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La participación de Estados Unidos en el conflicto Israel – Irán genera más incertidumbre y confusión en los mercados financieros

Cada vez son más los frentes abiertos que generan una importante confusión, incertidumbre y, por lo tanto, una mayor aversión al riesgo entre la mayoría de los analistas e inversores   

Esta es, sin duda, una etapa complicada para los mercados financieros. Transcurridos tan solo los primeros seis meses de este año, es sorprendente cómo no paran de surgir nuevos factores geopolíticos o macroeconómicos que están alterando día a día su comportamiento. Cada vez son más los frentes abiertos que generan una importante confusión, incertidumbre y, por lo tanto, una mayor aversión al riesgo entre la mayoría de los analistas e inversores.  

Ante la evolución de los acontecimientos no nos sorprende que el dólar USA haya cotizado nuevos mínimos anuales frente a sus principales contrapartidas, que los índices bursátiles pierdan los máximos alcanzados, que el oro sigua siendo el activo refugio por naturaleza o que la rentabilidad de la deuda refleje la pérdida de confianza de los inversores. Este escenario es cada vez más complicado y está muy afectado por la coexistencia de diferentes factores que antes o después deberían ser solucionados para nuestro bien y para devolver el equilibrio a los precios de los diferentes activos.

Entre los diferentes factores que están generando una alta volatilidad, destacamos los siguientes:

  • Impacto que sobre la economía global está teniendo y va a tener la nueva política arancelaria que quiere aplicar el nuevo presidente Donald Trump a sus socios comerciales. Esta nueva política comercial, anunciada el 2 de abril o “día de la liberación”, está basada en la aplicación de aranceles como el base universal del 10%, aranceles recíprocos en función de las relación comerciales existentes y determinados aranceles específicos como los aplicados al acero y aluminio. Hasta la fecha EE.UU. no aplicaba casi aranceles en sus operaciones de comercio exterior, pero si soportaba los aplicados por terceros. Por lo tanto, el mercado parece que aceptaría la aplicación universal del arancel base del 10% , así como determinados aranceles específicos al 25%. La fecha límite para las negociaciones bilaterales es el 8 de julio. Las expectativas son positivas con acuerdo ya alcanzados con el Reino Unido, Japón o Corea del Sur. Las negociaciones más problemáticas están siendo con China y la Unión Europea.
  • Impacto de los aranceles en las perspectivas de la inflación y por lo tanto de los tipos de interés en Estados Unidos. Estas medidas son claramente inflacionarias y también desincentivan el consumo y la inversión. Ante este escenario, se espera una mayor presión alcista en los precios de EE.UU., con una tasa de inflación que podría superar el 3%. En paralelo y a pesar de la presión bajista que está ejerciendo Donald Trump, la FED va a ver limitadas sus posibilidades para bajar de nuevo los tipos de interés. Hay que destacar que ya el pasado 18 de junio la FED USA mantuvo el tipo de interés oficial dentro del rango 4,25% - 4,50% anticipando nuevas presiones inflacionarias, mayor incertidumbre económica, menor crecimiento futuro y limitados recortes en los tipos de interés situando el mínimo de los próximos dos años en el 3,50%. Tras varios años creciendo el PIB norteamericano dentro del rango 2,50% - 3,50% entramos en una época 2025 -2027 de “soft lending” con un rango 1,40% - 1,80%.
  • Factores geopolíticos. Todavía vigentes los conflictos entre Ucrania y Rusia o Israel y Gaza, se abre un nuevo frente entre Israel e Irán. Este último con cierta importancia ante la posibilidad que Irán disponga de armas nucleares, así como por la situación estratégica del estrecho de Ormuz o canal fundamental para el transporte internacional de petróleo y otras materias primas. Según la agencia Bloomberg, la posibilidad de un incremento en la tensión bélica es evidente y la posible participación de EE.UU. como una alternativa cada vez más real que ha acabado confirmándose el pasado 22 de junio. Ante este nuevo escenario, lo normal sería una mayor volatilidad en los mercados, alteraciones al alza en los precios del petróleo, que podría volver a superar los 100 $/barril, aumento del precio del resto de materias primas, deterioro de las cadenas de suministro e infraestructuras críticas, así como una mayor demanda de activos refugio como el dólar USA, Franco Suizo y el oro o la plata. Posible descenso de los índices bursátiles y un descenso de las rentabilidades en los mercados de deuda.

