Desafíos y tendencias para las empresas en Latinoamérica

La pandemia obligó a muchas organizaciones a acelerar sus planes de transformación digital. Tres años después, los ejecutivos encuestados siguen considerando la adopción y el cambio tecnológico como el principal desafío en el que se debe enfocar su empresa.

El segundo desafío que perciben las compañías latinoamericanas es cómo seguir creciendo en participación de mercado, un objetivo tradicional que se vuelve más complejo en medio de una economía de lento desarrollo.

En este mismo escenario —aunado a la inflación presente a nivel internacional—, la mejora de las operaciones, el aumento de la productividad y la reducción de costos se han vuelto un imperativo para las empresas, posicionándose en el tercer puesto.

La disrupción acelerada de los últimos años ha impulsado cambios profundos en los que la estrategia y la transformación del negocio se han replanteado. Este desafío se ubica como el 4.º más importante para las compañías.

El desarrollo de nuevos productos y servicios (5.º) y la innovación (6.º) también parecen ser un camino que las empresas están tomando cada vez más para crecer y enfrentar los desafíos organizacionales y del mercado.

En el 7.º puesto se encuentra la mejora de la experiencia del cliente y la calidad de servicio, puntos clave en una sociedad cada vez más demandante e informada, en la que se vuelve más complejo lograr la lealtad del consumidor.

La gestión del talento (8.º) es un desafío que complica a los empresarios a medida que los colaboradores buscan aspectos que van más allá de la compensación económica. La cultura, organización y experiencia del trabajador son clave en un mercado laboral más diverso e intergeneracional.

En el 9.º puesto se ubica la capacidad de una compañía de ser ágil, flexible y adaptable a los vaivenes del mercado; otra herencia de la pandemia que demostró la importancia de estas cualidades para la supervivencia de los negocios.

Finalmente, la automatización queda en el lugar 10 de los desafíos internos, reforzando el hecho de que las empresas parecen visualizar los beneficios de continuar invirtiendo en tecnología, pese al difícil escenario económico y los objetivos de reducción de costos.

En comparación con los temas anteriores, otros aspectos como la sustentabilidad y la diversidad e inclusión están muy por debajo del ranking de los principales desafíos internos y no aparecen en la lista de los 10 más elegidos. Lo anterior demuestra que las empresas están reaccionando a la contingencia y postergando aspectos que son clave para el futuro del negocio.

Las compañías enfrentan un panorama económico y geopolítico global lleno de incertidumbre. Las organizaciones tienen desafíos externos de gran relevancia, siendo la desaceleración económica el principal de ellos. Además, la incertidumbre política —el segundo desafío más importante— añade otro elemento a la ecuación, impactando en la planificación estratégica de las empresas.

Este escenario desafiante se ve agravado por el aumento en los costos de los factores de producción que, tras la pandemia, se instaló como una de las principales preocupaciones en los distintos mercados y ocupa el 5.º lugar en la encuesta.

En tanto, los encuestados continúan viendo cómo otros motores de cambio se aceleran: la entrada de nuevos competidores que provienen de sectores y mercados diversos (3.º), los cambios en la demanda de los consumidores (4.º) y la incorporación de tecnologías disruptivas (6.º), entre otros, están modificando el escenario empresarial y llevándolo hacia nuevos horizontes.

Aunque los efectos de la pandemia y las tensiones internacionales en la cadena de suministro han ido subsanándose, las empresas de la región las sitúan en el 7.º puesto de sus principales desafíos, dando cuenta del impacto duradero de los últimos años en las organizaciones.  

Relacionado con lo anterior, los cambios geopolíticos y las amenazas al sistema comercial preocupan a las compañías latinoamericanas, posicionándolos en el 8.º y 10.º lugar de listado respectivamente. En el 9.º puesto se ubica el empoderamiento y las exigencias de los consumidores.

Lo anterior muestra cómo las tendencias internacionales están forzando a las organizaciones a adaptarse y ser resilientes para continuar siendo relevantes y competitivas en sus distintos mercados.

En línea con lo observado en el plano internacional, las empresas consultadas sitúan a la economía y la incertidumbre política como las dos principales preocupaciones para sus sectores locales.

