Boletín de prensa

6 abr. 2021 Santiago, CL

La empresa hoy: ¿las personas en el centro de la organización?

La empresa hoy: ¿las personas en el centro de la organización?

Contacto para prensa
Macarena Navarrete

Country Managing Partner, EY Chile

Apasionada por la diversidad, amante urbana de los recursos naturales, curiosa por el mundo laboral del mañana y el futuro digital.

 

El Mercurio,marzo - El rol de la empresa es constantemente cuestionado, y aún más en momentos complejos como los generados por la pandemia con su lamentable saldo.

Ya antes de esta crisis, las críticas a la empresa eran variadas y persistentes: daño ambiental y “zonas de sacrificio”, vulneración de derechos laborales y de consumidores, escasez de políticas de diversidad, inclusión y no discriminación, por mencionar algunas que han contribuido a una visión negativa de la empresa como una organización hostil, sin empatía con la sociedad. Creo que, para quienes hacemos empresa, es estéril discutir sobre la justicia de esta visión, y sólo nos cabe asumirla con realismo, para, desde allí, poder superarla.

Afortunadamente, desde hace algún tiempo, se ha extendido entre los empresarios una concepción más integradora de la empresa, una convicción genuina de su rol social, que abarca también a los “stakeholders” y, en general, a la sociedad y al ambiente, sin los cuales la empresa no podría existir.

Por supuesto, estos cambios culturales toman tiempo en internalizarse y algo más todavía en ser percibidos por la sociedad, pero hay que mantener el foco en profundizar y acelerar este proceso, y jamás permitirnos la autocomplacencia. El empresariado de hoy está llamado a ser una voz proactiva, que no calla frente a las crisis, que manifiesta su opinión en los “temas país” con seguridad y sin complejos, con empatía y realismo, entendiendo que su labor es inseparable de la sociedad, de las comunidades y del medioambiente en que se inserta. No es éste un asunto “comunicacional”; no se trata de “parecer”, sino de “ser”, de asumir y encarnar genuinamente estos valores.

Este empresariado moderno es el que debe emerger de la pandemia, en la línea de los que levantaron un Fondo de Emergencia para donar implementos de salud y ventiladores mecánicos, de los que se esfuerzan por no despedir trabajadores, de los que facilitan el teletrabajo de sus colaboradores, o de los que instauran un “sueldo ético”. El paradigma es, finalmente, colocar a las personas en el centro.

No se trata de utopías, sino de simple adaptación. Este momento histórico nos obliga a trabajar inclusivamente para lograr una comprensión compartida sobre el bienestar de todos. El mensaje debe abarcar la pluridimensionalidad de las necesidades humanas: diversidad e inclusión, respeto por el medio ambiente, las comunidades, la salud mental, los trabajadores y los clientes; en fin, por todo lo que contribuye a la realización y a la felicidad de la gente. Sólo se necesita expandir esa convicción para liberar las energías movilizadoras y la voluntad. Entre todos, podemos construir un país mejor.