Boletín de prensa

17 jul. 2020 Buenos Aires, AR

A la búsqueda de la "nueva normalidad"

Desde la declaración de pandemia del Covid-19, por parte de la OMS, tanto en el mundo, en la región y en nuestro país, las economías, las personas y las empresas enfrentaron una crisis inédita por sus características.

Contacto para prensa
Ricardo Furman

Director de Relaciones Institucionales, EY Argentina.

Posee más de 40 años de experiencia en distintas posiciones de la línea y áreas de servicios al cliente. Le gusta estar en familia y viajar. Sus hobbies son las artes marciales, los comics y el surf.

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Esto fue así ya que no se trató de una típica crisis financiera o de sobrevaluación de activos, o más aun de recesión por un tema de escasez de demanda, sino que fue una significativa reducción de la actividad real también producto de escasez de la oferta. En parte generada por las medidas de aislamiento ya sean impuestas por los Gobiernos, o en algunos casos voluntarias autoimpuestas por la misma gente por temor a los contagios, conviviendo con cuestiones desconocidas. El resultado no fue igual en todos los países o regiones ni en todas las industrias o sectores. En algunos países, el impacto fue un poco menor dependiendo de las medidas de aislamiento y las capacidades sanitarias o de la magnitud de los paquetes fiscales o monetarios de ayuda de los Gobiernos.

En cuanto a los sectores considerados esenciales o con alto componente tecnológico o digital, lograron morigerar sus pérdidas, mientras que la gran mayoría de los otros vieron prácticamente interrumpidos su operación durante al menos tres meses, parcial o totalmente.

EY como organización global definió rápidamente dos prioridades igualmente importantes: el bienestar de sus 300.000 colaboradores en todo el mundo, pasando a una modalidad de trabajo desde sus casas y estar más cerca que nunca de sus clientes acompañando a los mismos en las distintas etapas durante la evolución de la crisis y mantener la operatividad de atención.

En este último aspecto, definimos tres etapas claramente diferenciadas durante las cuales debíamos acompañar a las empresas con objetivos específicos para cada una de ellas. La primera etapa era el ahora (now) que es el impacto inicial de la crisis durante la cual las empresas tratan de lograr su supervivencia a través de un cuidado estricto de la caja y el aprovechamiento de todos los beneficios disponibles por parte de los Gobiernos y reguladores.

La segunda etapa es la transición o reapertura gradual (next) que es el momento durante el cual la economía se reabre parcialmente y se deben definir cuestiones como vuelta al trabajo físico, reapertura de oficinas y/o fábricas. Nuevos protocolos sanitarios, nuevas estimaciones de los niveles de operación y su reacomodamiento. Es decir las empresas deben realizar nuevos planes de transición hacia una nueva normalidad que todavía es incierta. Por último, la tercera tapa es la nueva normalidad (beyond) que es la redefinición del modelo de negocios, que en algunos será un cambio menor y en otros casi un negocio nuevo que deberá ser reinventado y transformado en sustentable.

Ante esa normalidad incierta no se pueden sacar conclusiones comunes a todas la industrias y sectores acerca de cómo será esa nueva realidad, pero si se pueden definir algunos tocamientos generales. El trabajo remoto y diversas modalidades de trabajo flexible en muchos negocios vinieron para quedarse. La digitalización que ya era una tendencia no solo para hacer más eficientes los procesos sino para reinventar negocios, se va acelerar. Las regulaciones e intervención de los Gobiernos en los negocios van a ser crecientes. Muchas industrias o sectores se van a reaventar: principalmente los vinculados a servicios con mucha concentración de gente. Esto dará lugar a los servicios vinculados al consumo hogareño (teatros online, festejos virtuales, clases de gimnasia a distancia, etc).

Los protocolos sanitarios serán parte del rediseño de los productos y servicios. En síntesis, estamos atravesando un momento de inflexión hacia una nueva forma de hacer negocios, que sin duda requerirá fundamentalmente de flexibilidad, innovación y de una gran capacidad de adaptación a los cambios.