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COP 30, ¿lo esperado, aun no lo deseado?

La mayoría de la comunidad internacional sigue comprometida con la implementación del Acuerdo de París y sus objetivos 

Terminó la COP de Belém el sábado, antes de las 21 horas. El clima mundial, -no referido en este caso al atmosférico-, no acompañaba a una COP que, además, tras concluir la COP 29 el completo desarrollo del Libro de Reglas del Acuerdo de París, ha sido la primera de implementación más que de negociación.

El nivel colectivo de ambición y los pasos necesarios para cerrar las brechas que resten para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París, estarán siempre presentes en toda COP, cualquiera que sea la agenda que toque. Éste ha sido el caso de Belém, donde 122 Partes han entregado nuevas Contribuciones Nacionales Determinadas a 2035 (NDCs por sus siglas en inglés), que suponen el 75% de las emisiones globales. Algunos de los grandes emisores como India aún no han presentado la suya. Belém ha constatado que aún no se está alineado con limitar el calentamiento global a 1,5º C.

En el Global Mutirão, (término que podríamos traducir al castellano como esfuerzo colectivo), principal resultado negociado de la COP se buscó una respuesta a las brechas de ambición de los NDCs. No tuvo cabida de modo explícito la urgente necesidad de eliminar progresivamente el uso de combustibles fósiles como fuente de energía primaria, causa principal del calentamiento del planeta, sino a través de una referencia al primer Balance Mundial.

El Acuerdo de París se asienta sobre objetivos globales, sin asignar compromisos individualizados a las Partes, que necesariamente se alcanzan por medio de la suma de esfuerzos individuales. Habida cuenta de la situación que se enfrenta, el Global Mutirão acordó un Global Implementation Accelerator (GIA), iniciativa voluntaria para acelerar la implementación de los NDCs, los Planes de Adaptación y los Planes de Transparencia Bianuales, que junto con la Misión de Belem al 1,5 que tiene por objeto mejorar la cooperación internacional para potenciar la acción, permitan mantener la ambición del 1,5ºC.

En el ámbito de la financiación se acordó triplicar la destinada a adaptación, dentro del objetivo de los 300.000 M$ anuales, que era el objetivo primordial en este ámbito. Un programa de trabajo de dos años abordará la financiación climática, y se hizo un llamando al objetivo de los 1.300 M$ para 2035, procedentes de todas las fuentes, públicas y privadas. El capítulo de Pérdidas y Daños, si bien se avanzó en la orientación del Fondo, no se le dio urgencia requerida a la necesidad de ampliar la financiación.

Además del objetivo de financiación, se aprobaron indicadores para el Objetivo Global de Adaptación, sobre los que se deberá trabajar los próximos años para asegurar que sean robustos, legítimos y medibles.

El Programa de Trabajo de Transición Justa acordó el desarrollo de un Mecanismo de Transición Justa que debiera estar en funcionamiento en la próxima COP, con amplio reconocimiento de derechos humanos, laborales, de igualdad de género, promoción de los derechos individuales y colectivos de los Pueblos Indígenas y participación inclusiva de las partes interesadas.

Se aprobó un Programa de Implementación Tecnológica (TIP) tras dos años de negociación, para contribuir a frenar el calentamiento.

Se alcanzó un acuerdo sobre el Plan de Acción de Género, ligeramente reforzado.

Se acordó el cierre del Mecanismo de Desarrollo Limpio, lo cual es de gran importancia para la gobernanza de los mercados de carbono, tras el primer año de implementación del artículo 6 del Acuerdo de París.

El cambio climático afecta y es afectado por muy diversos ámbitos, y nuevas COPs traen asuntos nuevos.

Brasil ha dado un peso importante a la necesidad de detener y revertir la deforestación. El comercio se abrió paso también en la COP 30, y se lanzaron tres diálogos generales sobre comercio y clima entre 2026 y 2028, con el fin de intercambiar experiencias y puntos de vista, también referidos a las medidas climáticas unilaterales relacionadas con el mismo, con el fin de considerar oportunidades, desafíos y barreras. La protección de la naturaleza y los sistemas alimentarios tuvieron más fuerza en los debates que reflejo en las negociaciones.

Como alternativa para seguir avanzando, la presidencia abrió dos nuevas Hojas de Ruta voluntarias, una para detener y revertir la deforestación con el Mecanismo Bosques Tropicales para Siempre, que supone financiación para conservar los bosques tropicales, y otra para la transición de los combustibles fósiles de manera justa, ordenada y equitativa.

La presidencia ha dado coherencia, presencia e importancia crecientes a la Agenda de Acción Climática Global. Se estableció una hoja de ruta con un plan de trabajo para 5 años. Se aprobaron más de 117 nuevos Planes para Acelerar Soluciones, en ámbitos tan importantes como la Industrialización Verde Global, Energía Limpia y Redes para 2030, Plan para Fortalecer Sistemas de Salud, la Acción Digital Verde, un modelo de IA de código abierto para la agricultura, la Iniciativa Global para Empleos y Competencias o el Plan para Acelerar la duplicación de la Eficiencia Energética.

Toda COP trae un avance. No siempre es el esperado, casi nunca el necesario… Las voluntades no son las mismas que fueron por parte de todas las Partes, y grandes emisores están más centrados en su geopolítica del clima, relegando la batalla real a otros, que cada vez lo son menos, como la Unión Europea.

Pero lo cierto es que la mayoría de la comunidad internacional sigue comprometida con la implementación del Acuerdo de París y sus objetivos y que, cada año, más actores no Partes suman nuevos esfuerzos; que hacen falta mayores compromisos y más rápida implementación, pero que aún hoy, París resiste.

Resumen

La COP de Belém marcó un cambio hacia la implementación del Acuerdo de París, aunque todavía persisten brechas para limitar el calentamiento a 1,5 °C. Se presentaron nuevas NDCs y se aprobó el Global Mutirão con iniciativas para acelerar la acción climática. Hubo avances en financiación, adaptación, género, transición justa y mercados de carbono, aunque sin compromisos firmes para eliminar combustibles fósiles. A pesar del progreso limitado, la mayoría de actores globales mantienen el compromiso con los objetivos de París.

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