Si piensas que la IA, la automatización de procesos y el aprendizaje automático no tienen nada en común, o por el contrario crees que son lo mismo y no sabes diferenciar sus principales características, debes seguir leyendo.
RPA, IA y Machine Learning… llevamos tiempo escuchando esas palabras no solo en círculos tecnológicos, sino también dentro del mundo de los negocios. Ya sea en blogs, sitios web, vídeos o incluso en descripciones de productos y servicios, las tecnologías disruptivas han ido haciéndose hueco y su presencia hoy en día es más que común. El hecho de que todos tengamos dispositivos impulsados por Inteligencia Artificial (IA) en nuestros hogares es una señal de que esas tecnologías están llegado muy lejos.
Si piensas que la IA, la automatización de procesos y el aprendizaje automático no tienen nada en común, o por el contrario crees que son lo mismo y no sabes diferenciar sus principales características, debes seguir leyendo. Todos estos están relacionados, si bien cada uno con sus funciones y particularidades bien determinadas. Por desgracia las personas utilizan estos términos de manera indistinta e incorrecta, lo que causa confusión entre las empresas que buscan las últimas soluciones tecnológicas para mejorar su eficiencia.
Comprender las diferencias entre las herramientas de IA, ML y RPA es clave para identificar y comprender dónde están las mejores oportunidades y soluciones para cada tipo de empresa u organización.
RPA
Según IBM, "la automatización robótica de procesos (RPA), también conocida como robótica de software, utiliza tecnologías de automatización para imitar las tareas de back-office de los trabajadores humanos, como extraer datos, completar formularios, mover archivos, etc. Combina API e interacciones de interfaz de usuario (UI) para integrar y realizar tareas repetitivas entre las aplicaciones empresariales heterogéneas. Al implementar scripts que emulan procesos humanos, las herramientas de RPA completan la ejecución autónoma de diversas actividades y transacciones en sistemas de software no relacionados".
En ese sentido, las herramientas RPA permiten tareas altamente lógicas que no requieren comprensión humana o toma de decisiones por parte de personas. Por ejemplo, si su trabajo gira en torno a la introducción de números de cuenta en una hoja de cálculo para ejecutar un informe con una categoría de filtro, se puede usar RPA para completar los números de la hoja. “Cojo de aquí algo, lo pongo allí, siempre igual…”. La automatización imitará sus acciones de configuración del filtro y generará el informe por sí solo.
Con un conjunto claro de instrucciones, RPA puede realizar casi cualquier tarea que involucre la interacción humana con un ordenador. Pero hay una cosa para tener en cuenta: los sistemas de RPA no tienen “de base” las capacidades para aprender a medida que avanzan. Si hay un cambio en su tarea (por ejemplo, si el filtro ha cambiado en el informe de la hoja de cálculo), el proceso se detendrá y se deberá modificar para tener en cuenta el nuevo conjunto de instrucciones.