ey-cfo-ifrs-nov25

Lo que nos enseña la contabilidad sobre los negocios


Temas relacionados

Empiezo con una frase muy conocida en el mundo anglosajón: “Follow the cash and you will understand the business”. Sin duda. Pero también, a través de la contabilidad se aprende de los negocios, pues es fundamental en su aplicación.

Muchas normas contables están basadas en principios en lugar de reglas específicas. Esto requiere aplicar el juicio profesional para determinar el tratamiento contable que debe ser aplicado. Y en este ejercicio hay que entender, entre otros aspectos, los riesgos. Cuando se entiende quién asume los riesgos y beneficios, se llega al fondo económico y se comprende el negocio.

A lo largo de mi vida profesional, he observado que, para analizar el tratamiento contable de transacciones complejas, es fundamental entender la finalidad de las transacciones y los riesgos asociados. Así se puede discernir qué tratamiento contable es el adecuado. Algunos de los riesgos que me han ayudado a discernir la política contable han sido:

Riesgo de negocio

La pregunta es quién asume el riesgo de que el negocio no genere los retornos esperados. Una inversión depende de que el futuro negocio funcione. Las desviaciones pueden surgir, fundamentalmente, por la dificultad que entablan las operaciones, que no salgan como estaban planificadas, porque el entorno macro y geopolítico sea peor que el estimado, o por cómo se comporten los mercados y los competidores. Por eso no es raro que las normas contables hablen de “probable” o “altamente probable”. Hay que dar información a los mercados sobre si estos riesgos permiten, por ejemplo, la activación de costes, el reconocimiento de ingresos variables, la presentación de pasivos financieros como largo plazo, etc.

Riesgo de crédito

Surge cuando una contraparte puede no cumplir sus obligaciones en los compromisos de pago acordados. Puede suponer un retraso en los flujos de efectivo o incluso su impago. Entender quién asume estos riesgos es clave, por ejemplo, para determinar si se éstos se transfieren en el análisis de baja de balance de activos financieros, y concluir así si es una operación de venta o de financiación. Conocerlo bien también es clave para determinar la provisión de insolvencias.

Riesgo legal

Algunas transacciones son complejas y esto puede implicar que los contratos no regulen la totalidad de los escenarios que podrían afectarlas. Incluso porque, aun pudiendo afectar al negocio, esos escenarios no se hayan planteado en la redacción del contrato. Me acuerdo de que, durante la pandemia del Covid-19, uno de los temas de conversación cuando se analizaban cambios en los contratos, era si las nuevas condiciones venían precedidas de cláusulas de fuerza mayor en el contrato original o eran nuevos acuerdos que se estaban alcanzando. En cierto modo vincula con el riesgo de negocio, pero hay que pensar quién asume el riesgo legal de que algún escenario no se haya acordado.

Riesgo de estimación

La contabilidad requiere hacer estimaciones, que en ocasiones son significativas. Pueden serlo al estimar el resultado de un litigio, calcular el valor en uso, por ejemplo, para el cálculo de deterioro. También hay otras transacciones que, en ocasiones, requieren cálculos complejos como los pagos basados en acciones, cálculos actuariales de pensiones. Y, por último, la utilización del valor razonable es habitual en contabilidad.

Determinadas transacciones como compras de negocio se realizan sobre la base de estas estimaciones. A veces, los contratos reflejan este riesgo a través de pagos variables, pero, en otras ocasiones el riesgo se transfiere entre las partes.

Riesgo reputacional

Sin una estrategia sostenible, algunos negocios pueden transmitir una impresión negativa. Entender cómo, además de crear valor financiero, van a contribuir social y medioambientalmente ayudará a entender el fondo de las transacciones. En los últimos años se ha visto una mayor demanda para entender cómo los compromisos medioambientales impactaban en la contabilidad, pues, al final, también tiene su impacto financiero.

El fin de la contabilidad es crear información útil, relevante y fiable para la toma de decisiones. Decisiones que contribuyen al progreso económico y a las inversiones. Es por ello por lo que la contabilidad ofrece un marco de análisis idóneo para aprender de negocios.


Resumen

El fin de la contabilidad es crear información útil, relevante y fiable para la toma de decisiones. Decisiones que contribuyen al progreso económico y a las inversiones. Es por ello que la contabilidad ofrece un marco de análisis idóneo para aprender de negocios. Este artículo resume cómo este entendimiento se centra en gran parte, en el entendimiento de los riesgos: de negocio, de crédito, legales y reputacional.

 


Acerca de este artículo

Artículos relacionados

ESMA: las prioridades sobre la información financiera del regulador

El pasado 14 de octubre, el ESMA publicó las prioridades comunes de supervisión de los reguladores europeos para el ejercicio 2025.