Boletín de prensa

29 jul. 2019 Buenos Aires, AR

La evolución de los negocios familiares

El debate sobre las segundas marcas debe permitirnos reflexionar sobre la evolución de los negocios familiares.

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Ricardo Furman

Director de Relaciones Institucionales, EY Argentina.

Posee más de 40 años de experiencia en distintas posiciones de la línea y áreas de servicios al cliente. Le gusta estar en familia y viajar. Sus hobbies son las artes marciales, los comics y el surf.

Colaboradores

Ámbito Financiero | Por Sergio Caveggia, Socio del departamento de impuestos y transacciones de EY Argentina.

El reciente debate sobre las segundas marcas debe permitirnos reflexionar sobre la evolución de los negocios familiares. A los efectos de esta columna identificaremos a las pymes con los negocios de familia ya que, a estos últimos, globalmente, se los define como aquellos en los que la segunda o más generaciones los gestionan ininterrumpidamente reteniendo el control societario. De hecho, en Japón existe un negocio familiar de más de 1.000 años de antigüedad.

Según un calificado estudio de la consultora internacional EY, los negocios familiares contribuyen en más de un 70% al PBI global. Argentina no es la excepción y también su PBI es generado, mayoritariamente, por empresas pyme.

Históricamente, los negocios familiares locales han sufrido la volatilidad propia de nuestra economía y una elevada presión tributaria. Esos factores han contribuido a generar producción pyme de menor calidad y la limitación en la apertura a nuevos mercados (sobre todo de exportación).

Muchos negocios familiares han utilizado prácticas fiscales agresivas para obtener rentabilidad y mitigar de este modo el efecto de la disrupción tecnológica actual, la ausencia de gerenciamiento calificado o la competencia local o del exterior. Sin lugar a duda, el mayor desafío que hoy enfrentan los negocios pyme locales e internacionales es lograr el equilibrio entre acelerar el crecimiento del negocio y, al mismo tiempo, preservar el legado familiar en las futuras generaciones.

La reconversión de los negocios pyme necesita, sin duda, de parte del Estado federal y provincial, normativas que permitan facilitar la burocracia para hacer negocios y un sistema tributario que estimule la inversión y evite los efectos cascada de los tributos indirectos. Al respecto existen actualmente normas nacionales que estimulan el negocio pyme y también, la llamada ley de economía del conocimiento busca incentivar el desarrollo de nuevas tecnologías y la investigación y desarrollo local.

No obstante, las empresas familiares también pueden trabajar puertas adentro para mejorar y competir contra sus pares locales o internacionales. En ese sentido, es esencial enfocarse en los siguientes puntos para que el modelo de negocios puede balancear el crecimiento y el legado generacional tan necesario de ser conservado.

Establecer estructuras de gobierno corporativo y gerenciamiento adecuadas: usualmente los negocios pyme son valorados por su agilidad respecto de grandes empresas y sus valores. No obstante, son criticados por no mantener estructuras gerenciales más sofisticadas que permitan gestionar el modelo de negocios con mayor eficiencia. Asimismo, una estructura de Gobierno entre los accionistas/familiares (vía protocolo familiar o Consejo de accionistas) permite dirimir factores de poder entre familiares y lograr claridad y confianza entre los miembros de la familia.

Motivar a la generación siguiente: es probable que la futura generación entienda mejor las necesidades de los nuevos clientes y las nuevas tecnologías. Es esencial incluir a las nuevas generaciones lo antes posible en la reflexión del futuro estratégico del negocio. La experiencia reciente demuestra que muchos negocios de familia descuentan que la futura generación tendrá interés en continuar en el negocio familiar. Pero la cantidad de opciones que hoy se encuentran a disposición de las nuevas generaciones hacen que muchos jóvenes pierdan interés en continuar en la empresa familiar.

Estructurar un family office: Es usual encontrar confusión entre el negocio de la familia y el patrimonio familiar. Ambos conceptos deben permanecer diferenciados. Es por ello que el patrimonio debe ser gestionado a un nivel distinto respecto de la empresa familiar. Para ello se suelen estructurar family offices que tienen como objetivo mantener el crecimiento del patrimonio familiar y, de este modo, separarlo de los vaivenes propios del negocio familiar propiamente dicho.

Estrategia fiscal: la presión tributaria local es una de las causas por las cuales los negocios pyme se ven obligados a adoptar riesgos innecesarios. La evolución del negocio pyme a través de generaciones merece también eliminar prácticas fiscales nocivas y reemplazarlas con los genuinos factores de productividad y crecimiento mencionados anteriormente. Cada vez con mayor frecuencia notamos que el crecimiento del negocio se debe lograr en el futuro a través de la elección de un socio financiero minoritario. La experiencia reciente revela que, más allá del atractivo que pueda mostrar el futuro de la empresa, los socios financieros no desean ingresar debido a las prácticas fiscales del pasado.

Todos estos aspectos deben ser evaluados con la debida antelación para poder generar el equilibrio necesario entre crecimiento del negocio y la transferencia del legado hacia las futuras generaciones.