hasta la fecha.

El 2 de abril es la fecha clave en la cual Donald Trump decidirá la aplicación de su nueva política de aranceles. La mayoría de los países están afectados por el concepto de los aranceles recíprocos. Otros de forma más directa con aranceles específicos del 25% o 10% como Canadá, Méjico, China o la Unión Europea y en paralelo también un 25% a sectores como el aluminio, cobre, automóvil, chips, agricultura o farmacia.

La respuesta de los países afectados está siendo contundente y proporcionada. Europa aplicando aranceles por 26.000 millones de euros a EE.UU., Canadá con 21.000 millones de USD o China con una tasa del 15% sobre determinados productos norteamericanos.

Por lo tanto, ya podemos decir que salvo milagro nos encaminamos a una guerra comercial que tendrá probablemente un impacto negativo tanto en el crecimiento global como en la inflación. La inquietud arancelaria existente ya está afectando a la inversión, al consumo y la cadena global de valor, impactando en la demanda y presionando al alza a los precios. También se está detectando un efecto anticipación que está elevando el déficit comercial norteamericano al tratar los importadores de evitar la aplicación del arancel con compras masivas anticipadas.

Como dato macro hay que destacar que durante todo el año 2024 las exportaciones de la Unión Europea a EE.UU. fueron por valor de 531.500 millones de USD y las importaciones por 333.379 millones. Siendo el saldo deficitario para los norteamericanos en 198.221 millones de USD. Este déficit es mayoritariamente con la Europa del norte encabezada por Alemania. En el caso de España, importamos más que exportamos. 28.193 millones frente a 18.179. esto supone que EE.UU. tiene un superávit con nosotros de 9.364 millones. Para España, el saldo negativo supone un 23% del déficit de nuestra balanza comercial.

Según el Banco Central Europeo este nuevo escenario político y económico va a tener un efecto negativo en la zona euro restando un 0,3% al crecimiento económico esperado y puede presionar al alza los precios en un 0,5%. Esto sitúa las perspectivas del PIB para el 2025 en un 0,9% y del 1,2% en el 2026 con una inflación en el 2,3% y 1,9% en cada año. 

Pero Europa está reaccionando. Por un lado, destaca el programa “Rearmar Europa” que permitirá una inversión de 800.000 millones de euros en el sector del armamento por parte de todos sus países miembros. Por otro, Alemania ha modificado su constitución para poder elevar los gastos en defensa y ha aprobado un fondo de 500.000 millones de euros para inversión en infraestructuras. Todo ello unido a los fondos Next Generation para países como España o Italia, van a reactivar de forma inesperada la economía europea pudiendo superar las perspectivas de crecimiento anticipadas por el propio Banco Central Europeo. 

En paralelo y siendo conscientes de la evolución todavía fuera de objetivo de los precios, la autoridad monetaria europea decidió volver a bajar el precio del dinero en 25 pb en su última reunión situando el tipo de depósito en el 2,5%. Las perspectivas de un mayor enfriamiento económico anticipan la posibilidad de, al menos dos recortes más este año para situar el tipo oficial en un mínimo del 2,0%. Con relación a la curva de tipos de interés interbancaria, tiende a normalizarse tras haber descontado los últimos meses en exceso la tendencia a la baja esperada del tipo oficial. Salvo una debacle económica el tipo oficial se debería estabilizar en el 2% permitiendo una normalización de la curva interbancaria desde el tipo oficial hasta el 2,50%. De hecho, en las últimas semanas los tipos de interés a medio y largo plazo han empezado a subir marginalmente.

En el caso de EEUU, la aplicación de las nuevas políticas económicas y comerciales a través de aranceles va a tener un claro efecto negativo sobre el crecimiento y la inflación de este país. Los analistas entienden que los precios van a subir y limitará la posibilidad de nuevos descensos de tipos de interés a la Reserva Federal. El precio del dinero se mantendrá más caro de lo esperado y afectará negativamente al consumo e inversión. El coste de La financiación de la deuda pública y privada será más caro. Esta situación podría provocar un descenso en las perspectivas de crecimiento que ya la propia FED nos está anticipando en sus últimas previsiones, en las cuales espera que el PIB para el periodo 2025 – 2026 se podría mantener en el entorno del 1,7% - 1,8% desde el 2,0% previsto anteriormente, con una ligera destrucción de empleo y una inflación que podría alcanzar un 2,7% este año y un 2,2% el 2026. Ante este nuevo escenario, no se espera más de dos recortes en el tipo oficial de interés para este año pudiendo cerrar el ejercicio en el entorno del 4,0%. Por lo tanto, la nueva política de Donald Trump podría tener un coste para su propia economía de cerca de un 1% del PIB.

Por ultimo y con relación a los mercados de divisas, el dólar USA se ha visto afectado negativamente por la situación política actual, que sin lugar a duda se considera que afectará negativamente a las perspectivas económicas de EE.UU. En un entorno de confusión e incertidumbre el USD ha perdido posiciones frente a la mayoría de sus contrapartidas llegando a cotizar 1,0954 por euro desde los máximos de hace un mes en 1,0142. Los conocidos factores geopolíticos empiezan a pasar desapercibidos y a no pesar tanto en las tendencias del mercado, situándose el foco de atención en el impacto que tendrá en el futuro económico global tanto la guerra comercial como unas relaciones políticas internacionales cada día más complejas. Desde un punto de vista técnico y para lo que resta de año, el rango de comportamiento de la paridad USD/EUR podría estar limitado entre 1,0400 – 1,1200.


Resumen

Las perspectivas económicas y políticas están cambiando desde la irrupción de Donald Trump como presidente de EE.UU. Las decisiones que está tomando están alterando las relaciones internacionales y dando lugar a una revisión a la baja de las perspectivas económicas para los próximos años. De no cambiar el escenario o como resultado de no alcanzar acuerdos, se podría iniciar un periodo de menor crecimiento global, menor empleo y mayor presión en los precios, o lo que es lo mismo, un periodo de estanflación.  

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