Aerial satellite view of a thunderstorm with dramatic cloud patterns and active lightning, highlighting the storm's intensity
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¿Qué hace que los líderes climáticos de hoy sean los líderes empresariales del mañana?

El Barómetro Global de Acción Climática 2025 de EY muestra cómo la acción climática proactiva puede representar una valiosa oportunidad estratégica para las empresas.


En resumen

  • El Barómetro de 2025 se centra en las empresas que demuestran liderazgo en materia de ambición climática y gestión de riesgos, así como en la calidad de la divulgación de información, según una investigación realizada en 2024.
  • La mayoría de los líderes climáticos afirman tener un plan de transición y están evaluando tanto los riesgos físicos como los de transición asociados al cambio climático.
  • Las empresas que gestionan los riesgos, aprovechan las oportunidades y adaptan sus modelos de negocio pueden estar en mejores condiciones para alcanzar sus objetivos climáticos y prosperar en el futuro.

A medida que los fenómenos meteorológicos extremos se vuelven más frecuentes y severos, la urgencia de que las empresas tomen medidas contra el cambio climático nunca ha sido mayor. El progreso, aunque evidente, sigue siendo desigual: algunas regiones están avanzando en materia de divulgación de información climática y estrategias de transición, mientras que otras se enfrentan a resistencia política y contratiempos normativos. En este contexto, la transparencia se perfila como una piedra angular para la acción climática tanto individual como colectiva, ya que permite a las empresas compartir cómo gestionan los riesgos y apoyar un cambio sistémico más amplio. La presentación de informes abiertos no solo fomenta la colaboración en todo el sector, sino que también refuerza la responsabilidad y promueve un progreso significativo en todos los sectores.

En un contexto marcado por la volatilidad global —incluidos cambios en la normativa, como el Paquete Ómnibus de la UE, la Directiva sobre la divulgación de información corporativa en materia de sostenibilidad (CSRD, por sus siglas en inglés), las Normas Europeas de Información sobre Sostenibilidad (ESRS, por sus siglas en inglés) el Reglamento sobre la divulgación de información relativa a la sostenibilidad en el sector de los servicios financieros (SFDR, por sus siglas en inglés) y la Directiva sobre la diligencia debida en materia de sostenibilidad corporativa (CSDDD, por sus siglas en inglés), junto con las crecientes tensiones geopolíticas— se han recalibrado los criterios de selección del estudio Barómetro Global de Acción Climática para reflejar mejor la dinámica cambiante de la acción climática corporativa.

Basándose en la urgencia subrayada en informes anteriores, el Barómetro Global de Acción Climática 2025 de EY (pdf) (el Barómetro) se centra en más de 850 empresas clasificadas como líderes climáticos en el informe del Barómetro 2024 (pdf) (CAB24): empresas que se habían comprometido con planes de transición o se habían comprometido a divulgar uno, así como aquellas que demostraban una sólida gestión del riesgo climático. Este enfoque refinado nos permite destacar a las empresas con mejor desempeño —aquellas que traducen la divulgación de información de alta calidad en acciones concretas— y analizar lo que podemos aprender de estas empresas líderes y la solidez de sus afirmaciones.

Contar con planes de transición sólidos y viables es fundamental para la resiliencia y la preparación a largo plazo de una empresa. Muestran cómo las empresas pueden anticipar los riesgos, adaptar sus estrategias y seguir siendo sostenibles en una economía baja en carbono en rápida evolución. Las empresas tienen una oportunidad significativa para mejorar su resiliencia a largo plazo mediante la implementación de un plan de transición práctico que les ayude a adaptarse a los retos del cambio climático.

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Parte 1

Las empresas están logrando avances limitados en materia de acción climática.

A pesar de los avances en la planificación climática, muchas empresas siguen rezagadas en materia de transparencia, establecimiento de objetivos y evaluación financiera de las medidas climáticas, especialmente en lo que respecta a las emisiones de alcance 3 y la gobernanza.

El Barómetro muestra que las empresas no están avanzando sustancialmente en sus informes sobre el clima. A pesar de que 64 % de las empresas cuentan con un plan de transición, la mayoría de ellas no muestran ningún avance o han retrocedido con respecto a sus compromisos anteriores. La inacción climática puede resultar muy costosa para las empresas, ya que, según el Barómetro, se estima que la inacción futura les costará una media del 15 % o de sus ingresos anuales. Sin embargo, menos de una de cada tres empresas (31 %) evalúa el impacto financiero tanto del costo de la acción como del costo a largo plazo de la inacción en relación con los riesgos relacionados con el clima, ya sean riesgos físicos o de transición.
 

El veinticinco por ciento de las empresas no están divulgando ni tienen previsto divulgar planes de transición en 2024. Puede que duden en hacerlo por varias razones:

  • Incertidumbre política
  • Los costos y esfuerzos asociados con el desarrollo de dichos planes
  • Ausencia total de un plan de transición
  • Falta de solidez o credibilidad necesarias para compartir información pública
  • Renuencia a revelar información comercialmente sensible a sus competidores, como detalles sobre su exposición a riesgos físicos y de transición significativos

Cuando las empresas ven que sus pares no divulgan información sobre los riesgos climáticos, pueden seguir su ejemplo, lo que socava la acción colectiva y el progreso sistémico.


