La Nación | Hace 20 años, el cuidado del medio ambiente era una temática de “nicho”, pero “ahora está ocupando un lugar muy central en la política y las compañías”, dijo María Rigou, de EY Argentina
En los últimos años, las campañas, sellos y certificaciones sobre el cuidado del medio ambiente dejaron de ser una simple moda del mundo corporativo para convertirse en vehículos de un mensaje tan claro como urgente: el futuro del planeta está en nuestras manos, y el momento de actuar es ahora.
Liderar esta “ola verde” no es tarea sencilla, en especial cuando entran en juego diferentes contextos geopolíticos, regulaciones e intereses de gobiernos. En el marco del noveno capítulo del evento de Sustentabilidad, organizado por La Nación, María Rigou, directora ejecutiva de Cambio Climático y Servicios de Sostenibilidad de EY Argentina, conversó sobre estos desafíos en una entrevista junto a José Del Rio, secretario general de Redacción del medio.
“Hace un año, estábamos en pleno tsunami regulatorio, con mercados de capitales y países regulando, y las empresas tratando de ver cómo hacíamos para subirnos a esta moto que va a tantísima velocidad y nos exige muchas cosas en muy poco tiempo”, comentó Rigou.
En diciembre de 2024, el contexto geopolítico cambió las reglas del juego, en especial con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. “La cantidad de países que tuvieron elecciones y la mayor presencia de nacionalismos ponen en cuestionamiento la agenda de sustentabilidad, el cambio climático y la diversidad e inclusión”, señaló la experta.
Sin embargo, la sustentabilidad no siempre estuvo en el centro de la escena política. De hecho, hace 20 años se trataba de una temática de “nicho” y “especialistas”. “Está ocupando un lugar muy central en la política y las compañías. Todos pueden opinar a favor o en contra”, dijo Rigou.
En este contexto, Europa ejerce un rol protagónico con el Green Deal, acuerdo con el que en 2019 se comprometió a ser el primer continente libre de carbono y líder del cambio climático. Tras este pacto, surgieron una serie de regulaciones exigentes y de grandes cambios para las empresas. “De tan ambiciosas, no era viable”, sostuvo Rigou. Por este motivo, en febrero Europa decidió entrar en una suerte de “impasse” para repensar tales normativas, con foco en mejores soluciones para el futuro. “Es una calibración”, destacó la especialista.
Y continuó: “Hay que separar dos procesos que sucedieron al mismo tiempo. Por un lado, está el ruido, que es lo que hace Trump. Por otro lado, está este ajuste y calibración. Es un ‘vamos a hacer, pero lo que sea viable’”.
Nuevas prioridades e intereses
La ola sustentable también es una prioridad para los inversores. “Gran parte de las regulaciones vienen de los mercados de capitales porque, finalmente, los inversionistas están preocupados en que las empresas estén evaluando correctamente los riesgos a los que están sometidos, sobre todo por el cambio climático”, subrayó Rigou. La especialista ilustró tales situaciones de peligro con las recientes inundaciones en las ciudades de Zárate y Bahía Blanca.
“Los inversores dicen: ¿Qué piensan hacer las empresas para gestionar estos riesgos? Ahí hay un nuevo capítulo”, aseguró.
Este escenario también plantea nuevas narrativas en el ámbito corporativo. En palabras de Rigou, antes predominaba la narrativa de la “gran dilocuencia”: “Era algo valorado por todos y de lo que se podía hablar”. Hoy, con nuevos actores e intereses de por medio, el discurso dio un giro “complejo”, con foco en graduar la comunicación de estas acciones. “Se empieza a tener más acción que narrativa”, enfatizó.
Ahora bien, ¿qué engloba hoy el concepto de sustentabilidad? Para Rigou, el cambio climático, el uso de recursos naturales, la biodiversidad, el trabajo con la cadena de valor y comunidades, la ética, entre otras áreas, se presentan como las principales temáticas. “Atraviesa y circula por toda la actividad de la empresa, con un sentido de responsabilidad atendido”, destacó.
Por último, se refirió a la inacción como el principal riesgo dentro de las organizaciones en términos de sustentabilidad. “La incertidumbre no nos puede parar porque los datos siguen existiendo. El calentamiento global es una realidad que no nos va permitir la sostenibilidad planetaria”, dijo.
Y concluyó: “Es un excelente momento para saber dónde están nuestros impactos, riesgos y oportunidades más significativas, para con eso trabajar de una manera estratégica”.
Por Victoria Menghini