En tercer lugar, se encuentra la inflación que ha golpeado con especial dureza a los mercados latinoamericanos, socavando su poder adquisitivo.

Los requisitos y cambios regulatorios (4.º) aumentan el sentimiento de incertidumbre que generan la situación la económica y política, complejizando el escenario para los planes de inversión de las empresas.

En el quinto lugar se ubican las variaciones del tipo de cambio dado que, en general, las monedas de la región han sufrido una fuerte volatilidad en los últimos años ante la incertidumbre internacional y los aumentos en las tasas debido a la inflación.

Los siguientes tres puestos son aspectos sociales y políticos que terminan impactando en el desempeño y desarrollo de las empresas: seguridad pública (6.º), adaptación al escenario de inestabilidad social (7.º) y una potencial incertidumbre constitucional (8.º).

La lista de los 10 principales desafíos externos que las empresas deben abordar a nivel de sus mercados locales se cierra con los desafíos financieros: restricciones de acceso al crédito (9.º) y aumento de incobrables (10.º).

El foco en la innovación y la productividad impulsada por la tecnología se posicionan entre las tres principales tendencias para los próximos años. Ambas se plantean como medios para abordar los desafíos internos de las empresas que están buscando mejorar su eficiencia y disminuir sus costos

En tanto, la ciberseguridad y protección de datos —ubicadas en el segundo lugar de la lista— se perciben como una necesidad y tendencia ineludible, aspecto que se refuerza por los requerimientos regulatorios que deben cumplir las empresas. A nivel internacional tanto las exigencias de la Unión Europea en la materia, como la presión de los consumidores por un entorno digital seguro han logrado que varios países avancen en sus normativas y que las organizaciones se pongan al día en este aspecto.

La digitalización y la industria 4.0, junto con los datos como un activo trasversal a toda a organización —puestos 4.º y 5.º respectivamente—, evidencian que la tecnología sigue revolucionando a las empresas tras el fuerte impulso provocado por la pandemia.

Pese a que las compañías planean recortar costos —uno de los tres principales desafíos internos—, la apuesta es invertir en tecnología para lograr sus objetivos de mejorar la productividad, crecer y seguir siendo relevantes en el mercado.

¿En qué tecnologías están pensando en invertir las empresas latinoamericanas?

Analytics y Big Data ocupan las primeras posiciones del ranking: dos tecnologías que permiten obtener mejor información para la toma de decisiones y que ya llevan tiempo en el mercado. Asimismo, luego de tres años desde el inicio de la pandemia, la flexibilidad que entrega la nube sigue siendo importante y se sitúa en la tercera posición del listado.

Por otra parte, la inteligencia artificial que ha tenido grandes avances en el último tiempo cierra el grupo de las cuatro tecnologías más importantes. A finales del año pasado presenciamos el debut de Chat GPT: un sistema de conversación basado en un modelo de lenguaje de inteligencia artificial que está dando mucho de qué hablar.

La conectividad 5G se sitúa como una tecnología relevante, aunque en muchos países la infraestructura de las empresas de telecomunicaciones aún está en desarrollo y las organizaciones la están implementando lentamente debido a los altos costos de inversión requeridos.

Pese al difícil escenario de los últimos años, los encuestados se muestran optimistas y un 34 % asegura que su empresa está Avanzando; es decir, implementando estrategias o nuevos modelos de negocio en la nueva normalidad. Un 30 % está Acelerando, creciendo y aprovechando las oportunidades.

Otro porcentaje importante (20 %) está “reaccionando a la contingencia y buscando formas de adaptarse”. En tanto, 10 % se ubican en Sobreviviendo, 5 % en Esperando, y menos aún en Cerrando operaciones.

Más de la mitad de las empresas (56 %) afirma que tienen un modelo de negocios que les permite abordar la situación actual y los desafíos futuros, mientras que casi la mitad (49 %) indica lo mismo respecto a su modelo operacional.

Esto quiere decir que, aunque la pandemia obligó a hacer ajustes radicales, las empresas han adquirido nuevas capacidades que les permiten adaptarse y ser más resilientes, mientras que las que todavía no lo logran están en proceso de mejora.