Las aseguradoras y operadores del mercado deben centrarse especialmente en tres aspectos clave para este cambio:
Adaptación del mercado y consumidores
Es fundamental desarrollar productos flexibles y accesibles que permitan a los consumidores percibir claramente los beneficios económicos derivados del uso de la carga inteligente. Según EY Insights, en España los propietarios podrían ahorrar anualmente hasta 1.529€ dependiendo del tipo de vehículo.
Impulso tecnológico y digitalización
La inversión en nuevas tecnologías será determinante para maximizar la eficiencia del sistema eléctrico. La interoperabilidad entre vehículos, redes y puntos de carga, así como la implementación de sistemas automáticos e inteligentes, son esenciales para gestionar eficazmente la demanda y aprovechar el potencial de ahorro energético.
Formación y talento en el sector energético
La capacitación del talento es imprescindible para afrontar con éxito la transición energética. La industria deberá preparar a profesionales especializados capaces de operar y optimizar sistemas de carga inteligente, garantizando así una transición eficiente hacia un modelo sostenible.
Ahorro y sostenibilidad, el atractivo del vehículo eléctrico
La adopción de vehículos eléctricos no solo responde a objetivos medioambientales sino también económicos. Incorporar soluciones inteligentes como V2G y tarifas horarias diferenciadas puede reducir significativamente los costes operativos totales, llegando hasta un ahorro del 25% en comparación con los vehículos convencionales.
Regulación y flexibilidad energética
España debe alinearse estratégicamente con las regulaciones europeas que incentivan la transición hacia energías renovables y la electrificación del transporte. La anticipación y adaptación a estos cambios regulatorios será esencial para aprovechar plenamente el potencial económico y medioambiental de los vehículos eléctricos.