Los mercados financieros se encuentran a la expectativa de la evolución de los acontecimientos
Por segundo mes consecutivo, la ausencia de grandes novedades ha permitido que la incertidumbre y la atonía se mantengan como principales factores de riesgo en los mercados financieros, que siguen mostrándose a la expectativa de la evolución de los acontecimientos. En los mercados de divisas, el dólar USA sigue respetado, semana a semana, el canal 1,1500 – 1,1800 frente al euro. Los mercados bursátiles siguen batiendo récords mostrando la tendencia de sus precios una pendiente al alza que cada día empieza a ser más peligrosa. Con relación a los tipos de interés, la divergencia se mantiene con una tendencia a la baja en EE. UU. y una esperada estabilidad en la zona euro. El petróleo cotiza mínimos ante el aumento de producción a nivel mundial. Sin embargo, metales como el cobre o el aluminio cotizan en máximos ante el inesperado aumento de la demanda y los problemas internos que presentan algunos de los principales productores de estas materias primas. Por último, la rentabilidad de la deuda sigue globalmente a la baja desde los máximos cotizados a la vuelta del verano, viéndose claramente afectada por el aumento de la demanda ante la aversión al riesgo existente entre los inversores.
Realmente poco ha cambiado el escenario respecto al último mes. Sin embargo, podemos destacar los siguientes factores como los que han alterado el comportamiento de los mercados durante las últimas semanas:
- Cierre de la administración norteamericana. El pasado 1 de octubre se produjo el denominado “shutdown” del gobierno federal ante la ausencia de acuerdo entre los republicanos y demócratas para aprobar una nueva ley de financiación que permita elevar el techo del gasto y ampliar los agotados presupuestos actuales. Este cierre es el primero desde 2018 que mantuvo cerrada la administración 35 días y que casualmente también era presidente Donald Trump. Se mantienen los servicios esenciales, pero no se han publicado desde hace casi un mes ningún dato sobre la situación de la economía norteamericana. Circunstancia que seguro va a afectar a la Reserva Federal en su próxima reunión en la que decidirá sobre el futuro de los tipos de interés en EE. UU.
- Mercado inundado de todo tipo de opiniones sobre el futuro de los tipos de interés en EE. UU. La mayoría de analistas dan por hecho que la Reserva Federal bajará 25 pb el tipo de los fondos federales el próximo día 29 de octubre para situarlos dentro del rango 3,75% - 4,00%. Donde no existe tanta unanimidad es en las decisiones futuras. Un 70% de los analistas consultados consideran que en la siguiente reunión prevista para el 10 de diciembre también bajaran otros 25 pb y un 46% también espera otros 25 pb adicionales en la reunión del 28 de enero. Sin embargo, otros analistas, entre los que nos incluimos, no lo vemos tan claro. La economía norteamericana sigue manteniendo un perfil inflacionario. El PIB 2Q se ha revisado al 3,8% desde el 3,3% anterior. La inflación se mantiene lejos del 2% en el 2,9% y con posibilidades de nuevas alzas ante el efecto de los aranceles. La tasa de paro ha subido al 4,3% pero se mantiene en niveles de pleno empleo. Por lo tanto, podría ser un poco precipitado bajar en exceso los tipos de interés y podrían esperar a ver la evolución de los indicadores. De hecho, en la última revisión macroeconomía de la FED, anticipaban que los tipos de interés se situarían cerca del 3% en el 2027. Por lo tanto, existen dudas.
No obstante, no podemos olvidar que preside Donald Trump y que su intención es seguir bajando los tipos de interés. Para ello, trata de restar independencia y presionar a su Banco Central con diferentes amenazas e incluso, sustituyendo a determinados miembros con voto del Consejo Rector por asesores de su equipo, como ya ha ocurrido con el nombramiento de Stephen Miran. Por lo tanto, la situación no está clara. Lo único claro es que el mandato del presidente de la FED Jerome Powell, defensor de la independencia de su institución, dura hasta mayo 2026.
