Lo que pasó
En abril de 2025, los mercados del petróleo se vieron sacudidos por dos grandes disrupciones. Primero fueron los aranceles generalizados anunciados por EE. UU. el 2 de abril, seguidos de la escalada arancelaria entre EE. UU. y China.
La segunda se produjo un día después, cuando la OPEP+ anunció que sus miembros acelerarían los aumentos de producción previstos.
Esto desencadenó una importante volatilidad de los precios. Los precios del crudo Brent cayeron desde más de 75 dólares por barril hasta un mínimo de poco menos de 63 dólares el 8 de abril2.
¿Qué sigue?
Los motores de la volatilidad siguen siendo fluidos. La pausa de 90 días en la mayoría de los aranceles estadounidenses puede haber contribuido a la estabilidad a corto plazo, pero la incertidumbre sobre la política comercial persiste.
Es posible que persistan importantes retiradas de capital en los mercados del petróleo, ya que los fondos aún invertidos se han desplazado a nuevas posiciones y estrategias. Es probable que los inversores busquen inversiones consideradas de menor riesgo hasta que haya más claridad sobre la dinámica comercial, así como sobre las intenciones de la OPEP+.
La demanda estadounidense de gas natural licuado (GNL), sin embargo, puede aumentar, ya que algunos países pueden incrementar las importaciones estadounidenses de GNL como parte de las negociaciones con la Casa Blanca para reducir los excedentes comerciales bilaterales.
Impacto en el negocio
El modelo de EY sobre los aranceles en vigor a mediados de abril sugiere que el crecimiento del PBI real mundial podría reducirse en 0,5 puntos porcentuales en 2025 y en 0,7 puntos porcentuales en 2026. El impacto modelizado de la menor demanda de petróleo resultante y el debilitamiento del sentimiento del mercado podrían ejercer una presión a la baja, con un descenso de los precios de 25 %. Sin embargo, la fijación real de los precios incorporará una miríada de factores, y las acciones de la OPEP+ serán decisivas para fijar el sentimiento del mercado en un periodo de debilitamiento de los fundamentos de la demanda.
Es probable que la volatilidad persista hasta que haya una mayor claridad sobre los resultados económicos o la política de la OPEP+. En respuesta, se espera que las empresas de petróleo y gas den prioridad a la optimización de costes, la eficacia operativa y la reevaluación de la cadena de suministros. El gasto de capital en proyectos puede revisarse a medida que aumenten los costos de los proyectos y se incrementen los riesgos de precios a la baja.
Para las empresas del espacio no convencional estadounidense que planeen consolidar aún más sus posiciones o para los actores que busquen reponer reservas mediante adquisiciones, las fusiones y adquisiciones pueden resultar más complejas de ejecutar, ya que la volatilidad puede ampliar los diferenciales entre la oferta y la demanda, lo que podría ralentizar la actividad de las operaciones.
Para más información, ponte en contacto con David Kirsch, Marek Rozkrut, Daksh Tyagi.