Es evidente que la tendencia al alza de los precios ya parece más permanente que transitoria y la inflación en el mes de abril ya se sitúa en el 7,4% en la Zona Euro, 8,3% en EEUU, 9,0% en el Reino Unido, 7,8% en Alemania u 8,3% en España. Estos datos se encuentran muy lejos del objetivo de inflación del 2% y están provocando que los bancos centrales procedan a cancelar las inyecciones de liquidez y decidan elevar el precio oficial del dinero. La mayoría de los países ya lo han hecho.
La Reserva Federal norteamericana, tras dos subidas, ya ha situado los fondos federales en el rango 0,75% - 1,00%, anticipando como mínimo dos nuevas alzas el 15 de junio y el 17 de julio para situarlos en el entorno del 2,00%. El Banco de Inglaterra no descarta tampoco una subida hasta el 2,00% desde el 1,00% actual. La novedad radica en el Banco Central Europeo, el cual suspenderá las inyecciones de liquidez a finales de junio para, probablemente, elevar el 21 de julio el tipo oficial al 0,50% desde el 0% actual, abandonando así la tendencia conservadora de su presidenta que ya anticipaba decisiones graduales en función de la evolución de los acontecimientos. Hay que destacar que los analistas no descartan que el tipo oficial de la Zona Euro alcance el 1,00% a final de año.
Está claro que la evolución de la inflación es objeto de preocupación para la totalidad de autoridades monetarias. La posibilidad de que se mantenga el desequilibrio en los precios hasta el primer trimestre 2023 parece evidente. En estecontexto, el mercado interbancario ya está anticipando este escenario alcista, tensionando la curva y encareciendo el crédito. En EEUU tanto el tipo a 12 meses como la rentabilidad de la deuda a 10 años se sitúan ya en el entorno del 3%. En la Zona Euro la curva de corto/medio plazo abandonará próximamente el territorio negativo. Actualmente, el tipo a 12 meses cotiza al 0,20% desde el -0,50% de principios de año y la rentabilidad del bono a 10 años se acerca al 2%. Por lo tanto, tenemos que asumir que se ha terminado el periodo de dinero barato.
En los mercados de cambio, el dólar USA sigue siendo la divisa más fuerte, refugio de la incertidumbre y la volatilidad, llegando a cotizar máximos en 1,0350 dólares por euro. Los analistas no descartan que se pueda cotizar la paridad.
En los últimos dos años, el dólar USA se ha apreciado frente al euro cerca de un 20%, empezando a ser una situación incómoda por los efectos colaterales que tiene en el resto de los países vía inflación e incluso por el encarecimiento del precio de los activos denominados en la divisa norteamericana. Los analistas siguen considerando esta divisa como sobrevalorada, pero aceptan su situación actual ante las perspectivas de los tipos de interés en EEUU frente a sus contrapartidas. Sin embargo, consideran que la zona de equilibrio para la cotización de esta paridad se debería de situar entre 1,1000 – 1,2000 USD/EUR.