Esta falta de transparencia va más allá de la divulgación de información. Mientras que el 92 % de las empresas analizadas evalúan el impacto cualitativo o cuantitativo de los riesgos físicos, o ambos, solo el 44 % afirman tener medidas de adaptación implementadas. Sin medidas de adaptación, las empresas corren el riesgo de sufrir disrupciones de gran alcance en sus modelos de negocio, lo que puede suponer una gran preocupación para los inversionistas y otros stakeholders.

El 68 % de las empresas afirman haber realizado evaluaciones cuantitativas de los riesgos físicos y de transición, pero solo el 17 % revelan el impacto financiero de estos riesgos. Esto se debe posiblemente a los cortos horizontes temporales de los estados financieros y a la complejidad que entraña realizar los cálculos.

Las palancas de descarbonización y el reto de las emisiones de Alcance 3

La investigación reveló que casi cuatro de cada cinco empresas (78 %) han revelado la adopción de medidas de descarbonización en los tres ámbitos, y casi todas (96 %) han implementado medidas de descarbonización para los ámbitos 1 y 2. Como era de esperar, las emisiones del ámbito 3 siguen suponiendo un reto importante para las empresas, ya que la mayoría (del 60 % al 90 %) solo informa de las emisiones upstream y solo entre el 10 % y el 40 % informa de las emisiones downstream.3

Casi todas las empresas no financieras (98 %) han adoptado medidas de descarbonización en al menos un ámbito, y 91 % han establecido objetivos de reducción de emisiones. Los objetivos son importantes porque ayudan a las empresas a determinar en qué medida deben reducirse las emisiones, el impacto de las medidas específicas de descarbonización y qué medidas adicionales deben adoptarse para impulsar la reducción de emisiones.


Aunque la mayoría de las empresas informan sobre sus emisiones de Alcance 3, al menos en cierta medida, solo alrededor de la mitad (53 %) tienen un objetivo general de Alcance 3. Un retraso en el establecimiento y la consecución de los objetivos de reducción de emisiones de Alcance 3 puede obstaculizar el progreso general de las empresas en materia de objetivos climáticos.

Gobernanza

El análisis de EY reveló que muchas empresas están acelerando sus esfuerzos de descarbonización, sin esperar a que se establezcan marcos normativos formales u objetivos de emisión claramente definidos. Solo el 8 % de las empresas divulgan la asignación de capital, el 21 % el establecimiento de objetivos y el 41 % el monitoreo de los progresos.

Los planes de incentivos para ejecutivos son una parte fundamental del proceso de gobernanza para impulsar estrategias climáticas exitosas. La investigación muestra que los líderes climáticos reconocen efectivamente este vínculo, ya que el 82 % de las empresas analizadas cuenta con un plan de incentivos que incluye métricas medioambientales, como la reducción de las emisiones absolutas y su intensidad, así como el rendimiento en relación con los objetivos emisiones net-zero.

Sin embargo, en general, los resultados sugieren que es necesario mejorar la gobernanza para que las empresas aceleren sus medidas contra el cambio climático. No obstante, es posible que las juntas directivas estén más involucradas en la estrategia climática de lo que las empresas están divulgando actualmente. Por lo tanto, es fundamental que las empresas mejoren la divulgación de información en este ámbito para demostrar que están asumiendo la responsabilidad de sus avances. Un estudio reciente de EY —¿Cómo pueden las juntas directivas salvar la brecha entre las ambiciones en materia de sostenibilidad y las medidas adoptadas? — reveló lecciones clave para la colaboración interfuncional y rasgos interdependientes esenciales para la junta directiva y la dirección que impulsan resultados empresariales sostenibles.

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Parte 2

Cómo liderar verdaderamente la acción climática

Se necesitan medidas más decisivas tanto por parte de los responsables políticos como de las empresas para acelerar la descarbonización y abordar de manera eficaz los riesgos climáticos.

Las divulgaciones analizadas para el Barómetro de este año muestran que los líderes climáticos están estableciendo objetivos, supervisando la reducción de emisiones y evaluando sus riesgos relacionados con el clima. Sin embargo, incluso estas empresas con visión de futuro deberían aspirar a tomar las medidas más ambiciosas necesarias para acelerar la descarbonización, transformar sus modelos de negocio y hacer frente a las amenazas a las que se enfrentan.

Entonces, ¿qué pueden hacer los responsables políticos, los reguladores y las empresas para impulsar más medidas contra el cambio climático? A continuación, se presentan algunas de las principales recomendaciones de la investigación.

Tres medidas principales para los responsables políticos y los reguladores:

  1. Predicar con el ejemplo. Los gobiernos deben promover la responsabilidad y la transparencia en la agenda climática estableciendo métricas y objetivos, así como divulgando en sus informes los avances logrados en relación con dichos objetivos. También deben ser transparentes sobre los riesgos y oportunidades climáticos a los que se enfrentan sus economías nacionales.

