Comunicado de prensa
23 sept 2025  | Santiago, Chile

Lecciones de la Ley de Delitos Económicos y Ambientales

A un año de la entrada en vigor de las modificaciones a la Ley 20.393, uno de los aprendizajes más significativos para las empresas ha sido reconocer que el cumplimiento no se limita a tener un modelo documentado, sino que debe integrarse operativamente en la cultura y los procesos de la organización.

Las empresas están descubriendo que el verdadero valor del Modelo de Prevención de Delitos radica en su capacidad para anticipar riesgos, generar confianza y fortalecer la gobernanza.

Este cambio ha impulsado una mayor profesionalización del compliance, con equipos más capacitados y procesos más robustos. Sin embargo, esta evolución suele ser más evidente en compañías con un nivel de cumplimiento más maduro (internacionales o reguladas).

Uno de los principales retos ha sido la comprensión práctica de lo que implica un Modelo de Prevención bajo esta nueva normativa. Muchas empresas han invertido en actualizar sus modelos, pero aún enfrentan escollos para traducirlos en acciones concretas y sostenibles.

El modelo exige elementos clave como: a) identificación de riesgos específicos, b) diseño de protocolos efectivos para prevenir y detectar esos riesgos, c) asignación de responsables para supervisar implementación y cumplimiento, y d) realización de evaluaciones periódicas por terceros independientes.

Finalmente, el mayor desafío es de naturaleza cultural, ya que persiste una percepción del compliance como una mera exigencia legal, en lugar de considerarlo como una herramienta estratégica. Transformar esta mentalidad y ver el cumplimiento como un elemento estratégico podría atraer los recursos financieros y técnicos necesarios para su efectiva implementación en las organizaciones.