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Viajes de negocio, el nuevo tablero de juego fiscal pos-Covid

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A medida que se levanten las restricciones derivadas de la pandemia, podríamos recuperar los viajes de negocio a un mayor ritmo.

Apriori, viajes de negocio, Covid e intercambio automático de información entre países y administraciones no parece una combinación conexa ni dotada de especial armonía. Pero, a mi juicio, existe una cada vez más evidente correlación que conviene que nuestras multinacionales tengan muy presente. Los viajes de negocio se convirtieron en un insumo imprescindible para el crecimiento de las empresas multinacionales españolas, cuyo objetivo pasaba forzosamente por tener acceso a vender sus productos y servicios en los mercados internacionales.

Los efectos del Covid han sido demoledores en esta actividad. En abril de 2020, los viajes de negocio en Europa supusieron un 7,2% respecto al mismo mes del año anterior. Y un 34,3% si comparamos el cierre de abril de 2021 con el mismo mes de 2019, según Eurocontrol. Una vez empiecen a levantarse las restricciones directas e indirectas derivadas de la pandemia, podríamos estar en situación de recuperar los viajes de negocio a un mayor ritmo. Cuestión distinta es que estratégicamente empresas y organismos decidan disminuir la necesidad del tradicional viaje de negocio en favor de fórmulas virtuales.

Eso sí, permítanme vaticinar que el tablero del juego ya no se regirá por las mismas reglas que antes. ¿Por qué? Principalmente por dos razones: con un gasto público disparado –en este y en todos los países de nuestro entorno–, la recaudación a través de exacciones fiscales y parafiscales pasará a ser una prioridad capital; además, la sofisticación de los sistemas de intercambio vertical y horizontal automático de información; esto es, entre países y administraciones, ha dejado de ser ciencia ficción.

¿Qué quiero decir con esto? Cada país pondrá el foco en recaudar lo más posible a través de todas las figuras impositivas o parafiscales a su alcance. Eso sí, con los límites jurídicos y de diplomacia internacional presentes en un entorno de países OCDE. Para ello, maximizarán el uso de todas las herramientas a su alcance, que fomenten el cumplimiento voluntario del contribuyente con las obligaciones fiscales y no fiscales. Y que promuevan también la lucha contra el fraude para aquellos contribuyentes que no se decanten por el cumplimiento voluntario.

¿Qué herramientas son estas? Me refiero en primer lugar a la Directiva 2011/16/UE relativa a la cooperación administrativa en el ámbito de la fiscalidad directa, que instrumentaliza el intercambio automático de información entre Estados Miembros. En segundo lugar, la Autoridad Laboral Europea (ELA por sus siglas en inglés), velará por garantizar los derechos laborales en el marco del desplazamiento transnacional de trabajadores en el seno de la UE. Las crecientes capacidades de la ELA y sus principios fundacionales se enfocarán, respectivamente, en “hacer cumplir la ley” y en la “coordinación y cooperación entre países e instituciones”, promoviendo inspecciones conjuntas y el refuerzo del intercambio de información horizontal (con otras unidades de la UE y los países miembros) y el intercambio de información con terceros.

Fraude en el trabajo transnacional

Por su parte, la Inspección de Trabajo y Seguridad Social creó en España, en 2020, la Unidad Especial de Coordinación para combatir el fraude en el trabajo transnacional. Una unidad que favorecerá de forma significativa la coordinación de la lucha dirigida a que los empleadores que desplacen temporalmente a España sus trabajadores respeten y garanticen sus derechos laborales.

Desde 2017 se está desplegando el Electronic Exchange of Social Security Information System (EESSI), una plataforma tecnológica que conectará alrededor de 15.000 delegaciones de Seguridad Social de todos los Estados Miembros de la UE, buscando asegurar un flujo constante de intercambio de información entre instituciones de Seguridad Social. Esto permita una lucha coordinada y efectiva contra el fraude.

Asimismo, el Digital Green Certificate (“pasaporte Covid”), promovido por la UE, se prevé que sea un facilitador de viajes, pero a su vez va a suponer información cruzada de cada desplazamiento en manos de las administraciones de los distintos países europeos, y con otros países fuera del bloque. Por ello, el compliance en materia de las directivas llamadas comúnmente en su conjunto como posting directive y el EESSI antes mencionados se torna aún más necesario.

Recomendamos enérgicamente a nuestras compañías multinacionales que aprovechen este impasse de ralentización de la actividad y movilidad internacional de trabajadores para adaptarse al nuevo entorno de viajes de negocio. Un entorno caracterizado por un marco de intercambio automático de información entre administraciones y países que está siendo ya configurado y perfeccionado por las administraciones públicas de los países del entorno OCDE.

Resumen

La pandemia frenó drásticamente los viajes de negocio, pero con el esperado fin de las restricciones directas e indirectas derivadas de esta difícil situación, se estima que poco a poco podamos ir recuperando los niveles previos al estallido del Covid-19.

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