En el corazón de la imaginación deliberada está la capacidad de explorar sistemáticamente futuros potenciales. Las compañías necesitan desarrollar un punto de vista informado sobre cómo podrían evolucionar su industria y el mundo, para poder trazar un rumbo hacia adelante.
Los líderes deben realizar análisis de tendencias, mapas de incertidumbre y planeación de escenarios para construir estos modelos de futuro. Deben centrar en marcos temporales lo suficientemente distantes como para estirar el pensamiento (por ejemplo, más de 5 años), identificar las tendencias clave y los puntos de inflexión y, a continuación, dibujar una imagen distintiva de un conjunto de futuros lo suficientemente detallados como para impulsar la estrategia.
De este modo, pueden romper con el pensamiento "business-as-usual" al exponerse a datos anómalos, tendencias emergentes o comportamientos de los clientes que no encajan en los modelos mentales existentes. Estas señales inusuales son oro para la ideación: nos inspiran para revisar nuestro modelo mental de cómo funciona un negocio.
El objetivo no es predecir exactamente lo que ocurrirá, sino iluminar lo que podría ocurrir y lo que esto significaría para la compañía. Construir un modelo profundo del futuro significa cuestionar los supuestos básicos. Hoy en día, esta práctica implica a menudo imaginar futuros con IA ubicua, regulaciones climáticas extremas y nuevas condiciones económicas o geopolíticas, y luego trabajar hacia atrás para comprender las consecuencias.
Para hacerlo con eficacia, las compañías deben lograr el matrimonio entre el arte de la narración (para describir vívidamente los escenarios futuros) y la ciencia del análisis (para cuantificar las consecuencias). El resultado es una visión de futuro que guía la siguiente fase. Actúa como una estrella polar para la imaginación, proporcionando contexto y dirección para que las ideas creativas sean relevantes respecto a hacia dónde se dirige el mundo.
El modelado profundo del futuro es el lado disciplinado de la imaginación: garantiza que el "Lo que podría ser" se fundamente en datos y perspectivas, haciendo que los esfuerzos de innovación subsiguientes estén orientados y sean significativos.