Tras la subida de los principales índices bursátiles debido a la reactivación post pandemia durante 2021, 2022 está siendo un año con una bajada generalizada de los mismos. En primer lugar, el efecto de los cuellos de botella y el conflicto de Rusia y Ucrania han generado tensiones geopolíticas, así como desabastecimiento por el lado de la oferta, provocando retrasos en las cadenas de suministros y el incremento del precio de las materias primas. Todo ello ha causado, entre otros efectos, un crecimiento extraordinario de la inflación a nivel global, desencadenando una bajada generalizada de los bonos gubernamentales y corporativos (con sus respectivos crecimientos de las yields) y bajada de los principales índices bursátiles.
Uno de los puntos más destacables de nuestro análisis es que la bajada experimentada por los principales índices bursátiles en la primera mitad de 2022 parece no tener su reflejo en una disminución de las previsiones de ingresos realizadas por los analistas. Los ingresos futuros de las compañías cotizadas medidos como los Earnings Per Share (“EPS”) se han mostrado estables en la primera mitad de 2022, debido al decalaje entre la evolución del entorno macroeconómico y la actualización de las previsiones de los analistas. Por otro lado, el incremento del riesgo total exigido por los inversores se ha incrementado durante este año. A efectos ilustrativos, desgranamos el riesgo total exigido entre la tasa libre de riesgo y la prima de riesgo del mercado. En este sentido, se observa que la rentabilidad de los bonos gubernamentales emitidos a 10 años, a menudo tomado como referencia para el cálculo de la tasa libre de riesgo, ha subido de forma destacable en las geografías analizadas a lo largo de 2022.
En nuestro análisis, se observa que la correlación inversa que existe entre la rentabilidad de los bonos estatales y la evolución de los índices bursátiles se ve afectada en épocas de políticas monetarias expansivas. El auge de la inflación en las principales economías está acelerando el fin de políticas monetarias expansivas, lo que podría anticipar potenciales subidas de tipo de interés. Estas expectativas de subidas de tipos de interés provocan el auge de las yields de los bonos y el de la curva Euribor, entre otros factores.
En épocas de incertidumbre, como serían las crisis derivadas de la COVID-19 y del conflicto de Rusia y Ucrania, el diferencial existente entre los bonos corporativos denominados investment grade y los bonos denominados high-yield se incrementan significativamente.
En cuanto a la evolución bursátil de los diferentes sectores existentes en los índices analizados, se observan dinámicas similares. En primer lugar, destaca el descenso generalizado de todos los sectores, excepto el de Energía y Utilities, el cual se ha visto beneficiado por la reducción de la oferta energética desencadenada por el conflicto de Rusia y Ucrania. Por otro lado, destaca la bajada significativa experimentada por sectores tradicionalmente más procíclicos como el consumo discrecional o sensibles a tipos de interés como el Real Estate.
Finalmente, las betas de los sectores más resilientes han experimentado ligeras bajadas durante 2022, derivado de la atracción de capital que generan dichos sectores en tiempos de incertidumbre en los mercados financieros. En contraposición, los sectores más volátiles han sufrido aumentos de la beta de forma generalizada.
No podemos predecir el futuro, pero el entendimiento del pasado puede ayudarnos en la toma de decisiones futuras. Para conocer con mayor detalle la evolución que han experimentado los principales parámetros financieros y macroeconómicos y entender la relación que existe entre ellos, entra en nuestra Presentación de Market Essentials.