Mercados financieros

Mercados financieros: febrero de 2022

El segundo mes del año llega con cierta mejoría en perspectivas sanitarias, alza de precios y crisis geopolítica.

La economía global y los mercados financieros siguen afectados por la incertidumbre y volatilidad que generan diferentes factores cuya persistencia está dando lugar a importantes desequilibrios que no solo alteran las perspectivas de recuperación económica, sino que también provocan claros desajustes en la formación de los precios.

En relación con la evolución de la pandemia COVID-19, se observa una cierta mejoría en las perspectivas sanitarias. Esta evolución positiva ha dado lugar a la desaparición de cualquier restricción a la movilidad o confinamiento, lo cual ha permitido una importante reactivación de la demanda y del consumo. Este escenario no ha sido correspondido por la oferta, generando claros desequilibrios, cuellos de botella y problemas en las cadenas de suministro, lastrando las perspectivas de crecimiento económico y provocando un elevado tensionamiento en los precios. El impacto de esta situación ha sido un aumento histórico de los precios de las commodities, sobre todo metales, energía y cualquier otro activo relacionado con la actividad manufacturera, trasladándose a los precios industriales y a las tasas de inflación.

La preocupación por la evolución alcista de los precios está dando lugar a la adopción de medidas de carácter restrictivo por parte de las autoridades monetarias. Así, la mayoría de los bancos centrales están elevando el tipo oficial de interés y el resto lo harán de forma inminente. Los analistas esperan que la Reserva Federal de EE.UU. eleve el próximo 16 de marzo el tipo de los fondos federales y el Banco Central Europeo proceda igualmente de forma gradual a lo largo del segundo semestre de este año. Este escenario ya está empezando a ser descontando en el interbancario con un claro tensionamiento de las curvas en todos sus plazos e incluso en la rentabilidad de la deuda pública, que ya alcanza altos niveles no vistos en los últimos años.

El encarecimiento del crédito es un hecho evidente y el impacto de todos estos factores también están teniendo su efecto negativo en la recuperación económica, circunstancia que permite a los analistas considerar que no recuperaremos los niveles de riqueza existentes en el 2019 hasta el 2023.

Además de que las perspectivas económicas globales son inferiores a las inicialmente anticipadas, tenemos que incluir un nuevo factor desequilibrante como es el conflicto de carácter geopolítico entre Rusia y Ucrania. Si bien, como todo factor geopolítico tendrá una dimensión temporal limitada, en el corto plazo está afectando claramente a los mercados generando más volatilidad y presión en los precios.

En los mercados de divisas se observa un incremento de la volatilidad y una mayor demanda de las denominadas divisas refugio (Dólar USA, Yen Japones y Franco Suizo). En paralelo, otras divisas que están siendo muy demandadas en esta primera parte del año son las que representan a países con altos tipos de interés o las que están muy relacionadas con las materias primas. Según los analistas y para la primera parte de este año, el dólar USA podría seguir siendo la divisa más fuerte. No obstante, conforme avance el año y se vaya normalizando la situación debería ir perdiendo fuerza y alcanzar cotizaciones más equilibradas.

Definido el escenario en el que nos encontramos, las perspectivas para el corto o medio plazo van a depender de la evolución de los acontecimientos. Según los analistas, la normalización de las cadenas de suministro y el equilibrio entre la oferta y la demanda no se alcanzará hasta 2023. Sin embargo, lo que parece estar claro es que la tendencia de los tipos de interés y la rentabilidad de la deuda va a ser al alza y que la recuperación económica va a ser más lenta de lo esperado.


Resumen

El momento se presenta con la incertidumbre y la volatilidad ocasionados por la mejora de las expectativas sanitarias, con su consecuente reactivación de la demanda, no así de la oferta. Se combina con la evolución alcista de los precios, especialmente de las commodities, la crisis geopolítica por el conflicto entre Rusia y Ucrania, un incremento de la volatilidad y una mayor demanda de las denominadas divisas refugio. Definido el escenario, las perspectivas para el corto o medio plazo van a depender de la evolución de los acontecimientos.

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