La nueva política arancelaria norteamericana ha generado una importante confusión e incertidumbre sobre las perspectivas económicas globales, así como una importante volatilidad en los mercados financieros.
La nueva política arancelaria norteamericana ha generado una importante confusión e incertidumbre sobre las perspectivas económicas globales, así como una importante volatilidad en los mercados financieros. Se abre un periodo de negociación necesario para estabilizar los mercados y el comportamiento de la economía global. Una guerra comercial sostenida en el tiempo generaría más problemas que ventajas.
Desde la toma de posesión de Donald Trump como presidente de EEUU el pasado veinte de enero no hemos tenido ninguna semana tranquila en los mercados financieros. Las continuas e imprevisibles decisiones tomadas por el nuevo presidente han suscitado una importante confusión e incertidumbre en los mercados financieros alterando su comportamiento y generando una volatilidad no vista desde el año 2022 o época del COVID.
La nueva administración norteamericana tiene claro que su objetivo es “volver a hacer a Estados Unidos grande”. Para ello, ya se han adoptado diferentes e inusuales medidas para lograr un nuevo orden político y económico. Así, destacamos la nueva política migratoria, la desregulación de la normativa en temas de sostenibilidad y energía, la definición de una política fiscal más expansiva basada en rebajas fiscales e incluso, el importante ajuste que se está realizando en el sector público a través del adelgazamiento del gobierno federal. Pero lo que más impacto está teniendo es el cambio radical en su política comercial mediante la aplicación de medidas proteccionistas a través de la aplicación de aranceles a la mayoría de sus socios comerciales con el objetivo de equilibrar su balanza comercial e impulsar la industria nacional.
Hoy en día el cuadro de aranceles más importantes aprobados por Donald Trump serían los siguientes:
- Arancel del 25% a Canadá y Méjico. Suspendido temporalmente en la actualidad.
- Arancel del 25% a sectores específicos como el automóvil, aluminio, cobre, productos energéticos y determinados productos farmacéuticos.
- Arancel reciproco y universal del 10% sin excepción que entró en vigor el 5 de abril
- Arancel especifico por países que entró en vigor el 9 de abril y se ha suspendido temporalmente por 90 días. Estas tasas oscilan entre el 10% y el 49% en función de los más de 200 países afectados.
- En el caso de la UE seria del 20%. A lo que ha respondido la propia UE con un arancel del 25% a determinados productos norteamericanos por un total equivalente a 21.000 millones de euros. Estos aranceles europeos han sido suspendidos hasta el 14 de julio en paralelo a la suspensión de EEUU del suyo también por 90 días.
- En su relación con China se trata de una verdadera “guerra comercial”. EEUU ha impuesto un arancel del 145% a las importaciones de este país y China ha contestado con un arancel del 125% a los productos norteamericanos.
- Por último, EEUU ha anunciado la exención de aranceles a los productos tecnológicos que no se fabrican en su país: móviles, ordenadores, memorias USB y otros bienes tecnológicos.
Esta batería de aranceles ha sorprendido tanto por su magnitud como por su falta de lógica económica o fórmula de cálculo. No hay que olvidar que estos aranceles los van a pagar los propios consumidores norteamericanos. Por lo tanto, va a tener un claro efecto negativo sobre el consumo, inflación, crecimiento económico y creación de empleo en EEUU.
Pero cada semana es diferente y cada día Donald Trump sigue tomando decisiones que dan lugar a una gran confusión e incertidumbre en los mercados financieros situando la volatilidad en niveles superiores al 11%. Sus continuas declaraciones han llegado a ser calificadas como “improvisaciones” , no valorando los efectos negativos que podría tener sobre: a) relaciones comerciales internacionales; b) perspectivas de la economía norteamericana y mundial; c) mayor coste de refinanciación de la deuda norteamericana; d) mayor tensión en los precios e inflación; e) descenso de los ratios de confianza en el consumo y f) pérdida de confianza en el dólar USA y búsqueda de otros activos refugio.
La valoración de este nuevo escenario en EEUU está siendo muy negativa por los mercados financieros, observándose importantes descensos en los índices bursátiles, presión vendedora en el dólar USA y caída de los precios de los bonos norteamericanos. Los inversores buscan nuevos activos refugio destacando la demanda de oro, franco suizo o yen japones. Lo que también está claro es que los analistas consideran que el nuevo periodo de negociación abierto por 90 días será básico para alcanzar acuerdo y normalizar los mercados.