- Política arancelaria norteamericana. No hay grandes novedades en este tema. La aplicación desordenada de los aranceles sigue alterando el comportamiento del comercio internacional y empezando a enfriar las perspectivas globales de crecimiento económico. Donald Trump sigue generando confusión ante los continuos cambios en los aranceles. Seguimos pendientes de las resoluciones que pueda adoptar el próximo 5 de noviembre el Tribunal Supremo norteamericano sobre la legalidad de los mencionados aranceles.
- Situación política y económica de la zona euro. La evolución de la economía europea sigue siendo débil mostrando síntomas de enfriamiento. El crecimiento del PIB es de tan solo 1,5%, muy afectado por el -0,3% de Alemania, el 0,3% de Francia y 0,4% de Italia. Destacar que entre los tres representan cerca del 60% del PIB de la zona euro. Con una inflación en el 2,2% y una tasa de paro en el 6,3%, las perspectivas para el periodo 2026 – 2027 no son muy halagüeñas. Según el BCE, la economía europea debería crecer en ese periodo entre un 1,00% y 1,30% con una inflación controlada por debajo del 2%. Este escenario permite no descartar nuevos recortes en los tipos de interés, hoy en día ya al 2,00%, siempre y cuando la tendencia macroeconómica empeore. Pero ello va a depender de la evolución de economías muy lastradas en la actualidad como Alemania y Francia. En paralelo, la zona euro va a tener que gestionar el impacto de los aranceles en uno de los pilares fundamentales de su crecimiento como es el comercio exterior. Igualmente, debe tratar de impulsar el consumo interno y la inversión, así como liberalizar determinados mercados muy estrechos ante el exceso de regulación existente. Por lo tanto, los retos futuros de la zona euro no parecen sencillos.
- Factores geopolíticos. Las guerras y conflictos ya conocidos se mantienen en el tiempo y empiezan a limitar sus efectos en los mercados. Salvo novedades es triste decir que los mercados se han acostumbrado a estos escenarios. Las primas de riesgo se tranquilizan y la mayor inversión en defensa mejorarán las frías perspectivas de crecimiento.
- Otros escenarios políticos. Se mantiene la preocupación por la evolución de los ratios de déficit y deuda pública a nivel global y sobre todo en países como Francia, Reino Unido o Japón, generando cierta inestabilidad económica y política.
En el caso de Japón la situación ha provocado un cambio de gobierno y por primera vez en la historia tendrán una primer ministro mujer, la conservadora Sanae Takaichi. Este nuevo gobierno tendrá que lidiar con los problemas de crecimiento e inflación que tienen desde hace años, una política monetaria ultra expansiva con tipos de interés al 0,5% y una deuda que supera el 222% del PIB. El mercado desconfía de su futuro y ha situado al yen japones en mínimos históricos frente al EUR por encima de 177.
Analizada la situación actual y de cara a los próximos meses, tenemos que ver cómo va a ser la evolución de los acontecimientos. El mercado espera que los tipos de interés en EE. UU. sigan bajando. En la zona euro no se esperan más bajadas e incluso la curva de tipos de interés europea tiende a normalizarse tras estar invertida varios años. También existe cierto temor en los niveles alcanzados por los índices bursátiles que podrían provocar una importante corrección. El petróleo es difícil que caiga por debajo de 60$/barril. Las divisas mantendrán una cierta volatilidad. Los mercados siguen mostrando una cierta aversión al riesgo y esta situación está afectando negativamente al dólar USA. Sin embargo, no se está produciendo el movimiento depreciatorio exagerado que pronosticaban los operadores para con el dólar USA. Durante el último mes el rango de fluctuación ha estado limitado por 1,1543 – 1,1778 dentro del rango técnico principal situado hoy en día entre 1,1450 y 1,1875 USD/EUR. Para el 2026 la mayoría de las instituciones financieras siguen pronosticando medias de 1,2000 USD/EUR. Escenario posible que permitiese un rango entre 1,1500 y 1,2500 USD/EUR. Sin embargo, los analistas más europeos consideran que este rango no sería muy bueno para la zona euro, dado que afectaría negativamente a su competitividad. El potencial europeo ya está afectado por los aranceles que soporta del15% al que habría que sumarle el efecto de la apreciación de su divisa por otro mínimo del 10%.