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¿Pueden las humanidades mejorar las capacidades del CFO y de la función financiera?


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Capacidades al margen de áreas puramente técnicas pueden ser factores diferenciales en el éxito o fracaso de una organización, tanto en sus relaciones financieras y comerciales como en la gestión de equipos.

En los últimos años estamos siendo testigos del avance cada vez más vertiginoso de la conocida como “Cuarta Revolución Industrial”, término acuñado en 2016 por Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial. Esta Revolución 4.0 tiene como pilares de su desarrollo, entre otras, tecnologías como la Inteligencia Artificial, la Robótica, el “machine learning” o la realidad aumentada.

Ante una revolución cuyo éxito futuro depende casi en exclusiva de conocimientos y capacidades de carácter técnico, ¿Qué razones pueden explicar que, grandes compañías tecnológicas y principales impulsoras de esta Cuarta Revolución, estén contratando a un buen número de filósofos o historiadores?

Capacidades al margen de áreas puramente técnicas y de carácter más “humanístico”, como la comunicación y la oratoria, y conocimientos sobre geopolítica, historia o las costumbres o tradiciones de una determinada sociedad pueden ser factores diferenciales en el éxito o fracaso de una organización, tanto en sus relaciones financieras y comerciales como en la gestión de equipos. Las funciones y responsabilidades de la Dirección Financiera no pueden escapar a esa realidad.

A su vez, en los últimos años estamos siendo testigos de una convergencia de distintas realidades a partir de las cuales la globalización en términos económicos, financieros y comerciales está dando a paso a mercados mucho más fragmentados (tensiones en cadenas de suministro, Gobiernos cada vez más proteccionistas, dependencia energética de Europa...). Ante estos retos, también estas capacidades humanísticas pueden ofrecer un valor añadido en la toma de decisiones, más allá de los conocimientos técnicos.

Respecto al papel del director financiero ante estos retos y las capacidades necesarias para afrontarlos, la encuesta EY DNA of the CFO, que recoge la opinión de más de 800 directores financieros, refleja la toma de conciencia sobre estos desafíos futuros, ya que el 84% de los encuestados está de acuerdo en la relevancia de la creación de valor a largo plazo y en la importancia de asumir nuevas responsabilidades, más allá de las tradicionales del CFO para el éxito en dichos objetivos y en su equilibrio con los resultados a corto plazo.

Dentro de las distintas áreas en las que estas habilidades y conocimientos humanísticos pueden tener un papel relevante y diferencial en la gestión de las organizaciones, tal vez podemos destacar las siguientes como las de mayor relevancia para la función financiera:

1.     Comunicación y negociación: elementos como la retórica y la oratoria eran pilares fundamentales en la educación de la Grecia y la Roma antiguas. Conceptos como la capacidad de persuadir, influir o captar la atención eran claves en la enseñanza antigua. Sin embargo, son aspectos formativos que han quedado relegados a un último plano en nuestros sistemas educativos. Ahora bien, siguen siendo hoy en día habilidades necesarias y perseguidas por cualquier director financiero. El conocimiento y aprendizaje de esas habilidades de retórica y oratoria pueden ser factores diferenciales en las relaciones y negociaciones con clientes, proveedores o competidores.

2.     Cultura y manejo de relaciones: ¿Es posible crear y mantener relaciones de confianza sin entender a la persona que tenemos enfrente? En muchas ocasiones las organizaciones fracasan al intentar establecer relaciones con nuevos mercados por razones que escapan a cualquier explicación racional y que pueden tener su origen en el desconocimiento de la población a la que intentan dirigirse. Conocer la religión, la cultura o las costumbres de la persona o mercado al que una organización se dirige y empatizar con sus motivaciones y aspiraciones puede ser un factor clave para el éxito o fracaso de las relaciones. En una época en la que el rol del CFO y su influencia es cada vez más transversal, dicha influencia y posicionamiento en las organizaciones y en las relaciones con los agentes externos, puede amplificarse si es capaz de dotarse de esas habilidades y sensibilidades que van más allá de la toma de decisiones racionales y basadas en el análisis de lo meramente objetivo. No adquiriremos habilidades de escucha activa, ni mejoraremos nuestra capacidad intuitiva si no es a través de la filosofía, la psicología, la antropología y la historia.

3.     Gestión de equipos: Conforme se van superando los peores tiempos de la pandemia, estamos observando fenómenos como la “gran dimisión” y cambios relevantes en las prioridades y expectativas de muchos trabajadores y en cómo perciben sus relaciones con las organizaciones de las que forman parte. Ante estas situaciones, enseñanzas de corrientes filosóficas como el estoicismo o el cinismo ofrecen útiles recursos y planteamientos en cuanto a la gestión de adversidades o resolución de conflictos. El CFO actual debe erigirse como un referente empático, flexible y dinámico; capaz de gestionar las demandas de sus equipos por disruptivas que en algunos casos estas puedan parecer.

4.     Estrategia y posicionamiento: ¿Alguien se podía imaginar que la primera burbuja especulativa surgió en torno a algo tan “inofensivo” como los tulipanes? Ante los rápidos cambios que están experimentando las relaciones políticas y comerciales, contar con conocimientos sobre historia y política internacional o sobre las principales crisis, evoluciones o revoluciones que a lo largo de la historia supusieron puntos de inflexión en los equilibrios políticos o económicos así como conocer las motivaciones que los causaron, pueden aportar a la función financiera y al conjunto de las organizaciones conocimientos y enseñanzas que les diferencien en la toma de decisiones identificando o anticipando oportunidades que van más allá de la pura racionalidad económica que en muchos casos en los últimos años se ha demostrado incapaz de explicar por sola las decisiones de muchos Gobiernos y compañías multinacionales.

En conjunto, la formación en humanidades puede dotar de capacidades diferenciales a los directores financieros; ayudando a identificar oportunidades a través del juicio y el razonamiento crítico; mejorando las capacidades de negociación, empatía y persuasión; ofreciendo conocimientos y experiencias que ayuden en la identificación de los desafíos y las oportunidades ante los cambios en la realidad económica y comercial a nivel global, así como dotando de herramientas para el liderazgo y gestión de equipos.


Resumen

En los últimos años estamos siendo testigos de la conocida como “Cuarta Revolución Industrial”, una revolución cuyo éxito futuro depende casi en exclusiva de conocimientos y capacidades de carácter técnico. Pero, aún así, las grandes compañías están contratando a un gran número de humanistas, y es que las capacidades al margen de áreas puramente técnicas pueden ser factores diferenciales en el éxito o fracaso de una organización, tanto en sus relaciones financieras y comerciales como en la gestión de equipos.

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