La encuesta, que hace seguimiento de los comportamientos de los usuarios y sus preferencias a la hora de desplazarse, ha ampliado su alcance a 18 países e incluye por primera vez datos de España. Nuestro país ocupa la primera posición en Europa y la segunda a nivel mundial en cuanto a la variación de su volumen de desplazamientos relacionados con el trabajo desde el inicio de la pandemia, con una disminución de apenas el 3%. En el resto de los países encuestados, la reducción de los desplazamientos con motivos laborales alcanza hasta un 20% en Canadá o un 18% en el Reino Unido debido a una mayor implantación del trabajo en remoto.
A nivel mundial, también la preferencia por el vehículo personal crece respecto a la anterior edición de la encuesta, ya que cerca de dos tercios de los encuestados han expresado que el acceso a un coche privado es muy importante para ellos, lo que supone un aumento del 6% respecto al 2021. Además, un 45% de los usuarios tienen planeado comprar un vehículo privado en los próximos 24 meses.
En este sentido, España destaca como primer país europeo y el único del continente que supera el 50% de los encuestados que expresaron intención de adquirir un coche privado próximamente. En el panorama internacional, solo se ve superada por China, India y México, que se espera que lideren la actividad de compraventa de vehículos privados en los próximos dos años.
El coche eléctrico, una opción cada vez más atractiva
Los vehículos eléctricos son la gran esperanza para la descarbonización del transporte. Sin embargo, su penetración en el mercado ha sido, hasta ahora, más lenta de lo esperado. Algo está cambiando en la mentalidad de los consumidores, según se puede observar en los resultados de la encuesta, que incluye las respuestas de 13.000 consumidores de todo el mundo.
Por primera vez desde que se realiza el Mobility Consumer Index, el número de encuestados que expresa su intención de adquirir un vehículo eléctrico o híbrido superan la mitad (52%) a nivel global, lo que supone un aumento de 11 puntos respecto a las respuestas del año anterior (41%) y de 22 puntos respecto a la de 2020 (30%). El aumento se debe principalmente al creciente interés en coches completamente eléctricos mientras que los híbridos o híbridos enchufables mantienen un atractivo similar al de anteriores ediciones.
De nuevo, España destaca como segundo país europeo, por detrás de Italia, en usuarios con intención de compra de un vehículo eléctrico —con el 62% de los encuestados favorables— y el cuarto a nivel global, tras Italia y China y con cifras similares a las de Corea del Sur.
La preocupación por el medioambiente continúa siendo el principal factor que motiva la preferencia por las opciones eléctricas o híbridas, pero en esta edición destaca como segundo factor el incremento de las sanciones, limitaciones e impuestos que se aplican o planean aplicarse a vehículos de combustión. Ya son más de veinte los países que han establecido metas concretas para la electrificación de sus parques móviles y la restricción de circulación a los vehículos de combustión, mientras que los compromisos para alcanzar el “net-zero” de emisiones que surgieron de la COP26 también contribuyen a acelerar el cambio de paradigma.
Otros factores que los usuarios tienen en cuenta a la hora de inclinarse por la opción eléctrica son el aumento de la confianza en la tecnología que impulsa los coches eléctricos y su creciente autonomía, así como la reducción del coste de propiedad y mantenimiento respecto a los vehículos que utilizan combustibles fósiles. Por otra parte, las consideraciones que frenan a los usuarios más escépticos son la falta de puntos de recarga —tanto domésticos como públicos—, la preocupación por la menor autonomía de los vehículos y el tiempo necesario para la recarga, aunque se observa una disminución de la preocupación por estos asuntos respecto a las anteriores entregas.
Estas cifras suponen una gran oportunidad para fabricantes y distribuidores a la hora de pisar el acelerador en cuanto al cambio de tendencia del mercado que afecta a los vehículos eléctricos, pero se tendrán que enfrentar también a otros factores externos que amenazan su actividad frente a una demanda creciente, como las tensiones geopolíticas o la interrupción en las cadenas de suministros.
Ante la posibilidad de una escasez de ciertos componentes de fabricación, la industria se encuentra ante la disyuntiva de si debe priorizar vehículos eléctricos o de combustión; coches de gama alta o de gama baja. En este sentido, cabe señalar que los retos para el sector de la automoción que se plantean en 2022 van más allá de preguntar al consumidor qué coche prefiere comprar y es preciso plantearse también si existe la capacidad suficiente para satisfacer la demanda.