Todos estos factores también están teniendo un claro impacto negativo en la economía global. Tanto el proteccionismo arancelario como los factores geopolíticos están generando más incertidumbre, deterioro de las relaciones comerciales, peores perspectivas de crecimiento, menor consumo e inversión y más inflación. Todo ello también en un momento complicado para la mayoría de los países.

Así, en la zona euro además estamos conviviendo con los problemas económicos y políticos de Alemania, Francia y resto de países del norte de Europa. Las nuevas inversiones en defensa e infraestructuras pueden colaborar a mejorar la imagen del crecimiento europeo. Sin embargo, en la última reunión del Banco Central Europeo, su Consejo de Gobierno mostro su preocupación por la incertidumbre existente en los mercados ante la coexistencia de los conflictos comerciales y geopolíticos, todo ello unido a una inesperada fortaleza del euro que claramente resta competitividad a la economía europea frente a sus principales socios comerciales. Este nuevo escenario puede limitar o influir en las futuras decisiones que pueda tomar el BCE en su intención de seguir bajando el tipo de interés oficial y favorecer el crecimiento económico y la inversión. De hecho, muchos analistas consideran que el descenso por 25 pb el precio oficial del dinero del pasado 5 de junio, situando el tipo de depósito en el 2,00%, el tipo de refinanciación en el 2,15% y el marginal en el 2,40% podría ser uno de los últimos tras los ocho recortes consecutivos por un total de 200 pb ya realizados desde junio 2024.

En esta última reunión del BCE, la autoridad monetaria europea también aprovecho para revisar sus previsiones macroeconómicas para el periodo 2025 – 2027. En ellas, se reducen las perspectivas de crecimiento económico a un rango entre el 0,90% y 1,30%. La tasa de paro se mantendrá por encima del 6% y la inflación le costará situarse por debajo del 2%. Las perspectivas de situar el tipo de interés oficial en el entorno del 1,50% se complican. Lo más normal es que la curva de tipos tienda a normalizarse tras permanecer invertida los últimos años. 

Por último y en relación con las perspectivas a corto y medio plazo, las próximas semanas serán importantes para ver la evolución de los acontecimientos. Con tantos frentes abiertos los mercados financieros deberían de mantener niveles altos de volatilidad.

Con relación al dólar USA, la pérdida de confianza y la aversión al riesgo por parte de los inversores ante la nueva política aplicada por Donald Trump, ya le llevo a cotizar niveles mínimos no vistos desde noviembre 2021 en 1,1640 por euro. Desde enero el rango de fluctuación USD/EUR ha sido 1,0142 – 1,1640. Prácticamente catorce figuras, lo que demuestra la volatilidad existente. Para el más corto plazo la escalada de los conflictos geopolíticos podría permitir una corrección de carácter apreciatorio del USD desde sus mínimos actuales hasta niveles cercanos a 1,1000 por EUR. Todo ello sería posible si el USD mantiene en los mercados su condición de divisa refugio. Para el medio/largo plazo esperamos una mayor normalización de los tipos de cambio en un entorno de menor crecimiento global, descenso de la inflación y niveles más bajos de los tipos de interés, que permitirá un mayor equilibrio de los tipos de cambio y una presumible debilidad marginal del USD que podría situar su cotización entre 1,1500 y 1,2000 por EUR.


Resumen

Cuando todavía no se han resuelto los problemas comerciales surgidos de la nueva política arancelaria que quiere aplicar el nuevo gobierno de Donald Trump, la escalada del conflicto Israel-Irán con la entrada en la guerra de los EE.UU., está generando una mayor incertidumbre y volatilidad que ya no solo afecta a las perspectivas de crecimiento e inflación de la mayoría de los países, sino también al equilibrio de la mayoría de las cotizaciones de los principales activos. Está claro que los mercados financieros no atraviesan su mejor momento.

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