Boletín de prensa

8 abr. 2021 Santiago, CL

Energías renovables y tecnología: aliados para un crecimiento verde

En enero, Elon Musk se convirtió en el hombre más rico del planeta gracias al éxito de Tesla, el fabricante de autos eléctricos cuya capitalización bursátil ha superado la suma de todo el resto de los fabricantes de autos tradicionales.

Contacto para prensa
Macarena Navarrete

Country Managing Partner, EY Chile

Apasionada por la diversidad, amante urbana de los recursos naturales, curiosa por el mundo laboral del mañana y el futuro digital.

 

El Mercurio, enero - En enero, Elon Musk se convirtió en el hombre más rico del planeta gracias al éxito de Tesla, el fabricante de autos eléctricos cuya capitalización bursátil ha superado la suma de todo el resto de los fabricantes de autos tradicionales.

¿Se habrían imaginado que alguien podía convertirse en la persona más rica apostando por las energías renovables? Posiblemente no, aunque las energías limpias ya estaban marcando la pauta. En octubre, la petrolera ExxonMobil, que por décadas había sido la mayor empresa por facturación y valor de mercado, fue superada en bolsa por NextEra Energy, el mayor generador de energía eólica y solar del mundo.

Junto con ser una apuesta económica, las energías renovables se están convirtiendo en un vehículo importante para lograr la ansiada carbono neutralidad. China, potencia económica contaminadora, anunció su compromiso para llegar a una posición carbono neutral para el 2060. En nuestro país, el gobierno apostó por adelantar el plan de descarbonización de la matriz energética a 2024 con el retiro de 11 unidades generadoras a carbón (30% de la generación mediante ese combustible).

Vemos, así como las energías renovables pueden tener el doble atractivo de ser una apuesta económica razonable y limpia. Según el Renewable Energy Country Attractiveness Index desarrollado por EY, que clasifica a 40 países en función de su atractivo para la inversión en energías renovables (que incluye a Chile en el primer lugar de Latinoamérica y 11° a nivel mundial), esto debería impulsarse a través de dos facilitadores: el uso de hidrógeno y la Inteligencia Artificial (IA). Del uso del hidrógeno nos beneficiamos fundamentalmente por ser una fuente de energía limpia. En el caso de la IA, a través del uso del Internet de las cosas, sensores y big data, se pueden estabilizar las redes centrales mejorándose las capacidades predictivas a través de la previsión de la demanda y la gestión de activos.

El lograr un futuro con emisiones neutras requiere de un esfuerzo coordinado a través de todas las industrias. El aumento exponencial de las energías renovables requerirá del uso de la tecnología para asegurar una red segura, confiable y bien equilibrada. Ciertamente, habrá vientos en contra, pero no debieran ser obstáculos relevantes para que estas energías se tomen la vida cotidiana y se conviertan en catalizador de un desarrollo sostenible a largo plazo, particularmente ahora que se ha comprobado que las energías limpias pueden ser una buena apuesta, no sólo ambiental, sino también económica.