ey-cfo-sept23-ifrs

El futuro del autoconsumo en España


Temas relacionados

La implantación del autoconsumo es también una de las medidas contenidas en el PERTE propuesto en 2020 por el Gobierno y aprobado por el Consejo Europeo en 2021

El potencial del autoconsumo en España se incrementó en 2018, de manera notable, con la eliminación del peaje de respaldo a que se sujetaban una parte relevante de las instalaciones de autoconsumo. Así, desde tal momento, el crecimiento de la potencia instalada de autoconsumo no ha parado de crecer de manera vertiginosa. Según las estimaciones del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (“IDAE”), el autoconsumo podría alcanzar entre 9.000 MW y 14.000 MW de potencia instalada en 2030, siendo el ambicioso objetivo marcado el de los 19.000 MW para esta fecha, de conformidad con el borrador de actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (“PNIEC”) .

Para lograr dichos objetivos, el Gobierno publicó en diciembre del 2021 la Hoja de Ruta del Autoconsumo identificando las principales barreras a su exitosa implementación, al ser una de las medidas comprendidas en la versión aprobada del mencionado PNIEC — “Medida 1.4. Desarrollo del autoconsumo con renovables y la generación distribuida”—. Asimismo, la implantación del autoconsumo es también una de las medidas contenidas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia propuesto en 2020 por el Gobierno y aprobado por el Consejo Europeo en 2021, para guiar la ejecución de los Fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia.

El autoconsumo rompe con los esquemas tradicionales de generación de energía proporcionando al consumidor (industrial y doméstico), la posibilidad de consumir aquella energía que hubiera generado mediante la instalación —generalmente— de paneles solares para la producción de electricidad mediante el aprovechamiento de la radiación solar.

Por medio del autoconsumo, cualquier consumidor (empresa o particular) puede intervenir en la generación de energía de forma activa, convirtiéndose así en un factor más que contribuye a lograr la descarbonización de la economía y contribuir a la transición energética.

Así, esta modalidad de producción de energía permite cumplir con una doble finalidad. Por una parte, se cristaliza como una medida de ahorro energético, cuestión de vital importancia en un contexto de incertidumbre de los precios de la luz, no solo para particulares, sino especialmente para las industrias cuyo principal coste productivo es la electricidad. De otro lado, el autoconsumo fotovoltaico permite tener una alternativa íntegramente renovable que complemente el consumo de energía y que permita contribuir a los objetivos generales de descarbonización, así como a los concretos planes de sostenibilidad que cada compañía pretende instaurar.

Los objetivos de crecimiento exponencial del autoconsumo en el contexto nacional evidencian la necesidad de establecer una regulación que permita promover y favorecer su utilización. En los últimos años, hemos sido testigos de cómo los requisitos y características establecidas en la regulación del autoconsumo, el Real Decreto 244/2019, de 5 de abril, por el que se regulan las condiciones administrativas, técnicas y económicas del autoconsumo de energía eléctrica (“RD 244/2019”), se han flexibilizado y actualizado con la firme voluntad de facilitar su implementación.

Un ejemplo muy claro de ello es la flexibilización de los requisitos del autoconsumo llamado colectivo a través de red, esto es, el que permite a una instalación de generación suministrar la energía en varios puntos de consumo. Así, el RD 244/2019 únicamente permitía que pudiera darse este autoconsumo cuando la planta de generación y el consumidor estuvieran a una distancia de menos de 500 metros, lo cual limitaba geográficamente las posibilidades de suministrar energía en régimen de autoconsumo, vital para el empleo de grandes cubiertas industriales y de equipamientos municipales.

Pues bien, el requisito de los 500 metros, después de varios cambios regulatorios, se amplió hasta los 2000 metros con la aprobación del Real Decreto-ley 20/2022, de 27 de diciembre, de medidas de respuesta a las consecuencias económicas y sociales de la Guerra de Ucrania y de apoyo a la reconstrucción de la isla de La Palma y a otras situaciones de vulnerabilidad. Este significativo aumento del alcance geográfico ha permitido la implantación de muchos proyectos de autoconsumo, especialmente, con fines industriales.

En definitiva, resulta innegable que el autoconsumo en España, especialmente el fotovoltaico, experimentará un fuerte aumento en los próximos años, por las propias fuerzas del mercado y por el impulso derivado de las medidas que se prevén en la Hoja de Ruta del Autoconsumo, y en línea con los objetivos del PNIEC.

Si bien será necesario un esfuerzo adicional para dotar de un marco regulatorio práctico y sencillo, que permita a los particulares convertirse en autoconsumidores de la manera más fácil posible. Es imprescindible, por ello, que se proceda a la simplificación administrativa de los trámites, a completar la regulación en la materia, así como a la mejora de los incentivos para ello dado que siguen existiendo, en la actualidad, diversos obstáculos para su implantación.


Resumen

El crecimiento de la potencia instalada de autoconsumo no ha parado de crecer de manera vertiginosa. Según las estimaciones del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (“IDAE”), el autoconsumo podría alcanzar entre 9.000 MW y 14.000 MW de potencia instalada en 2030, siendo el ambicioso objetivo marcado el de los 19.000 MW para esta fecha, de conformidad con el borrador de actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (“PNIEC”) .


Acerca de este artículo

Autores