28 nov. 2022
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COP27: Avances y retos para la acción climática

Por EY Chile

Organización multidisciplinaria de servicios profesionales

28 nov. 2022

 

Durante la 27ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP27 —realizada recientemente en Sharm el-Sheikh, Egipto— y luego de dos semanas de largas discusiones, las naciones participantes acordaron medidas para combatir la emergencia climática global que afecta en mayor medida a los países más vulnerables, no obstante, quedaron varios desafíos por resolver.

Sentido de avance hacia la justicia

Uno de los logros más relevantes de la COP27 corresponde a la creación de un fondo de pérdidas y daños destinado a compensar a las regiones más vulnerables a las catástrofes climáticas a causa del calentamiento global, y que son, al mismo tiempo, las que menos han contribuido en éste. Como resultado de antiguas demandas, este fondo busca que los Estados que más emiten gases de efecto invernadero (GEI) entreguen un aporte económico a los países en desarrollo fuertemente afectados por eventos climáticos extremos, como respuesta a las pérdidas y daños económicos y no económicos asociados a estos fenómenos. Si bien este es “un paso importante hacia la justicia” (Naciones Unidas, 2022)[1], según el secretario general António Guterres, no es suficiente, puesto que aún quedan muchos aspectos por definir.

Además, frente a las concentraciones récord de GEI, la creciente crisis energética y el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos, se consiguió que se renovara el compromiso entre los países para cumplir el Acuerdo de París, en el que se planteó como objetivo mantener el límite de la temperatura global a 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales[2]. También, destacó el llamado plan maestro, que busca acelerar la descarbonización en los sectores de energía, transporte por carretera, acero, hidrógeno y agricultura. En ese sentido, los países más ricos impulsarán acciones colaborativas, con el fin de facilitar el acceso y abaratar la implementación de tecnologías más limpias[3].

Cabe destacar que esta fue la primera COP en la que se dedica un día a la discusión en torno a la agricultura, sector que contribuye a un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global. De esta manera, se anunció “la puesta en marcha de la iniciativa Alimentos y Agricultura para una Transformación Sostenible, con el fin de mejorar la cantidad y la calidad de las contribuciones a la financiación del clima para transformar los sistemas agrícolas y alimentarios de aquí a 2030” (Naciones Unidas, 2022)[4].

Por otro lado, se realizó el lanzamiento del primer Informe del Grupo de Expertos de Alto Nivel sobre los Compromisos de Emisiones Netas Cero de las Entidades No Estatales, en el que se denuncia tanto el “greenwashing” o lavado de imagen ecológico[5]. Adicionalmente, se presentaron otras iniciativas como la Agenda de Adaptación de Sharm El-Sheik, que busca reunir la acción global en torno a 30 acciones de adaptación necesarias para lograr un mundo resiliente al cambio climático al año 2030[6]. Del mismo modo, la Iniciativa de Acción para la Adaptación y Resiliencia del Agua (AWARe), para abordar la seguridad hídrica en la adaptación al cambio climático[7]; y la Iniciativa del Mercado Africano del Carbono (ACMI), que pretende apoyar el aumento de la producción de créditos de carbono africanos[8].

Asuntos pendientes contra el cambio climático

No obstante lo anterior, se ha generado gran preocupación por los compromisos previos que aún no han sido cumplidos. Entre estos, se encuentra el objetivo establecido durante el año 2009 que buscaba para el 2020 que los países más ricos movilizaran anualmente 100.000 millones de USD, con el propósito de financiar las medidas de adaptación y mitigación del cambio climático en los países más pobres[9]. Hasta la fecha, no se ha definido una hoja de ruta clara para responder a dicho objetivo, por lo que en esta versión de la COP se ha instado a los países desarrollados a cumplir con este compromiso, además de pedir a los bancos multilaterales de desarrollo y a las instituciones financieras internacionales que faciliten el financiamiento climático[10].

La cumbre terminó sin un consenso respecto a la reducción de emisiones y la eliminación progresiva de todos los combustibles fósiles, como se había discutido en la COP26 de Glasgow. La descarbonización, así como la inversión y uso de energías renovables, son la clave para hacer frente a las emisiones de gases de efecto invernadero, sobre todo de los países con gran consumo de energía[11].

Los desafíos en materia de sostenibilidad y cambio climático en Chile

En el año 2020, Chile y el Ministerio de Medioambiente presentaron su Contribución Determinada a Nivel Nacional (NCD). El país se comprometió a reducir las emisiones de CO2, crear un “presupuesto de carbono” y llegar a un peak máximo de emisiones. Tras su rol activo en las mesas de discusión de la COP27, la actual ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas, presentó un reforzamiento de la propuesta emitida hace dos años. En la ampliación de la NCD se introduce el concepto de Transición Socio Ecológica, reforzando el pilar social de la NCD 2020; se actualizan las políticas climáticas, incluyendo las obligaciones de la Ley Marco de Cambio Climático y de la Estrategia Climática de Largo Plazo 2050; y se compromete revertir para el año 2025 la tendencia creciente de emisiones de metano nacionales[12].

En este escenario, bien es cierto que Chile es uno de los países más avanzados de la región en materia de sostenibilidad y cambio climático, no obstante, también es un país extremadamente vulnerable a los efectos del calentamiento global. De acuerdo a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), nuestro país cumple con 7 de los 9 criterios de vulnerabilidad[13], por lo que es imperante que se defina una agenda con acciones a corto, mediano y largo plazo que promuevan medidas de adaptabilidad y mitigación que nos permitan afrontar de la mejor manera los efectos de este fenómeno climático.

 

[1] https://news.un.org/es/story/2022/11/1517012

[2] https://unric.org/es/acuerdo-decisivo-para-proteger-a-los-mas-vulnerables-en-la-cop27/

[3] https://aclima.eus/cop27-la-descarbonizacion-y-la-transicion-energetica-suman-los-esfuerzos-globales/

[4] https://news.un.org/es/story/2022/11/1517012

[5] https://news.un.org/es/story/2022/11/1517012

[6] https://unfccc.int/sites/default/files/resource/cop27_auv_2_cover%20decision.pdf

[7] https://diario16.com/la-cop27-lanza-la-iniciativa-aware-para-abordar-la-seguridad-hidrica-en-la-adaptacion-al-cambio-climatico/

[8] https://energynews.pro/es/la-acmi-acelera-el-mercado-del-carbono-en-africa/

[9] https://unfccc.int/resource/docs/2009/cop15/spa/11a01s.pdf

[10] https://news.un.org/es/story/2022/11/1517012

[11] https://news.un.org/es/story/2022/11/1516842

[12] COP27: Chile compromete Transición Socio Ecológica Justa, aumentar áreas protegidas y reducir metano – MMA

[13] https://obtienearchivo.bcn.cl/obtienearchivo?id=repositorio/10221/27848/1/CC_Conceptos_e_impactos_Website_CC_2019.pdf

Resumen

Si bien es cierto que Chile es uno de los países más avanzados de la región en materia de sostenibilidad y cambio climático, no obstante, también es un país extremadamente vulnerable a los efectos del calentamiento global. Nuestro país cumple con 7 de los 9 criterios de vulnerabilidad, por lo que es imperante que se defina una agenda con acciones a corto, mediano y largo plazo que promuevan medidas de adaptabilidad y mitigación que nos permitan afrontar de la mejor manera los efectos de este fenómeno climático.

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Por EY Chile

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