  2. Obligar a todas las grandes empresas a divulgar planes de transición específicos para cada sector, incluyendo información sobre el monto de los gastos de capital y los gastos operativos que han comprometido para la transición. La transparencia en torno a la planificación de la transición aumentará si las empresas saben que sus homólogos y competidores también están publicando planes de transición. También podrían revisarse los marcos contables para exigir a las empresas que cuantifiquen específicamente el impacto potencial de sus riesgos climáticos a largo plazo.

  3. Desarrollar un marco regulatorio claro y coherente que contenga la combinación adecuada de incentivos y sanciones para impulsar medidas ambiciosas. Se puede incentivar a las empresas para que tomen medidas contra el cambio climático mediante subvenciones y créditos fiscales, entre otros enfoques. Las empresas que no tomen las medidas adecuadas deben ser sancionadas con multas o la pérdida del acceso al mercado.

Cinco acciones principales para las empresas

  1. Comenzar con un enfoque integral. Las empresas deben integrar los objetivos climáticos en su estrategia central, estableciendo metas ambiciosas pero alcanzables y dirigiendo el capital hacia inversiones esenciales relacionadas con el clima. Esto incluye prepararse para los nuevos conocimientos científicos y el creciente impacto de la naturaleza en los modelos de negocio. Es fundamental contar con una gobernanza sólida, con supervisión a nivel de la junta directiva en lo que respecta al establecimiento de objetivos, el seguimiento de los avances y las decisiones de inversión, posiblemente con el apoyo de un miembro de la junta directiva con conocimientos especializados en materia climática para mantener unos estándares elevados.

  2. Crear y divulgar un plan de transición viable. Las empresas deben desarrollar y divulgar públicamente un plan de transición integral y viable que incluya estructuras de gobernanza, objetivos de reducción de emisiones alineados con el Acuerdo de París, estrategias de descarbonización, cambios hacia productos y servicios sostenibles y mecanismos de financiación transparentes, junto con los supuestos y las dependencias en los que se basa el plan. Al hacerlo, se comprometen con sus objetivos climáticos y permiten que los stakeholders los hagan responsables. El plan también debe incorporar diferentes escenarios futuros, evaluando los riesgos, oportunidades e impactos financieros asociados, al tiempo que se esbozan estrategias para mitigar los riesgos identificados en los diferentes resultados potenciales.

  3. Reducir la dependencia de los créditos de carbono. Las empresas deben minimizar su dependencia de los créditos de carbono y centrarse en cambio en la tarificación interna del carbono (ICP)5 como herramienta estratégica para impulsar reducciones reales de las emisiones. Si bien los créditos de carbono pueden apoyar el progreso a corto plazo al abordar las emisiones residuales, deben ir acompañados de esfuerzos de descarbonización creíbles y medibles, y no utilizarse como sustitutos de las reducciones reales. El ICP realista ayuda a las empresas a prepararse para un futuro en el que las huellas de carbono elevadas serán financieramente insostenibles, fomentando la planificación a largo plazo y la inversión en soluciones bajas en carbono.

  4. Interactuar con tu cadena de valor y fomentar la colaboración. Para abordar el importante reto que suponen las emisiones de alcance 3 y más allá, las empresas deben comprometerse activamente con sus cadenas de valor, animando a sus proveedores a establecer objetivos de cero emisiones netas y a desarrollar planes de transición, promoviendo así la acción climática en toda la cadena de suministro. Además, la colaboración entre los sectores público y privado es esencial para que las transiciones sean exitosas, ya que las alianzas público-privadas aprovechan la experiencia y los recursos del sector privado para acelerar el desarrollo de infraestructura y servicios sostenibles.

  5. Aceptar la inteligencia artificial (IA) de manera responsable. Las herramientas de IA presentan tanto riesgos como oportunidades significativos en la transición hacia las cero emisiones netas, ya que su elevado consumo energético puede aumentar las emisiones, pero también ofrecen potentes capacidades para apoyar la acción climática. La IA puede optimizar las operaciones de energía renovable, modelar escenarios climáticos futuros, planificar rutas de transporte con bajas emisiones y mejorar la eficiencia de los recursos en sectores como la agricultura y la industria manufacturera. Cuando se utiliza de forma estratégica y responsable, la IA puede ser un activo transformador para las empresas que desean acelerar sus objetivos de acción climática.

Barómetro Global de Riesgos Climáticos 2025 de EY

Para obtener más información sobre por qué es importante que los líderes actuales sigan informando sobre la gestión del riesgo climático, puedes leer el informe completo.


Resumen

Los líderes climáticos de hoy podrían ser los líderes empresariales del mañana. A medida que los fenómenos meteorológicos extremos se vuelven más frecuentes, las empresas se enfrentan a una presión cada vez mayor para actuar contra el cambio climático, pero los avances siguen siendo irregulares. El Barómetro Global de Acción Climática 2025 de EY revela que, aunque muchas empresas líderes han establecido objetivos de cero emisiones netas y han dado a conocer sus planes de transición, deben intensificar la presentación de informes sobre su gestión del riesgo climático para garantizar el progreso colectivo del sector.

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